Do It For Me ||Ferran Torres||

○●T r e c e●○

ᴍᴀɴᴄʜᴇsᴛᴇʀ, ɪɴɢʟᴀᴛᴇʀʀᴀ. 𝟷𝟽 ᴅᴇ sᴇᴘᴛɪᴇᴍʙʀᴇ ᴅᴇ 𝟸𝟶𝟸𝟷.

—Dime mamá.—dijo Sophie una vez que descolgó la llamada.

—¿Estás ocupada?

—No, acabo de aparcar el coche, ¿por qué?

—Nada, hija, quería hablar contigo. Además, tu padre está aquí también.

—Sophie.—la joven sonrió al escuchar la voz de su padre.—¿Cómo estás, cariño?

—Pues... No os voy a mentir. Tengo rachas, pero la mayor parte del tiempo estoy bien. No sé, las prácticas, salir con mis amigos y tal me mantiene la mente bastante ocupada.

—¿Seguro?

—Os lo prometo. Kaira y Vega me tiene súper vigilada, y bueno de Aymeric ni hablemos.—explicó Sophie.—Y creo que estoy empezando a salir. Alicia tiene todos mis progresos y después de tres años, puedo decir que no son pocos.

—Ay, no sabes lo que nos alegra oír eso, cielo.—dijo su madre.

—No has tenido ninguna recaída, ¿verdad?

—No, estoy perfectamente. Podéis estar tranquilos, de verdad. Me está costando trabajo pero estoy saliendo.—escuchó perfectamente cómo sus padres suspiraron con alivio. Ella era la primera que odiaba el sufrimiento que les estaba causando, y estaba deseando poder eliminarlo de una buena vez.—¿Para qué me habéis llamado? ¿Ha pasado algo?

—¿Cómo qué para qué? Sophie, ¡es tu cumpleaños!—al escuchar esas palabras salir de la boca de su padre, alejó el móvil de su oreja y miró la fecha. Diecisiete de Septiembre.—¿No te has acordado de tu propio cumpleaños?

—Pues la verdad es que no. He tenido todo el día el móvil en silencio porque he estado estudiando en la biblioteca.

—¿Y tus hermanos no te han felicitado?

—Mamá, llevo desde las siete de la mañana fuera, acabo de llegar a casa. De hecho cuando me has llamado iba a coger las llaves.

—¿Y dónde estás ahora?

—En el coche, papá.

—¿Y cómo te sientes? Que ya son veinte.

—Pues si os soy sincera... Me sorprende bastante haber llegado hasta aquí.—confesó la muchacha.—Pero bueno, no puedo dejar que el pasado me hunda.

—Así me gusta cariño.

—Muchísimas felicidades, cielo. Te queremos muchísimo y estamos deseando verte.—de nuevo, Sophie sonrió.

—Y yo a vosotros, de verdad. Os llamo luego, ¿vale? Que me muero por darme una ducha.

—Siempre dices que vas a llamar y nunca lo haces, Sophie. Que nos conocemos.

Una vez que se despidió de ellos suspiró y apoyó su cabeza en el asiento del coche. Veinte años, le parecía demasiado surrealista después de todo lo ocurrido. Agarró sus cosas y salió del vehículo. Se aseguró de cerrarlo bien y entró en el portal. Subió a su piso en ascensor, y al abrir la puerta se encontró con todo su apartamento a oscuras.

—¿Vega? ¿Kaira?—dejó las llaves en el recibidor, y caminó por el pasillo hasta llegar al salón.

—¡Sorpresa!—gritaron todos cuando la joven encendió la luz. Sophie se tapó la boca con sus manos en señal de asombro.