Hasta que perdemos todo es que estamos dispuesto a hacer lo que sea.
Por lo que ha decidido caer, una y otra vez, las veces que sean necesarias con tal de obtener su Happy End.
Osomatsu-san y las imágenes que use no me pertenecen.
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-¡Despertó! ¡Despertó!-grito un día Osomatsu.
Todos seguían aún con sus uniformes, solían llegar a horas diferentes pero en días lluviosos como aquellos en los cuales las actividades extracurriculares terminaban antes, todos terminaban juntos en esa habitacíon, quizas demasiada pequeña para seis adolescentes.
-¿Tu cerebro?-pregunto Choromatsu desinteresado sin despegar su vista de su manga.
-Eres cruel Choropajerovski, dame un abrazo y te perdonare.
-Jah, lo único que te daré será un buen... ¿Eh?
El tercero había soltado su manga, levantado y apresado al mayor en un abrazo y se veía confundido ante esto, los demás también, excepto el de rojo que sonreía triunfante.
-...Que demonios.
-Es el poder de niisan.-respondió el mayor liberándose del abrazo del tercero y sonriendo alegremente pasándose un dedo debajo de la nariz.
-¿Cómo lo descubriste?-pregunto sorprendido Totty, dejando su celular a un lado y acercándose a la mesa con el resto.
-Le pedí a una chica que me dejara tocar sus tetas y me dejo, pensé que había caído en el encanto de niisan así que le pedí que se sacara un moco y lo hizo, cuando se lo comió pensé que tal vez...
-¡¡Eres un asco!!-Choromatsu lo vio con decepción al igual que Todomatsu, Ichimatsu lo veía divertido y Jyuchimatsu reía abiertamente.
-¡Mocos! ¡Mocos!
-Bien y después le pedí su billetera a un señor y este amablemente me la dio.-siguió contando desvergonzadamente.
-No pudiste obtener un poder peor.-suspiro Choromatsu pero era obvio que no podía esconder su entusiasmo.
Karamatsu veía la escena feliz ante la alegría del mayor, en su mundo –o como sea que deba referirse al verdadero transcurso de las cosas- Osomatsu no despertaba su poder hasta mucho después de una forma lamentable, una simple palabra dicha sin esperar aquellos resultados.
No hubo celebración, ni sonrisa, mucho menos alegría.
El poder de Osomatsu llego en el peor momento posible.
Tantas personas murieron, hombres, mujeres, niños que escucharon una simple palabra dicha al azar en el calor del momento.
-¡Llegaremos lejos gracias a mí!-el mayor festejo alegre como nunca había estado, ya estaba preocupándose de no tener poderes y este se manifestó como un milagro.
Sí, Karamatsu puso una sonrisa ante la emoción de sus hermanos que saltaban a abrazar al mayor, el tercero ya no lo hacía por obligación sino que se veía realmente contento, llegarían lejos, nadie lo negaría, estarían en la cumbre, su nombre infundiría miedo y respeto, pero aun costo demasiado alto que él no estaba dispuesto a pagar, sus pensamiento rondaban de una escena a otro, sentía que en cualquier momento su sonrisa caería.
-Solo faltas tú Karamatsu.-el segundo salió de sus ensoñaciones ante estas palabras del mayor que le sonreía dichoso, su alegría era contagiosa.
-Jeh, brother, mi poder es llenar de esperanza y fortaleza los corazones de mis amados hermanos.
-Tu poder es llenarnos de dolor solo con tus palabras, Kusomatsu.
-Jeje eres muy poderoso niisan.-continuo Totty con burla.
-Vamos Karamatsu, tu niisan te ordena que te unas al abrazo.-un ligero empujón inconsciente lo impulso hacia delante, el por decisión propia continuó feliz el camino para unirse con sus hermanos.
Aquel era un problema del poder de Osomatsu, su uso reiterado creaba una cierta resistencia en la persona sometida, no enseguida, claro que no, pero el mayor en algún momento de su penosa historia desarrollo una retorcida costumbre y gusto en tenerlo a su merced.
"Mátalo" "Salta" "Sálvalos"... "Bésame"
"Ámame"
"Vive"
Al final cumplió cada una de sus órdenes.
-Últimamente andas muy distraído Karamatsu-niisan.-el nombrado sonrió enternecido por la atención dada por el sexto de los Matsunos, comían juntos sus bentos en el salón de clases y este no despegaba su vista de su colorida caja de alimentos similar a la suya.
-Mi pecaminosa mente no puede evitar viajar hacia mis Karamatsu girls.-actuó y le guiño el ojo a una de sus compañeras la cual correspondió con una mueca de asco antes de seguir su camino
-Si claro, si sigues teniendo pesadillas bien puedes avisarme.-comento con un tono que le restaba la importancia. Karamatsu sonrió feliz y si el sexto hubiera alzado la vista se hubiera encontrado con una gran sonrisa llena de amor.
-No problema my little brother.-susurro.- Creó que estas están a punto de desaparecer.
Solo tenía que dejar una vez más la habitación.
Abandonar el azul.
Vestirse de negro.
Y mancharse de rojo.
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Hola! Después de mucho mucho tiempo, por fin tengo mi computadora, ahora el problema es la presencia de mis exámenes pero confió en mi habilidad para distraerme para darme el tiempo de continuar mis historias. Como siempre, muchas grancias por las estrellitas y los comentarios, los aprecio demasiaaaado! Espero les haya gustado :3 ˂3
