Capítulo 24

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Han pasado dos semanas desde la vez que estuve sentada al lado de mi ex guardaespaldas, fue muy duro escuchar mi nombre de sus labios débiles. Tenía la leve esperanza de que despertara, que me nombrara de nuevo, de que sus ojos grises me observaran, de verlo sonreír... Pero no fue el caso.

No he sabido nada de él, y la verdad no tendría derecho de saberlo o de estar informada, a fin de cuentas no soy nada de él y lo alejé de mí.

Me encuentro en la sala de espera con mi hermana. Estamos esperando su turno para su chequeo. La última vez vino solo con Elliott hace tres semanas, pero por motivos personales del doctor, se adelantó su cita una semana antes.

—Ya quiero escuchar a esta pequeñita —digo acariciando el vientre de Amelia.

—Puede ser pequeñito —sonríe y yo hago una mueca en mis labios.

—Ya lo veremos, no puedo esperar.

Cuando nombran su apellido de casada nos levantamos y diez minutos después ya se encuentra en una camilla con su camisa levantada y el doctor frotando el pequeño aparato en su vientre para por fin escuchar los latidos del corazón.
Cuando la habitación se llena de ese dulce sonido de tambor Amelia aprieta mi mano y no puedo contener mis lágrimas, estoy muy feliz por ella y por conocer a ese panecillo que se está cocinando.

—¿Quieren saber el sexo?

—Por supuesto —respondo antes que mi hermana provocando su risa y la de el doctor.

—Bien, estoy 99.99% seguro que está esperando... Una niña.

Amelia sollozo y yo grito de emoción besando su cabeza y abrazandola como puedo. Seré tía de una hermosa nena, ya no puedo esperar a conocerla, besar sus mejillas y complacerla en todo lo que me pida.

—Estaré siempre para ella —digo con mis ojos inundados viendo la foto del eco, es tan pequeña ahora.

—Esgoy segura de ello princesita —mi hermana me abraza mientras salimos de la clínica—. Conservala.

—Pero... Esto...

—Quédatela cariño, yo aún tengo la anterior y quiere que te quedes con esta —la abrazo agradeciéndole.

—Elliott llorará.

—Lo sé, las niñas lo vuelven loco, es muy consentidor.

Sonrío al verla sonreír tierna, mi cuñado es perfecto para ella.

Una vez llego a mi edificio me topo con Kyle en la entrada, antes de subir al ascensor.

Cactus.

—Hola Kyle —lo abrazo sonriendo.

—¿Qué traes ahí? —observa un poco l eco de mi sobrina y su mandíbula se contrae—. ¿Tú...?

—No —lo interrumpo riendo y golpeando su hombro—. Mi hermana Amelia, ya tiene tres meses.

Subimos al ascensor con una sonrisa.

—Felicidades para ella entonces —asiento manteniendo mi sonrisa—. ¿Qué tienes?

—Nada, solo estoy algo... Tensa... ¿Quieres un par de cervezas? No tengo ganas de ir a la oficina hoy.

—¿Leah Conrad faltando al trabajo? —alza una ceja y yo pongo los ojos en blanco sonriendo mientras marco el código de mi piso—. Eso es nuevo para mí.

—Eres un tonto.

—¿Por qué no me dijiste que estabas estresada? Hubieras ido a la carrera de anoche.

Me Encargaré de Ti [ REALIZANDO CORRECCIONES ]Where stories live. Discover now