Un tio sucio (orian Hot) (adaptada)

Capitulo 41 (final)

Ova se quedó inmóvil mientras veía a oriana caminar hacia el embarque del avión. Y el mundo se le cayó al piso. ¿Qué le había dicho su hija? Por supuesto que la quería. La amaba tanto que hasta lo asustaba. Siempre había planeado una vida perfecta para ella. Había conseguido inscribirla en la mejor escuela de la ciudad, y lo único que quería era que fuese una chica inteligente y que tuviera un buen futuro. Pero todo había salido mal.

Entonces reacciono. Oh, que ciego había sido. Julian y Emilia tuvieron la razón todo el tiempo, él era muy duro con ella y merecía algo mejor que una buena escuela y un buen futuro. Corrió hacia oriana y la alcanzó antes de que subiera al avión. La cogió del brazo mientras la volteaba y la alejaba de la multitud.

- No vuelvas a decirme eso.- la voz se le quebró.- te quiero, oriana. Eres mi hija y no permitiré que vuelvas a hablarme de esa forma, ¿Me entiendes? Ahora muévete, nos volvemos a casa.

Los ojos de ori se abrieron completamente y brillaron de una manera especial que a ova le conmovió.

- ¿De verdad?

- Si, y más te vale quererme de la manera en que yo te quiero, o lo lamentaras.

Ova abrió los brazos y la abrazó. Oriana le correspondió el abrazo enrollando sus brazos alrededor de su espalda. Era una sensación tan hermosa que ya había olvidado lo que significaba un abrazo de parte de su padre, y se sentía fantástico. Mientras se seguían abrazando, oriana sintió que al fin su padre la quería.

Julian bebió de su Red Bull una vez más. Otra lágrima cayó de sus ojos. Basta, llorar es para nenas. Pero es que oriana lo había hecho débil, y joder, cuanto la extrañaba. Había llorado tanto que pensaba que se iba a deshidratar. La ausencia de oriana en la casa era algo que no se podía ignorar, y la necesitaba. Demasiado.

- ¿Juli?- la deliciosa melodía de una mujer llenó sus oídos. Y supo al instante de quien se trataba.

Se giró. Y la vio ahí, parada a mitad de la sala. Tenía una mochila en el hombro, y ova estaba detrás de ella quien le sonrió débilmente. Oriana se acercó hacia él con una rapidez que no vio y se lanzó a sus brazos. Julian la estriñó fuerte contra él, cerró los ojos y nuevas lágrimas cayeron, pero esta vez por felicidad. Ori lo hacía feliz.

- ¿Estas llorando?- preguntó ella, limpiando suavemente su rostro con las manos.

- Por ti. Todo es por ti, mi ori.

Y la besó. No le importó que ova estuviera ahí, lo único que quería era poder besarla. Besarla y decirle cuanto la amaba.

- Te amo, te amo.- repitió él sobre sus labios.- tú me haces feliz, oriana. Por favor, no te vuelvas a ir de esa forma.

- No lo volveré a hacer. Te lo prometo.- rozó su nariz con la suya.- te amo. Mucho.

Ova apreció detrás de ellos. Tenía a Emilia rodeada de la cintura mientras trataba de decir algo, pero al parecer se le hacia difícil de explicar.

- Vamos, mi amor.- dijo Emilia, besándolo en la mejilla.- diles.

- Bueno.- los miró a ambos.- les debo una disculpa a los dos. Yo... eh, me comporté como un idiota ayer. Y después de todo, tienen todo el derecho de estar juntos. Así que, ámense.

- ¿Hablas enserio?- dijo oriana, con los ojos brillosos. Ya no faltaba mucho para que se echara a llorar de la felicidad.

- Claro que si, cariño.- le sonrió.- te quiero, y si con julian eres feliz, entonces no me interpondré en su camino.

- Gracias, ova.- dijo julian, con una estúpida sonrisa en el rostro. Y es que no había parado de sonreír como imbécil desde que oriana volvió.

- No tienes que agradecerme nada.

Oriana miró a julian de una forma que lo estremeció.

- Ahora que todo está bien, ven aquí y dime cuanto me amas.

Julian sonrió y su cara se puso seria mientras el amor que sentía por ella lo consumía por dentro.

- Te amo, oriana. Y eso nadie lo cambiara jamás.