Capítulo 23

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Esa mujer era la misma con la que había soñado durante años.  ¿Quien sería?. No podía verla muy bien, pero estaba seguro que era ella. Estaba nervioso, esta noche la conocería.

Laura pasó una tarde muy divertida con Marc y Tritón. Se comieron todo lo que habían llevado, luego jugaron por la playa y acabaron tumbados a la sombra de unas rocas.

Era hora de volver al castillo. Estaba tumbada boca arriba mirando pasar las nubes. Suspiró.

- Lo siento Marc, pero tengo que irme, no me apetece nada, pero esta noche tengo una cena, ufff, preferiría quedarme aquí con vosotros, pero no puedo. Le dijo al niño con tristeza mientras se incorporaba.
-No pasa nada, podemos quedar otro día. Mi padre también va a ir a esa cena. A lo mejor lo conoces.
-Pues no se, habrá mucha gente supongo. Pero si me dice que es tu padre lo saludaré por supuesto, le dijo revolviéndole el pelo.

Llegó a su cuarto a las 18h. Tenía tiempo de arreglarse bien. Las cosas de Miguel estaban tiradas por la cama, suponía que se habría arreglado ya, no lo había visto en todo el día.

Se dió una larga ducha para quitarse toda la sal del cuerpo y del pelo. Luego se sentó en la cama y se masajeó con crema hidratante. Tenía que hacerse algo en el pelo, pensó en los peinados que había pensado con su hija, finalmente se decidió por un moño francés, su hija le había explicado como hacérselo y habían estado viendo juntas un vídeo en youtube.

No fue tan complicado, y le salió bastante bien. Después se puso el vestido, unas sandalias de tacón alto, algo de maquillaje y lista.
Antes de salir se echó un vistazo con ojo crítico ante el espejo. La verdad es que estaba guapa. Seguía teniendo su figura curvilínea, pero el corte y el dibujo del vestido lo disimulaban haciendo que pareciera más delgada. Las sandalias de tacón alto la hacían parecer más alta, aunque no sabía cuanto tiempo podría soportarlas, estaba acostumbrada a ir con zapatillas deportivas y zapatos planos. Esperaba no caerse de bruces y hacer el ridículo.
Se miró el reloj. Se suponía que Miguel tenía que pasar a buscarla ¿no?, tenían que hacer la representación de matrimonio feliz, así que se sentó a esperarlo.
Miguel llegó quince minutos antes de la cena, iba muy serio, y la miró largo rato cuando Laura abrió la puerta.

-Estás muy bien, esto...pareces...
-Déjalo Miguel, llegaremos tarde, le dijo cogiendo el bolso y saliendo de la habitación.

Todo el mundo estaba reunido en el salón principal, habría unas cien personas. Se oían todas las conversaciones a la vez, y de vez en cuando una risa estridente. Los camareros pasaban entre los invitados con diferentes bebidas.
Miguel la cogió del brazo y la acercó a un grupo de personas, el presidente de su empresa y su esposa, dos comerciales, y una ejecutiva muy atractiva que le pareció a Laura que era la mujer con la que discutía Miguel. Se los presentó a todos, la mujer era Cristina.
Mirándola por donde la mirara tenía que reconocer que Miguel tenía buen gusto.
Las conversaciones que le llegaban a oleadas eran sobre temas empresariales, ella no tenía opinión en esto, por lo que tras coger una copa de vino, se puso a observar a los demás comensales.
Un gong sonó para anunciar la cena. Las mesas estaban numeradas y con los nombres puestos, ellos quedaron en un lateral del salón en una mesa completada solo con los miembros de la empresa de Miguel. No sabía si le apetecía cenar con la amante de su marido, pero podría soportarlo por unas horas, luego Miguel firmaría los papeles del divorcio y que se fuera con su amiguita.
Al fondo del salón habían colocado un estrado, ella estaba sentada entre Miguel y Héctor, uno de los comerciales, y este le explicó que el anfitrión iba a dar un pequeño discurso antes de comenzar a cenar.
Laura miraba a su alrededor para ver si había algún hombre parecido a Marc, le había prometido al niño saludarlo.

Entonces lo vió, estaba de espaldas. Solo veía su cabeza rubia inclinada hacia una despampanante mujer, era el hombre de la playa, suponía que sería el padre de Marc, pero le daba un poco de vergüenza abordarlo para saludarlo. Lo siguió con la mirada. Él se despidió de la mujer y comenzó a dirigirse hacia el estrado. Cuando subió los peldaños y la luz lo enfocó bien pudo verlo claramente.

¡Dios mio! pensó, es Malcom, bueno, es una versión más moderna, pero es él. Me estoy volviendo loca, ¿como puede ser?, Malcom es un sueño, y ese hombre tan atractivo no lo es ¡tiene hasta su cicatriz en la cara!. Laura no podía moverse, estaba pegada a la silla. Estaba soñando.

El hombre comenzó su discurso, hablaba sobre fusiones, opas  y dividendos, Laura lo miraba casi si pestañear. Quería tocarlo, levantarse de la silla y lanzarse sobre él. Pero no podía. La habitación se iba haciendo pequeña, comenzó a respirar a pequeños sorbos, sus compañeros de mesa miraban fíjamente al anfitrión y no se dieron cuenta de su malestar. Iba a vomitar, si, allí mismo, preferiblemente encima de Miguel que la estaba ignorando. Cogió un vaso de agua y luego otro. Estaba comenzando a serenarse. Su Malcom seguía hablando, miraba al frente a nadie en concreto. No esperaba que la reconociera ¿como iba a hacerlo? Malcom era un sueño, y ese hombre era real, un hombre de carne y hueso, y guapísimo.

Poco a poco volvió a la normalidad, volvió a escuchar la voz del anfitrión, de Malcom, miró a su alrededor, nadie la miraba de forma extraña, así que nadie se había fijado en ella.
¿Y ahora que tenía que hacer?¿se lo presentarían? ¿Debería decirle algo?, no, claro que no. Ese hombre no la conocía de nada, no podía saber que ella lo amaba con locura, bueno tampoco sabía si a esta nueva versión la amaría tanto como a la otra. Estaba hecha un lío, pero de lo que estaba segura es de que no podía decirle a nadie que lo conocía, nadie iba a creerla.
Se giró hacia Miguel.
- Miguel, es ese nuestro anfitrión, nunca me has dicho como se llama.
-Es el dueño de "Feroe enterprises" y se llama Malcom Haffer. ¿No te lo había dicho?, la miró con asombro.
-No, no me lo habías dicho....todo habría sido diferente....
Era Malcom, su Malcom...¡Dios!
Lo miró en el momento en que finalizó su discurso. Él recogió sus papeles e invitó a los asistentes a que comenzaran la cena. Paseó su mirada por toda la sala y se detuvo cuando llegó a ella. La miró de forma penetrante, luego se giró y se dirigió a cenar a su mesa.

En Mis Sueños (Historia Completa)Where stories live. Discover now