Pequeña Bisexual

18

Ronna quedó estupefacta, no sabía qué responder ante tal confesión. ¿Debía preguntarle si estaba enamorada aún de ella o reírse para que no se note su nerviosismo?

No optó por ninguna, hizo lo más estúpido que podría haber hecho.

Salió corriendo.

-Pero, ¡¿Qué demonios?!, ¡Ronna! -gritó Jess al mismo tiempo que se levantaba del columpio y salía corriendo tras la chica que hace pocos minutos había estado parada frente a ella-.

Por otro lado, la pobre chica corría aturdida sin saber adónde ir ni qué hacer. ¿Y si paraba y daba la cara? Debía decir la verdad, no debía mentir. ¿Qué podía hacer?
Se paró a pensar, y sintió como que el mundo la envolvía y solo quedaba ella. Escuchaba su respiración agitada y logró ver como una hermosa chica con el rostro empapado de confusión se le acercaba, escudriñó en su cabeza palabras y en su corazón logró encontrar la valentía para hablar. La gente que pasaba a su lado la miraba extrañada, y ella no le importaba.
Abrió la boca para hablar, pero no pronunció nada de lo que quería decir.

Finalmente, en medio del silencio y la confusión, logró musitar:

-Jamás me has dejado de gustar, te pienso desde siempre, cada vez que te veía pasar algo me hacía sentirme asustada, feliz y un poco triste... triste de que quisieras a Aisha, y que te hayas olvidado de mí. -se le escapó una lágrima, la cual limpió con rapidez y continuó:- Pero un día me armé de valor y te escribí una nota, jamás lo hice con mala intención ni nada por el estilo. Si en algún momento te incomodó que supiera tanto de tu vida, lo siento. Solo hablaba de lo que tú me contaste de ti misma. -Agachó la cabeza, y, decidida a irse sin conseguir nada más que expresarse, dio media vuelta y comenzó a caminar.

Jess contó los pasos arrastrados que dio: uno, dos, tres...

-No te vayas. ¿Qué estás haciendo? Aún no hablamos de lo mucho que te extrañé.

Ronna volteó un poco el torso hacia el lado en el que se encontraba Jessica, con los ojos un poco encendidos, y vio aquel cuerpo que tan hermoso le parecía. Sonrió, se volteó por completo y caminó hasta donde estaba a quien consideraba el "amor de su vida".