Su tía estaba encantada que ella hubiese aceptado que Gabriel se quedará con ella, la había visto sufrir todo estos tiempo y pensaba que se merecía un poco de felicidad.
Gabriel le vió venir y la mirada que le dirigió la hizo estremecer, él activaba todas las fibras de su cuerpo con tan solo mirarla.
—¿Y?, ¿Que dice la tía?.—pregunta él seguro de la respuesta.
—Sabes realmente cuál es la respuesta, así que déjame y te muestro cual va a ser tu habitación.—Gabriel arrugó la frente.
—¿Mi Habitación?,¿No dormiré contigo? Cuando veníamos acá lo hacíamos ahora estamos más grande.—Ella suelta una carcajada.
—Si eres niño.— caminando por el pasillo lo llevo hasta su habitación.
—Ahora duerme un rato me imagino que manejaste toda la noche.— Se le venía cansado.
Cuando iba saliendo la tomo del brazo y la jaló hacia su cuerpo, tomándola por la cintura la pego él, enterró su cara en el cuello de ella y allí estuvo un rato.
—Quedate conmigo un rato.— camino hacia atrás hasta llegar a la cama y se recostó trayendola con él.
—Solo un rato debo ayudar a mi tía.— él asistió y la abrazo fuertemente.
Sus ojos se fueron cerrando y una sensación de paz lo inundó hasta perderse en un profundo sueño.
Lucía se levantó sin hacer el mínimo ruido debía separarse de momento porque le daba vergüenza con su tía.
Cuando salió y dió con su tía está la abrazo.
—Deja de luchar hija y se feliz un rato.— una lágrima bajo por su rostro.
—Estoy aterrada tía, no me quiero imaginar si ese hombre se entera que Gabriel está aquí.— sus manos comenzaron a temblar.
—Primero tiene que dar contigo él no sabe donde estas tú.— de eso ella no estaba segura.
— Bueno dejemos las caras tristes aprovecha que lo tienes.— ahora ella la abrazo y le dió un beso deseando que esa mujer fuese su verdadera madre y no aquella que le había dado la espalda apenas había a su visión fallado.
Así pasaron los días y ellos estaban volviendo hacer los que eran antes los dos, eran una persona y ella estaba realmente feliz.
Pero absolutamente todo llega a su final y el de ellos llego muy pronto.
Ella estaba revisando su email cuando llego un correo lo abrió sin si quiera de tomarse la molestia que ver que no conocía al remitente.
"Querida mía, así que estás viviendo un pequeño romance con el imbécil de Gabriel ¿pensaste que no me enteraría? Pues estabas equivocada porque sé exactamente dónde estás y con quién, ahora bien quiero que vuelvas inmediatamente y te deshagas de estúpido ese, sino atente a las consecuencias. Adjunto unas foticos para que veas que digo la verdad."
Abrió el archivo adjunto y eran Gabriel y ella de paseo por el parque, apretó los ojos para evitar soltar un grito de impotencia que pesadilla le había tocado vivir.
Ahora debía volver, por el bien de Gabriel debía dejarlo nuevamente, Así que se levantó y como pudo ubico a su tía le contó lo que ocurría y justo cuando iba terminando noto que Gabriel se acercaba y hizo como si no lo hubiese visto.
—Entiende tía ya no puedo seguir fingiendo que siento algo por él, ya nada es igual.—su tía puso cara de no entender pero sintió que no estaban sola así que no le quedó más que apoyar a su sobrina.
