Capitulo 1

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Durante años el sueño era siempre parecido. Cuando Laura cerraba los ojos después de un agotador día, su mente comenzaba a disfrutar.

Lo primero siempre era ver unas hermosas y verdes colinas cubiertas de flores, juraría en ese momento que podía oler su aroma dulzón, y que sentía la hierba colándose entre los dedos de los pies, una sensación maravillosa de relajación, el viento estirándole el pelo y la ropa con fuerza, llevándose todos los problemas de su vida.
Para Laura el paraíso no era una playa tropical, una tumbona y un mojito, para ella el paraíso era ese lugar tranquilo, fresco, maravilloso.

Al principio solo era ese disfrute tranquilo, pero cada noche que soñaba iba adentrándose más en su paraíso particular, paseando por las verdes colinas. Un día descubrió que habían ovejas en su paraíso, eran como bolas de algodón muy blanditas, que la miraron con cara de pocos amigos cuando se acercó demasiado.

- Vaya, que poco amigables sois, ya me voy ya...podéis seguir comiendo, a mi la hierva no me gusta. La verdad es que ningún tipo de verde, ni siquiera cuando me veo obligada a hacer dieta- Laura suspiró fuerte y bajó la mirada hacia su vientre.
- Madre mía!!!, nunca me había mirado en mi sueño, parezco una mendiga!!!

Cuando soñaba, Laura siempre miraba a su alrededor, nunca había pensado en mirarse alguna parte de ella misma.

Cualquiera pensaría que uno en sus sueños siempre se vería estupendo, más alto, más delgado, más fuerte. Pues no, Laura se soñaba como era, de estatura media, castaña, su pelo en media melena rizada algo encrespado, curvilínea por unos kilos de más, pero bueno, estaba en su paraíso, así que ahí sus estrías y sus defectos no importaban a nadie.

Le llamó la atención su indumentaria, un saco marrón de tela gruesa que le picaba por aquí y por allá, y que le llegaba a los tobillos. El vestido estaba atado a la cintura por un cordón negro que le pasaba por los hombros y entre los pechos, haciendo que estos destacaran ostensiblemente, y que milagrosamente al pasar por encima y por abajo de ellos los mantenía en su sitio, o eso parecía. Iba descalza, y por el aire que le entraba por el bajo del vestido, parecía que debajo no llevaba nada.

- Bueno, ya me preocuparé más tarde de mi ropa interior, y de esta manía que tengo de hablar en voz alta yo sola.

A lo lejos se oía un sonido atronador, parecían cientos de máquinas excavadoras. Se acercó curiosa a ver que era eso, pero sin quitar ojo a las ovejas, le había parecido que el carnero la miraba con cara de pocos amigos.

-Solo falta que me cornee el carnero y me rompa algo en sueños, humm, ¿me afectaría al despertarme?, mejor no lo compruebo - dijo Laura en voz alta.

Caminó con paso firme hacia el sonido, que cuanto más se acercaba, más intenso se hacía, solo quedaba subir un pequeño promontorio y vería algo.

Era espectacular, el promontorio daba al mar. Un mar embravecido que golpeaba con fuerza las paredes del acantilado más terrorífico que Laura había visto nunca. La altura hasta las rocas lamidas por el mar, impresionaba, se sentía como una hormiguita atraída por un mar enfadado. Magnífico. El ruido era ensordecedor, y el viento cada vez era mas fuerte, por lo que Laura dio un par de pasos hacia atrás.

Decidió seguir caminando apartándose del acantilado, allá a lo lejos se veía una columna de humo, en la linde del bosque. Se acercaría a curiosear. Que bien, en los sueños una no se cansa, y aunque andaba descalza, sus pies estaban bastante bien, quitando algún rasguño, tendría que solucionar lo de los zapatos, ah!!!, y lo de la ropa interior.

Mientras caminaba, pensaba en lo maravilloso que era todo lo que la rodeaba, hierva verde intenso, un cielo azul brillante salpicado de nubes de algodón, y a lo lejos se veía un bosquecillo. Comenzó a tararear una canción infantil mientras caminaba esquivando piedras.

Y entonces la vio, era un choza, mirándola con buenos ojos tal vez podría llamarse cabaña, pero no, conforme se acercaba parecía que su estado lamentable se hacía más evidente. Las paredes eran de piedra, y tenía un tejado de paja que parecía a punto de desmoronarse, del centro del mismo salía una columna de humo, pero no veía la chimenea.

-  Dios mío!!!!, se esta incendiando!!!, el tejado echa humo!!!

Laura comenzó a correr hacia la casucha, tropezando con piedras y matorral, y gritando como una posesa.

- Fuego!!!, Fuego!!!

La tela que tapaba la entrada a la vivienda se hizo a un lado, y una mujer jovén salió a la luz apuntándola con una flecha. Laura frenó en seco, y se quedó con la boca abierta mirando a aquella mujer.

- Madre mía!!! Estoy viendo a Mérida la protagonista de la pelicula de Disney "Brave".

La joven que tenía delante la miraba tan tranquila, era una chica alta y esbelta que vestía un traje parecido al suyo, y que tenía una espectacular cabellera roja, ¿podía alguien tener el pelo del color del fuego?, no veía el color de sus ojos, porque un enorme arco con su flecha la apuntaba a ella.

Laura vio pasar su vida entera delante de sus ojos, Oh!! Dios!!, esa chica tonta me va a matar, empezó a respirar más fuerte, y de repente comenzó a perder la visión.

- Me voy a desmayar, que tonta!!!, me pasa algo interesante y me lo voy a perder.

Se despertó de repente, estaba todo a oscuras, no se oía nada. Laura estaba un poco desorientada, pero al incorporarse notó la suavidad de sus sábanas, y poco a poco se percató de unos sonidos cotidianos, el tic-tac del reloj en su mesilla, el ruido de la nevera, el tráfico en la calle. Estaba en casa.

- Menudo susto!!!

Se levantó a mirar a los niños. Íker estaba durmiendo atravesado en su cama agarrado a su dinosaurio y Salma dormía plácidamente. Todo iba bien.

- Vaya!!!, que sueño más real, ufff.

Eran las 4 de la mañana, volvió a meterse en la cama pero ya no pudo volver a ver a esa desconocida.


En Mis Sueños (Historia Completa)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz