Caroline

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Era obvio lo que Joshua estaba haciendo conmigo, jugaba con mi desordenada mente y con el dolor que tenia respecto a Steven.

—¿Qué es lo que quieres? —Tironee mis brazos de aquellos sujetos intentando safarme de sus manos.

Me miró de arriba abajo y sonrió mientras negaba. Dio un paso hacia mí y se agachó a mi altura

—Pareces valiente, vas directo al punto. Ya veo lo que a mi amigo le atrajo de ti...—Ignore sus estúpidas palabras. Agachado todavía apoyó sus manos en las rodillas.

Miró a sus guardaespaldas y les hizo una seña para que me soltaran, me levanté y él también hizo lo mismo.

—Quiero que trabajes en mi empresa.

—Bien. ¿Cómo sera que el café que tendré que llevarte en las mañanas?  ¿Negro? ¿Cortado? —Me observó asombrado. —Eres un imbécil si crees que aceptaré trabajar contigo, no quiero nada que me relacione con los Kuilok's, y menos contigo ¿si? no, gracias, paso.

Carcajeó falsamente y repuso:

—Es una pena, Primor. En verdad que lo es. Por si no te has dado cuenta o el puesto de secretaria que has tenido ha afectado tus tontas neuronas pero éstas en mi palma, niña

Llevaba la razón, a fin y a cabo era yo la que estaba en el medio de la nada con tres hombres dispuestos a matarme o vaya saber qué, si Joshua lo ordenaba.

—Me interesa en lo más mínimo que puedas imaginar y lo que puedas o no tener en la palma de tu mano. No lo haré, no trabajaré para ti en mi vida jamás nunca.

Mis respuestas en vez de enojarlo parecían divertirlo, se encogió de hombros y movió la mano, uno de sus hombres se acercó a él, era rubio, alto, estaba justo detrás de mi, Joshua le habló bajo y éste asintió para después caminar hacía la camioneta.

—No creo que digas lo mismo cuando veas esto...

Mire detenidamente a Joshua, su cabello era color naranja y sus pecas en todo el rostro el daban un aire aniñado, eso si tapabamos la parte de su musculoso cuerpo.

Cuando el rubio volvió, lo hizo con un sobre de madera entrgándoselo a Joshua. Éste sonrió con maldad y sacó lo que estaba dentro, miró sin mostrarme qué eran hasta extendió el brazo y me las ofreció

Apenas la vi, quedé en una especie de trance. Una sensación de impotencia albergó mi cuerpo, no podía reaccionar y no lo hice hasta que lo escuché volver a reír, lo hacía con diversión, y maldad.

—Puedo asegurar que ya no estás pensando lo mismo
-Ironizó.

Miré una vez más las fotos y comprobé que en verdad se trataba de ella.

—Haré  lo que me pidas, pero no le hagas nada.

No podía permitir que saliera herida por mi culpa, no podia hacerlo, jamás me lo perdonaria.

Carcajeó como un maniático  y asintió.

—No te arrepentirás, Caroline

(+++)

No recuerdo exactamente cuanto fue el tiempo que llevaba sentada en la parte trasera de la camioneta esta vez sin algún tipo de soga o mordaza y agradecía eso mentalmente.

Después de acceder, Joshua ordenó que subiera a la camioneta y que no intentase nada o me iría mal.

No sabía con exactitud lo que me deparaba junto con Joshua pero eso no era relevante cuándo pensaba en el bienestar de ella, no sabía si iba a estar bien y que ya no la vería y muchas dudas más que comenzaron aparecer cómo si de mil agujas directo a mi cabeza se tratase.

Cerré los ojos tratando de pensar de calmarme, no sabia dónde me llevaban, dónde iría, pero de todo esto me conosolaba, saber qué lo hacia por el bienestar de ella, mejor dicho ellos.

Una lágrima se me escapó nuevamente pensando en él.

No quería llorar más, no quería sufrir más pero Steven habia arrasado de una forma tan cruel conmigo que me había dejado el cuerpo roto.

Porque así me sentia, me sentía rota, rota en cuerpo y alma.

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Vigésimo Tecer Capítulo

Steven #1 [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora