Aquí está mami

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–¡Doctor, doctor! — salió Simon corriendo de la habitación en la que estaba Adele.

–Señor , no puede gritar, está en un hospital— le reprimió la enfermera.

–Necesito al doctor por favor, llámelo...

–¿Qué doctor?– preguntó.

–El doctor Braxton—contestó desesperado.
La enfermera tomó el teléfono y comenzó a llamar repetidamente al doctor.

–¿Qué pasa con la señorita Adkins?— preguntó dirigiéndose a Simon.

–Doctor, estaba con Adele, cuando apretó mi mano.

–¿Es en serio Simon? — preguntó Angélica

–Señor , no quiero desesperanzarlo, pero en ocasiones suelen ser reacciones involuntarias. No es señal de nada.

–Pero ella apretó mi mano y con fuerza cuando le dije que la amaba — se tomó los cabellos con desesperación.

–Le repito Konecki, estas situaciones , suelen suceder de manera consecuente y son movimientos o reacciones cien por ciento ajenos a ella, es normal, hasta que ella despierte podemos asegurar algo.— palpó el hombro de Simon — Siento no haberle dicho lo que quería escuchar.

Habiendo dicho eso, el doctor partió dejando a Simon poco convencido de su argumento médico.

–Estoy seguro que ella me escuchó y por eso apretó mi mano.

–No juegues, Simón... — dijo Angélica. –¿sabes lo que daría porque ella pudiera escuchar todo lo que tengo que decirle? Siento esto como si fuera una despedida, siento que va a pasarle algo y que simplemente no voy a tener la oportunidad de decirle cuánto la quiero. — soltó el llanto. – yo.... — tomó aire. – Yo nunca nunca dije que la perdonaba por una pelea que tuvimos hace tiempo.... simplemente no hablamos más de eso y fue quedando olvidado, pero yo conozco a Adele mejor que cualquiera y sé que dejar las cosas inconclusas no es algo que ella suele hacer.

–¿Por qué no vas a verla, corazón? —le preguntó Fernando.

–Es que estoy esperando a que llegue Penny... quiero que pasen todos antes que yo porque en realidad tengo tanto por decir, que no sé cuánto duraría allá adentro.

–No importa. —Laura tomó su mano.— ve a verla, si llega Penny yo le explico todo.

–Pero Laura...

–Nada, Angélica, ve a verla. — Angélica asintió y le dio un beso en la mejilla a Fernando, un apretón de manos a Laura y le dedicó una mirada a Simón.

Angélica siguió los mismos pasos que Simón para entrar a ver a Adele, se hallaba en la puerta pensando en si debería quedarse allí o ir y ver a su mejor amiga... Sabía lo mucho que le dolería verla ahí sin poder moverse, tan débil y seguramente con moretones y heridas por todo su rostro. Se armó de valor y soltó un pesado suspiro, se apretó los dedos nerviosa y entró lentamente mirando al suelo. Levantó la mirada y la vio, un poco peor de lo que la imaginaba. Angélica comenzó a llorar sin consuelo mientras se acercaba a ella, se sentó a su lado y en un intento para hablar las lágrimas pudieron más que ella. Tomó la mano de Adele y la besó  repetidamente por unos segundos, deseando que le pasara lo que Simón, deseando que ella apretase su mano y poder sentirla... pero no sucedió.

Angélica se derrumbó por completo al ver que Adele no respondía , al verle el rostro apagado y no con esa jovialidad que la caracterizaba.

-Ay amiga- limpió la lágrima que rodaba sobre su mejilla- no sabes cómo me duele no haber estado en ese momento contigo. No sabes la rabia que siento de que ese maldito te haya hecho tanto daño. No puedo creer lo que está pasando, no asimilo que estés en esa cama. - lanzó un largo y pesado suspiro- Te amo Delly y quiero que sepas que estaré esperando hasta que decidas despertar, todos los que estamos aquí, te amamos y te esperaremos siempre. Tómate tu tiempo, pero no tardes mucho ¿sí? Porque verte así hace que se me quiten las ganas de todo, es como mi motor y la única persona con la que quiero estar para siempre.

Angélica posó sus labios sobre la frente de Adele sin presionar mucho y le plantó un largo beso, varias lágrimas humedecieron la frente de Adele.
Angélica caminó hacia la puerta para salir y antes de abrirla volteó de nuevo a ver a Adele. Su melancolía, su tristeza, su rabia, todo incrementó.

