Pesadilla

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Karamatsu despertó, en aquella habitación aun oscura por las cortinas cerradas que no daban paso a la luz de las farolas de la calle, los ronquidos ruidosos de Jyuchimatsu y Osomatsu y suaves de los otros tres rodeaban el ambiente calmado y cálido al estar en medio de Ichimatsu y Todomatsu.

Sus ojos abiertos veian todo sin creerlo, el fuerte palpitar de su corazón seguia ahí recordandole donde estuvo ¿Todo había sido un sueño? 

Karamatsu lloro, sin ser capaz de controlar sus sollozos, los sentimientos que lo embargaba eran agobiantes y sentía que no podría parar aunque lo deseara.

-¿Qué sucede Kusomatsu?-el cuarto había despertado y entre lágrimas el segundo rio por el apodo que apenas recordaba, vio a su hermanito soñoliento pero aun así lograba verse preocupado aunque tratara de ocultarlo, no pudo más y se incorporó solo para abalanzarse sobre este y sentirlo entre sus brazos.

Cálido, suave y con un ligero aroma a tierra mojada, shampoo y gatos. Así era como recordaba a Ichimatsu.

No podía ser un sueño.

Un golpe impacto sobre su estómago y un sonrojado Ichimatsu trataba de retroceder ante esta muestra de afecto.

-¿Qué mierda está sucediendo?-pregunto Choromatsu despertando de mal humor.

-Kusomatsu se volvió loco.

-¿Karamatsu-niisan?-llamo Todomatsu tratando de tranquilizarlo, pero este lo hizo a un lado y vomito a un lado del futón, no dejo de llorar.

-Ugh, quien alguien vaya por mamá.-musito molesto Choromatsu sin terminar de despertarse.

-¿Karamatsu-niisan tuvo una pesadilla?-pregunto Jyushimatsu levantándose y corriendo para tener entre sus brazos al segundo quien oculto de inmediato su rostro en el pecho del quinto y lo abrazo al punto que dolía.

-...No puede ser un sueño.-lo escucharon murmurar con su voz rota y llena de sollozos.

-Ichimatsu.-el cuarto dejo de ver la escena cuando el mayor le llamo la atención con un tono molesto.

Pero no era sorpresa que todos indirectamente lo culparan cuando su poder consistía en entrar en la mente de otros y además causarle las más oscuras pesadillas propias de un sádico como el, sumando el hecho de su aversión por el segundo, pues...

-¿Qué demonios hiciste?- Choromatsu miro como el de morado se ponía a la defensiva.

El de azul trataba de hablar pero sus hipidos no le permitían decir nada coherente "Lo siento" era lo que mejor se entendía y esto ya estaba poniendo de los nervios a sus hermanos.

-Nada.-respondió y vio la duda en el rostro de los mayores, Choromatsu asintió antes de retirarse de la habitación a buscar a su madre, mientras el mayor salía de entre las cobijas para acercarse al segundo. 

-Karamatsu ¿Qué sucede?-Osomatsu se hinco frente al cuerpo del segundo y tomo su rostro en sus manos, sus ojos ya estaban hinchados, sus mejillas sonrojadas y lágrimas no dejaban de fluir de sus azules ojos y dándole un aspecto aún más lamentable, seguía con varias vendas cubriendo sus brazos y cabeza.

Tal vez si se habían pasado dejando que lo secuestraran...

Pero aun así no tenía sentido que fuera precisamente Karamatsu el que se disculpara.

-Tuve una pesadilla.-susurró, tratando de convencerse con sus palabras, tratando de verle la verdad a estas mientras sentía el calor que desprendía Jyushimatsu.

Al igual que Ichimatsu su olor lo lleno de nostalgia, Jyushimatsu olía al sol, tan cálido, tan brillante, tan imposible de apagar.

Las lágrimas volvieron a él junto a las memorias. 

-...U-una pesadilla.-repitió para darse valor de lo que enfrentaba. 

De lo que enfrentarían. 

Una larga, tormentosa y oscura pesadilla que los involucraba a todos.

Una larga, tormentosa y oscura pesadilla que los involucraba a todos

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