Capítulo III

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¡Que vergüenza!, pensó mientras salía del edificio con las mejillas rojas.

Hace ya bastantes horas que le hizo la mamada a ChanYeol. Incluso se quedó dormido con el tipo en la cama de la habitación que usaron. Sin embargo, una vez que despertó se encontró solo en la habitación con dos cheques sobre el velador de la mesilla de noche. Por suerte, ambos tenían el monto que esperó e incluso un poco más.

En aquel momento salía del edificio, así que no tuvo por qué sorprenderse cuando vio a ChanYeol caminando unos cuantos metros alejado de él. Al verlo caminar por aquellas calles lo encontró más joven y ligero, normal, como cualquier otro ciudadano. De igual forma, prefirió no encontrarse con el chico otra vez, más que nada por la vergüenza que sentía, así que se dispuso a continuar por su camino, el cual curiosamente era el mismo que el de ChanYeol.

—Oh —exclamó el chico, al parecer sorprendido por verlo ahí.

BaekHyun se encogió dentro de su gran chaqueta y bajó la cabeza en el intento de que no se notara su sonrojo. Era normal su actitud, ¿no? Después de todo, con lo que pasó era medianamente normal avergonzarse.

—¿Vas a tu casa?

Asintió a modo de respuesta.

Perdió tanto la noción del tiempo dentro de aquel edificio que no se dio cuenta que ya se oscureció, así que el viento helado lo hizo estremecer cada vez que chocó contra su cuerpo.

—Tengo pensado ir al banco primero —susurró con la intención de que no muriera la conversación.

—Yo también tengo que ir. —ChanYeol se giró a mirarlo sorprendido—. ¿Quieres que vayamos juntos?

BaekHyun no se esperó eso, claramente no. De hecho, quería deshacerse de la presencia del otro cuanto antes, pero, de igual forma, sintió en el fondo de sí mismo que el chico le provocaba algo y le gustaba tenerlo a su alrededor.

—Claro, podemos ir juntos.

Caminaron silenciosamente uno al lado del otro en dirección hacia el banco más cercano, una vez ahí BaekHyun se dirigió hacia donde pudiera cobrar los cheques. Con todo el dinero que consiguió aquel día sería suficiente para al menos pagar dos tercios del total y, además, le sobraría un poco para comprar una buena cena para aquella noche.

Una vez que tuvo el dinero lo depositó en la cuenta de su prestamista. Cuando acabó con ello procedió a hacer la llamada para contactarse con el hombre.

Mientras sentía el molestoso sonido del celular contra su oreja pudo ver a ChanYeol a unos pocos metros sacando dinero de un cajero automático. Supuso que el chico se despediría de él antes de irse, así que estuvo pendiente del muchacho por si se acercaba, aunque solo lo miró de reojo.

—¿BaekHyun?

—Buenas tardes, señor —saludó mientras sonreía y desvió la mirada hacia el ventanal que hubo delante de él.

—¿Por qué me llamas? ¿Me dirás que no conseguiste el dinero y que quieres más tiempo, maldito niño?

—No es justamente eso, señor. —Sonrió por lo bajo—. Ya pagué dos de tres.

A pesar de que no hubo una buena razón para estarlo, BaekHyun se sintió sumamente feliz al saber que ya acabó con esa parte tediosa de su vida. Aún le faltaba por pagar, pero el hecho de que fuera mucho menor el monto ya era un avance para él.

—¿Sí?

—Puede revisar su cuenta bancaria, señor. Le acabo de depositar.

Escuchó del otro lado como el hombre tecleó sobre las posibles teclas de su computador.

Delante de cámara • || ChanBaek ||Onde histórias criam vida. Descubra agora