d o s.

1.3K 231 301
                                    

—Bryan, él es el niño más bonito que vas a ver en todo el mundo. —Le dije emocionado a mi amigo.

—Jos. —Rodó los ojos. —¿Estás seguro de que no estás confundiendo las cosas? —Hizo una mueca de confusión. —Digo, tal vez es una niña y tú crees que es niño.

—No Bryan, es un niño, de tu edad. —Levantó las cejas. —Tiene ojos azules... Cabello rojo, aunque tiene la mitad rapada, también tiene pecas... Que lo hacen ver más bonito de lo que ya es. —Suspiré sonriendo.

—¿Cabello rojo?, ¡de seguro lo tiene pintado y por eso su mamá lo rapó! —Me tomó de los hombros.

Negué con la cabeza riendo. Recordar al niño pelirrojo por alguna extraña razón me ponía feliz, incluso más de las veces en que mi mamá me compraba lo que yo quisiera.

—¿Te parece si vamos al hospital y conozco a ese niño tan bonito que dices? —Preguntó.

—Solo te digo que es mío, y él no te puede gustar a ti también. —Fruncí el ceño.

Bryan me miró riendo, durante todo el rato le hablé de aquel pecoso que tanto me gustaba, y encantaba. No podía negar que poco a poco iba enamorándome de él, a pesar de ser un pequeño niño de 6 años.

—¡Obvio no, tonto!, a mí no me gustan los niños.

—Ajá. —Levanté una ceja sonriendo. —¿Y entonces por qué te besaste en la casita del árbol con Fre... —Me tapó la boca con su mano.

—F-fue un reto. —Dijo rápidamente nervioso.

También sabía que a Bryan le gustaba Freddy, mi vecino. Pero siempre negó que sentía algo por él, que solamente eran amigos y solo le gustaban las niñas.

La puerta se abrió, Bryan salió y me hizo señal de que lo siguiera. Al estar caminando detrás de él, salimos de su casa. Comencé a sentir miedo de que mi mamá nos viera tan tarde y despiertos.

—¿A dónde vamos Bryan? —Pregunté tímido.

—Al hospital, Jos. Quiero ver tu reacción con el niño pecoso.

Me quedé procesando lo que había dicho. ¿Acaso íbamos a ir solos?, nunca había ido a un lugar solo sin mi mamá.

—Bryan, e-esto está mal. —Lo jalé del brazo.

—Vamos, no queda muy lejos de aquí. —Subió a una pequeña moto. —Ahora sube aquí. —Me señaló la parte trasera del asiento.

Mi mente me controlaba, y sabía que iban a regañarme mucho por haberme escapado sin permiso.

Jos, dile que no.

Jos, dile que no.

Jos, solo te está llevando al lado obscuro.

Jos, estas cosas son del diablo.

Una parte de mí me decía que no debía hacerlo.

¡Vamos Jos, no importa el regaño!, verás al niño rapado que ni siquiera te conoce y cree que eres un bastardo acosador.

Pero la otra parte me insistía en que sí.

Así que sin dudarlo, subí detrás de él. Tomé su cintura y me sostuve fuerte.

[•••]

Al ya estar dentro del hospital (que por suerte estuvo abierto), sentí mucho frío. Tomé a Bryan del brazo y lo llevé a la habitación.

El pelirrojo estaba dormido, mi amigo se le quedó mirando. Lo inspeccionó por completo, y al final sonrió viéndome.

—Jos, no debimos venir. Tu pecoso tiene la mitad de su cabello nada más, de seguro tiene una enfermedad y nosotros vinimos aquí sin protección, hay que irnos, nos hará daño.
—Sus palabras causaron alguna especie de enojo en mí, se veía asustado.

Moví un poco al pecoso, el cual poco a poco iba despertando. Abrió sus ojos por completo y me miró asustado.

—¡GUARDIAS!, ¡HAY UN ANSJSJFL... —Tapé su boca.

—Vinimos a verte. Bueno, en realidad yo vine a verte, Bryan quería conocerte. —Poco a poco fui quitando mi mano.

—Oh... Niño de los ojos bonitos. —Sonreí tontamente. —¿Él es tu amigo? —Preguntó señalando a Bry.

Asentí.

—Soy Bryan Mouque, puedes decirme Bry o Kevin. Aunque prefiero Bryan. —Sonrió forzado.

—¿A qué vinieron? —Comentó Alonso mirándonos.

—Pues mira, Bryan quer.... —Me interrumpió.

—Vinimos porque al bobo de Jos le gustas y no para de hablar de ti, así que tuve curiosidad en saber quién eras. —Dijo intentando no reír.

—Cállate Bryan. —Me crucé de brazos y mis mejillas tornaron un color rojo.

Alonso rió tiernamente un poco sonrojado, se veía tan lindo. Me era inevitable no verlo a cada segundo.

Cuando iba a hablar yo, los guardias entraron a la habitación. Bryan y yo gritamos y los esquivamos como 2 ninjas.

Al estar en la salida a Bryan se le movió el piso y cayó al suelo dramáticamente.

—Jos, sigue sin mí. ¡Dile a mi mamá que la amo! —Gritó dolorosamente.

Observó que el guardia era aterrador e iba por él.

—Cambio de planes. —Me miró. —¡LEVÁNTAME IMBÉCIL!

En un movimiento rápido lo levanté y huímos como pudimos del hospital. Por poco y nos atrapaban.

Cáncer ➳ jalonso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora