Capítulo 6: El Guardián.

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Desperté con una jaqueca horrible y mis extremidades hinchadas. Un ligero as de luz me permitía ver la silueta de tres o cuatro personas al fondo de la habitación, a mi lado se encontraba Kalt y un hombre de traje que no logre reconocer. Observe que Kalt tenía varios golpes en el rostro, aunque por alguna razón permanecía con su antifaz, al igual que yo con mi máscara.

Cuando las personas del fondo notaron que recién había despertado se acercaron a paso lento, el más corpulento de ellos me tomó por el rostro por unos segundos y luego soltó una ligera risa, que, si no hubiera sido por el silencio, nadie habría escuchado. El corpulento hombre me miró con detenimiento, lo cual me permitió ver algunos detalles de su rostro, pues aunque me miraba fijamente la luz no me daba para más.

-Patético- dijo el señor mientras se alejaba.

-¿Que hacemos con ellos?- preguntó una voz femenina desde el fondo.

-Lo de siempre- respondió el hombre de gran masa muscular.

El hombre salió de la oscuridad con unos enormes guantes de metal frotándolos en sus manos. Se acercó a mí y me dio un duro puñetazo en el rostro. Logré notar que un pequeño hilo de sangre salía de entre mis fosas nasales tras el golpe.

-Power Hands ultimo modelo, cortesía de J Corps- dijo observando los guantes -aumentan la fuerza cuantas veces quiera, si quisiera podría matarte justo ahora.

-¿Quienes son?- dije con bastante esfuerzo.

-Eso debería preguntarte a ti- me dio un golpe en el pecho que me lanzo al otro extremo de la habitación y destrozo la silla en la que me encontraba -Elite Forces, eso somos.

Intenté ponerme de pie pero antes de que pudiera ponerme de rodillas el hombre me tomó por el cuello y me estrello contra la pared, se preparaba para golpearme una vez más pero una mujer se acercó para detener la que pudo ser una dura paliza.

-¡Vas a matarlo!- exclamó la mujer mientras forcejeaba con el corpulento hombre -Deja de jugar Brooks, debemos hacer el trabajo.

-Bien- dijo Brooks para posteriormente lanzarme al otro lado de la habitación -Lo llevaremos al cuarto de interrogación.

Los hombres salieron de la habitación permitiéndome recuperarme un poco de los golpes. Me acerqué y liberé a Kalt, este parecía seguir aturdido, se nota que es un novato.

-Hey... chico- dijo el hombre uniformado -¿acaso no te olvidas de mi?

-¿Perdón?- respondí confundido.

-Ven y libérame de una buena vez.

-Dame una buena razón para hacerlo- dije intentando imponer autoridad.

-Te ayudaré a escapar de aquí.

-¿Estás seguro? No creo que puedas pelear contra Brooks. Yo aún no recupero mis fuerzas.

-¿Ese gorila parlante? No será problema para rayo y centella- dijo mientras presumía sus brazos.

-¿Como quieres ganarle a Brooks sino puedes liberarte de una silla?

-No me conoces niño- En ese preciso instante su cuerpo comenzó a vibrar y sus extremidades comenzaron a crecer. La silla se rompió y el hombre se acercó a mi, había crecido y sus músculos se habían fortalecido -¿Crees que ya le puedo ganar?- dijo con una sonrisa burlona.

-¿Quien eres?- dije retrocediendo unos pasos hasta que mi espalda pegó con la pared.

-¿No me recuerdas?

-¿Debería?

-Tres...tres dictadores que no son llegaran al trono desde lo más profundo, el...fénix que triunfara sobre t...todos, tu sombra será la más peligrosa y el...el...el demonio será el más astuto, la gran manzana será suya, todos corren peligro- terminó de repetir aquellas palabras entre risas al notar lo confundido que estaba- Sino fuera por la máscara estaría muriendo de risa al ver tu rostro.

X: El Imperio de Astaroth Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz