Tres millónes.

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Me senti vulnerable al oírlo nuevamente luego de días.

Mordí mi labio inferior cuando lo escuché azotar la puerta al cerrarla fuertemente.

Me sobresalte al sentir un peso sobre mi hombro, miré rápidamente y se debía a la  mano de Clar. Quien me observaba con pena.

Cerré los ojos por un instante y retiré su mano sin ser brusca.

—No me mires así. —Me di vuelta acercándome a la oficina de Steven.

—Line, haz lo que tú corazón ordene. No escuches a nadie ni nada mas que no sea tu corazón. Si sigues mi consejo no te arrepentirás el día de mañana. —Asenti y golpee la puerta dos veces, esperando el permiso de Steven para ingresar a su oficina.

—Buen día. —Saludé entrando cuando me lo permitió.

—Siéntate. —ordenó sin dejar de mirar unos documentos.

Tomé asiento y hablé:

—Acá está mi carta de renuncia. —Entregué aquel papel sacándolo de mi bolso. —¿Pero qué coño haces? —exclamé furiosa viendo como lo rompía en varios pedazos mientras sonría con arrogancia.

—No puede renunciar, Blake. —Entrelazó sus dmadls y los llevó bajó su mentón.

—Sí que puedo hacerlo. La renuncia es un derecho para cualquier trabajador, usted ni nadie puede impedir que yo renuncie. —Hablé entre dientes haciendo un sobre esfuerzo para no maldecir.

—Que no se le suba el ego, señorita Blake. Usted no es más que otra empleada de las tanto que tengo en mis empresas,  no se sienta especial que no lo es.—cerré los ojos con fuerza y tragué saliva intentado aguantar las ganas de llorar.—...pero debido a qué usted firmó un contrato que duraba tres años. Lamento decirle que si quiere renunciar antes del plazo firmado, deberá pagar tres millones de dólares en el plazo de tres meses. —finalizó levantándose de su asiento, caminando hacia a mí.

—¿Tres millones? ¿Acaso usted está mal de la cabeza? —pregunté estupefacto y furiosa.

—Cálmese, señorita Blake. Pude seguir con su puesto si eso es lo que le preocupa.

—Esto es injusto. Exijo ver el contrato—me levanté de mala manera y estuvimos frente a frente.

Tomó un papel de su escritorio y me lo dio.

—Léalo tranquila. —Se acercó al mini bar y yo comencé a leer el documento.

Es imposible que yo haya firmado eso. Clar me habia dejado leerlo completamente y jamás habia leído esta cláusula.

—Ha jodido este documente para tratar de joderme la vida y le juro qu...—No me dejó finalizar que ya lo tenia sobre mi.

Su respiración causaba que mi piel se erizara por completo.

Mis ojos estaban viendo sin miramientos a los suyos.

—Parece qué usted tiene demasiado ego señorita Blake. Ya se lo he dicho anteriormente y tendré qué volver repetirselo; No se sienta especial, no lo es. —susurró en mi oído.

—Ha leído el contrato usted misma. —Puso sus manos en mi cintura y las mantuvo allí.

—Váyase al demonio. ¿Quiere tres millones a cambio de mi renuncia? Pues lo tendrá. —Alejé furiosa sus manos de mi cintura.
Pero antes de tomar la perilla con mis manos sentí como me daban la vuelta para después tener unos labios sobre los míos.

Basándome bruscamente.

Al principio no correspondi el beso. Estaba confundida, alterada y sorprendida.

—Bésame. —Ordenó antes de morder mi labio superior.

Subí mis manos a su cabello y jale de el para después besarlo con lujuria.

Me senti vacía cuando detuvo el beso. Lo miré y ahí me di cuenta del motivo que lo llevó hacerlo.

Me encontraba envuelta en lágrimas y no sabia en qué momento habia comenzando  a llorar.

Y no pude lograr detenerme.

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©Derechos Reservados.

Undécimo capítulo.

Steven #1 [TERMINADA] Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin