El infierno entre la nieve

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Se quedaron de pie firmes ante la puerta, no se esconderían, que pasara lo que tuviese que pasar.

—¡Todos alerta! —Se escucho por todo el palacio— ¡¡Atacan el palacio!! ¡¡Traigan agua al ala este!!

Todo afuera era caos, quién abrió el cerrojo se detuvo, otro guardia se acercó a él.

—¡¡¡Vamos, necesitan a todos afuera, hay un incendio amenazando el ala este!!! —ordenó el segundo guardia.

En el acto ambos guardias se fueron siquiera mirar adentro. Los dos chicos soltaron un suspiro y se dejaron caer al piso, estaban tan nerviosos que al final sus piernas fallaron. "Él" aprovechó la confusión para salir de allí y dirigirse a su barraca. Apenas había salido al patio principal cuando alguien le detuvo.

—¡Hey tu!, ¿que haces allí? 

Desde su habitación "Ella" alcanzó a escuchar y sintió un nudo en el estómago.

—¡Señor! escuche la alerta y me reporto para ayudar —habló muy fuerte, quizá demasiado, con tal de que Ella le escuchara.

Todos corrían en dirección al ala este, el fuego se estaba saliendo de control. Fuera del palacio, una turba compuesta por los habitantes de las aldeas aledañas se habían amotinado, instados por los líderes de la iglesia (quienes acusaban al palacio de brujería y actos paganos), habían catapultado recipientes llenos de petróleo y nafta ardiendo contra el muro este.

—Apresurense, necesitamos controlar el fuego —gritaba uno.

—¡Es fuego griego... Será imposible extinguirlo a tiempo! —alertaba otro.

-—¡El agua es inútil, pronto, maestros hay que disminuir la temperatura de las llamas!

De poco servían las toneladas de nieve o agua que arrojaran sobre el fuego, el muro era una pared de fuego y amenazaba con colapsar. El incendio ya amenazaba con llegar a la biblioteca principal. Con técnicas de hielo hacían lo posible por controlarlo, pero ninguno era tan poderoso.

—Pronto, ¡mujeres! —llamó Lady Krysta— ¡¡¡Hagan una valla frente a la entrada de la biblioteca, protejamos con nuestras vidas!!!

De inmediato, las 4 chicas (Ilitia, Gerda, "Ella" y Daniele) tomaron posición en el lugar indicado junto con Lady Krysta. Las 5 juntaron sus palmas y después abrieron los brazos expandiendo un campo de hielo muy fino frente a ellas "Muro de hielo" clamaron al unísono, formando una resistente barrera cuya temperatura era de unos -100°C.

Fuera del palacio, los soldados se encargaban de dispersar a las masas enardecidas; lograron hacerlos retroceder, pues en su mayoría eran aldeanos, mujeres y ancianos que instados por sus líderes espirituales habían ido a atacar el palacio al que antes le rendían pleitesía. Solo unos cuantos jóvenes se envalentonaban a pelear contra ellos, con poco éxito. En eso estaban, cuando un par de jóvenes se colaron en el perímetro, el muro se había desplomado, así que pudieron arrojar dentro los recipientes con la mortal fórmula que llevaban a cuestas y prenderles fuego; tarde los detuvieron, el daño estaba hecho, el calor hizo que los recipientes estallaran muy cerca del muro de las chicas. El calor se volvió abrazador, Daniele era la más próxima a las llamas, podía sentir como el fuego iba acercándose peligrosamente a ella. Las temperaturas eran de varios cientos de grados, ardía la madera e incluso la roca por el petróleo arrojado.

—¡No te muevas! —ordenaba Lady Krysta al ver que planeaba retroceder por el terror reflejado en sus ojos.

Daniele veía fijamente las llamas frente a ella, su rostro reflejaba un inmenso temor –era la más pequeña de las cuatro, apenas había cumplido dieciseis años–, poco a poco deslizaba sus pies hacia atrás, temerosa.

Una historia a través de las eras.Where stories live. Discover now