–¿Cómo la has visto? — preguntó Laura.

–Mal, jamás imaginé que se miraría de tal forma. Laura es que — suspiró tres veces constantes y Fernando la abrazó en seguida para tranquilizarla, después agregó: — Su rostro, está triste, aun cuando está dormida. No soporto verla así, quiero a mi amiga de vuelta, quiero matar al infeliz de Nathan.

–Amor, no, calma, todo estará bien con Adele, ya verás. —Fernando le dio un beso en la frente y la abrazó más fuerte.

–¡MI HIJA! ¿DÓNDE ESTÁ MI HIJA? — entró Penny muy nerviosa a la sala.

–¡Penny! — dijo Angélica.

–Angélica ¿Dónde está Adele? ¿Qué pasó? ¡Dímelo!

–Penny, cálmate — Dijo soltándose de Fernando y agregó-: Adele, no sé si te contó, pero estaba viviendo con su prometido, Nathan.

–Ajá–soltó en tono desesperado esperando más información.

–Pero, le dijimos que no, porque ella no lo quiere, ella quiere a Simon.

–El famoso Simon ... ¿Está aquí?

–Sí señora, yo soy — se levantó Simon y se presentó — mucho gusto. Yo , quiero decirle que le rogué a su hija demasiado para que no estuviera con Nathan, pero su orgullo ha podido más que cualquier cosa.

–Mucho gusto Simon... Pero - respiró hondo y levantó la mirada — no me han dicho qué tiene Adele...

–Adele fue golpeada Penny- añadió Laura.

–Fue golpeada tan fuerte que — Angélica se agarró el pecho, pues le comenzaba a doler de tanto llorar — perdió al bebé que esperaba y ese bebé era de Simon.

–¡No! — dijo Penny llevándose las manos a la boca y comenzaron a correr las lágrimas por sus mejillas.

–Perdió mucha sangre y debido a los fuertes golpes, convulsionó y está en estado de coma —agregó Meryl— mucho gusto señora, soy Meryl, la jefa de Adele. Yo vi cuando ella llegó arrastrándose a la editorial.

–Sé quién es usted, Adele me ha dicho tantas cosas.... Pero bueno, ya díganme, ¿Dónde está mi hija ahora? — preguntó entrando en histeria.

–Ahora está en terapia intensiva, acabo de verla. Quiero que sepa que tiene que estar preparada para lo que van a ver sus ojos, tome calma Penny... — dijo Angélica llevándola con el doctor.

Penny siguió los mismos pasos para entrar a ver a Adele. Al cruzar el marco de la puerta y ver a su hija en esa cama, sus piernas comenzaron a temblar de una manera que no imaginó. Su alma estaba apagada igual que Adele. Se acercó a la camilla y se sentó a lado de su hija.

–Mi bebé, mi chiquita, aquí está mamá para cuidarte, todo va a estar bien. Ese infeliz que te hizo daño lo va a pagar, te lo juro.
No debo regañarte, no en este estado, pero siempre ha sido tema de discusión tu orgullo, tu terquedad — tomó la mano de Adele –mi vida, si no tuvieras ese temperamento no estuvieras aquí en este momento.
¿Sabes? — Penny le hablaba con esperanzas de que ella la escuchara y despertara — conocí a Simon, él te quiere hija, más de lo que piensas y más de lo que él cree, se ve en sus ojos la preocupación, está sufriendo, todos lo hacemos, pero él siente culpa, por no haber estado ahí contigo como debía. Si miraras la carita de Angélica y Laura, son tus hermanas y están sufriendo tanto. Hija , por favor, si escuchas esto que te estoy diciendo, dame un señal, muévete haz algo. Sabes que te amo ¿cierto? Y si me escuchas, quiero pedirte que te des una oportunidad con Simon, ese muchacho te ama... - Penny agachó la cabeza, recostándola sobre la cama y viendo al piso, llorando sin consolación.

En ese momento, por las mejillas de Adele rodaron un par de lágrimas...



Hello, it's me, la Rox... Me han estado leyendo muy seguido ¿Verdad? Pues aquí les dejamos el nuevo capítulo de déjate llevar. Majo y yo escribimos este capítulo. Cada vez le sufrimos más pero estamos amando el resultado de la historia. Amamos que la amen.
¡Gracias por todo!

Las saluda; Marry y Rox 💚

Déjate llevar Where stories live. Discover now