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Yoongi se ubica en un asiento frente a otro joven el cual está bebiendo un poco de café, y mete la mano en su bolsillo para sacar sus audífonos. Para su decepción, no están allí. Debe haberlos dejado en casa.

De nuevo.

Con un murmullo de descontento, se inclina hacia atrás y mira hacia el sucio techo del vagón del metro. Después de unas pocas paradas y varios minutos de mirar hacia el espacio, Yoongi observa los alrededores del vagón. Se está llenando.

Por supuesto que se está llenando. Son las ocho de la mañana. Los adultos van a sus lugares de trabajo, algunos se están maquillando mientras entrecierran los ojos para ver su pequeño reflejo en la cámara del teléfono, otros hablan por sus celulares. Los estudiantes de secundaria están, ojalá, yendo a la escuela, algunos charlando animadamente con sus amigos ("¡Estuve hasta las tres de la mañana trabajando en ese estúpido proyecto de inglés!"), algunos reclinados en sus asientos o contra los postes de metal y dormitando con audífonos en sus oídos, escuchando alguna canción de mierda que ha sido ridículamente sobre-reproducida en la radio y en las tiendas durante los últimos dos meses.

Entre los cuerpos empujados y las bolsas cambiantes, Yoongi capta vistazos ocasionales del joven sentado frente a él. Parece estar forzando sus cansados ojos a permanecer ​​abiertos mientras toma sorbos de su taza de café de papel. Es un chico nuevo, nota Yoongi. No ha estado aquí antes. La forma en la que el joven sigue mirando hacia el mapa del metro en la pared en cada parada lo delata completamente.

El chico nuevo se baja una parada antes de la de Yoongi, y él no puede dejar de preguntarse si el destino del hombre está cerca del suyo.

Yoongi llega al estudio un poco más tarde, y es recibido con entusiasmo por Jimin, el recepcionista.

—¡Hola, Yoongi hyung!

—Hey. Bonito cabello.

Jimin pasa sus manos a través de sus brillantes mechones rojos, sonriendo tímidamente.

—Ah, gracias.

Yoongi retribuye su sonrisa y asiente, diciendo un rápido "adiós" antes de caminar hacia su pequeña habitación personal. Una vez dentro, se quita su chaqueta y revuelve a través de los cajones para tratar de encontrar un par adicional de audífonos. Para su consternación, no están allí. Por supuesto que no. Yoongi realmente necesita ser más cuidadoso y dejar de perder todos sus audífonos. Ya ha comprado tres pares en las últimas dos semanas.

El día vuela con relativa rapidez, siendo el punto culminante del día de Yoongi cuando compra otro par barato de audífonos durante su hora de la almuerzo.

El viaje en el metro de regreso a casa va ligeramente menos lleno, y Yoongi nota que el chico nuevo de la mañana está sentado frente a él de nuevo. Después de varios contactos visuales leves, el chico le ofrece una pequeña sonrisa a Yoongi, la cual él regresa con ganas.

☀️

Una semana pasa rápidamente, y Yoongi se encuentra a sí mismo sentándose al lado del chico nuevo; es el único asiento vacío. Está más lleno que de costumbre esta mañana. Mientras Yoongi se queja mentalmente de sus audífonos perdidos, el joven sentado a su lado le toca el hombro.

—¿Sí? —pregunta Yoongi, sorprendido.

—Uh —el joven comienza torpemente—, siento molestarte, pero ¿dónde compraste ese reloj? —Señala el reloj negro que adorna la delgada muñeca de Yoongi.

Yoongi responde después de un momento de pensarlo y luego pregunta:

—Por cierto, tenía un poco de curiosidad, ¿trabajas cerca del edificio de Big Hit Entertainment?

—Creo —el hombre dice lentamente, inclinando su cabeza—. Er, ¿dónde está exactamente el edificio?

—¿Conoces la Joyería Kim? Justo al otro lado de la calle.

—Ah. Entonces sí. No trabajo demasiado lejos de allí, en Vogue. Soy diseñador de modas.

Yoongi levanta las cejas, impresionado.

—¿En serio?

—Sí —el joven dice emocionado, asintiendo—. Es genial.

Yoongi escucha con diversión como el hombre habla sobre su trabajo, sobre su amigo Taehyung quien es un modelo allí (quien también le ayudó a conseguir un trabajo allí), y sobre una secretaria malvada. Se da cuenta de cómo los ojos del hombre se iluminan cuando habla de sus nuevos diseños, y cómo uno de sus sunbaes había quedado muy impresionado con ellos. Y luego el hombre deja de hablar de repente, la vergüenza expresada claramente en su atractivo rostro, y se disculpa por divagar mientras sus mejillas se sonrojan.

Yoongi simplemente se ríe, sacudiendo la cabeza y diciéndole que estaba bien, le gustó escuchar sobre su trabajo. A su vez, él comienza a contarle al hombre sobre su trabajo, sobre Jimin, el alegre recepcionista, algunos artistas con los que ha trabajado (los ojos del hombre casi salen de su cráneo cuando menciona a Namjoon. "Oh, Dios mío, ¿escribiste una canción para Kim Namjoon? ¿Como-como Rap Monster Kim Namjoon? Oh, Dios mío, estoy tan celoso"), y Jungkook, un chico más joven que recientemente se convirtió en un productor junto a Yoongi, quien se convierte en un nervioso y adorable lío cuando está alrededor de Jimin.

Y entonces de repente las puertas se abren, y el hombre se levanta.

—Tengo que irme ahora, nos vemos mañana. Oh, y mi nombre es Jung Hoseok, por cierto. ¿Cuál es el tuyo?

—Min Yoongi.

Audífonos y Café Derramado (YoonSeok)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz