Capítulo 4.

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Flash Black.

Me encontraba junto a mis amigos, Gaara y Hinata, que además de asistir a mí misma clase y tener la misma edad de 14 años, siempre luego del instituto me obligaban a ir a una de las pequeñas tiendas de cómics que era una perdición para mi mesada.

—Vamos, Naru. -me sacude mi dulce amiga. —Vamos esta noche, a la fiesta de Shikamaru, por fa...

No se, preguntaré si puedo ir, primero. Pero, no te confirmo nada sabes como es mi madre, de sobreprotectora. -sonrió y ella me responde con un salto cargado de alegría, mientras Gaara se ríe por lo bajo.

Siempre he pensado que Hinata es muy tierna y por sobre todo muy hermosa, pero ella nunca se fijaría en mi. Ya que siempre me decía que era como su hermano mayor, favorito. Mis ánimos estaban por el piso por esa denominación.

Sin darme cuenta, termino chocando con alguien que para mi mala suerte es el nuevo chico de la florería de al lado de la tienda de cómic. Y que para más era el niño rico hijo de los Uchiha, el cual para forjar más mi mala suerte era nuestro compañero de clases. No podía estar más jodido.

Ah...ah lo siento... -me aparté rápidamente.

Me miró de arriba a abajo y luego suspiro. —Deberías de prestar más atención, por donde vas. -hace una pausa y continua. —Podrías, hacerte daño si no ves por donde vas. Usuratonkachi. -dice para luego alejarse de mí con su respectiva velocidad normal. Supongo.

Ese era... -habla mi pelirrojo amigo, recargándose en mi hombro. —¿Sasuke Uchiha, verdad?

Si. Y me trato de despistado y de inepto, entre otros sinónimos que no quiero nombrar. -rasco mi nuca en señal de disconformidad.

(...)

Otro día no muy lejano, bueno dos días después de mi fatídico encuentro con el Uchiha menor, me tocó ir hasta la florería por puro capricho de mi madre. Maldecía con mil demonios a las flores de mi madre, bueno no tan así después de todo si amaba las flores era gracias a ella.

Al ingresar en la gran florería, porque no lo neguemos era enorme para estar en un pequeño sector de esta ciudad. Al ingresar me tope con un señor de un cabello plateado muy enmarañado diria, si no mal recordaba ese era el ex profesor de Ed. Física del instituto, el cual renunció por temas personales. La verdad ni idea, lo que sí sabía es que ahora era un florista junto a su pareja Iruka de edad desconocida para mí.

¿Disculpe, en qué puedo ayudarle? –me saca de mis pensamiento un joven de pelos oscuros y ojos tan brillante, llenos de una incontable amabilidad.

Oh, yo... vengo por un encargo para la señora Usumaki. –le entregó el pequeño recibo de mi madre y el chico solo sonríe, para luego pedirme que esperara un momento para luego irse por una gran puerta de amplios ventanales que para mi sorpresa dirigían al jardín trasero. Seguro y el encargo de mi madre estaría ya listo por allí.

Habrán pasado más de 10 minutos cuando el mismo chico volvió acompañado, de quien adivinen, Si, Sasuke Uchiha. Teme (maldito). Si, yo también le he puesto un apodo, y le queda a la perfección.

Bien, aquí está todo. Pero, como es mucha carga para ti solito, Sasu, te acompañará. –dice sonriente Iruka, mientras que el otro pelinegro le fulmina despiadadamente con la mirada.

¡Engaños! (SasuNaru) [TERMINADA]Where stories live. Discover now