Cap. 11 "Más que jodida"

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― ¿Ustedes quiénes son? ― Oh no, de todas las personas que Vivian en mi casa, tenía que ser mi preciada abuela la que abriera la puerta

― Abuela, soy yo.

― ¿Abuela? Yo solo tengo un nieto. ― arrugó la cara, más de lo que ya la tenia. Sabía perfectamente que solo lo hacía para joderme

― ¡Ya, abuela, déjame entrar! ― me quejé

― No, hasta que me digas quien eres. Tú y el enclenque este ― señaló a Johnson

― ¡Abuela, no le digas así a Johnson! ― exclamé con toda la vergüenza del mundo ― ¿Por qué no puedes ser una abuela normal?

― ¿Por qué ustedes no pueden ser nietos normales? ― se hizo a un lado para dejarnos pasar ― ¡Uy, la niña vino amargada! ― exclamó al verme dando pisoteadas, yendo en busca de mamá

― ¡Lynx! ― vociferó mi padre al verme ― ¿Qué haces aquí? ― interrogó

― Vaya manera de darme la bienvenida. Yo también estoy contenta de verlos. ― la cara de Johnson era épica. Al parecer, está considerando eso de haberme insistido para acompañarme hasta aquí, con la incomodidad siendole más que notoría

― ¡Hija! ― escuché la voz de mamá detrás de mí ― ¡Qué gusto verte, mi pequeña! ― bramó contenta, para luego envolverme en sus gigantes bíceps, provocándome casi una asfixia ― ¿Qué te trae por aquí? Tengo entendido que las clases aun no terminan ― interrogó mi progenitora mirándome con el ceño fruncido, mirando a Johnson de reojo...parecía con miedo de preguntar quién era el greñudo.

― Solo estoy de paso, necesito un par de cosas que no logré llevar conmigo ― anuncié ― Oh, y él es Johnson...mi compañero de cuarto. Ya sabe mi secreto ― les informé haciendo comillas al aire. Johnson solo levantó la mano, en forma de saludo. Estaba evidentemente incomodo

― ¿Cuál secreto? ¿Qué eres lesbiana? ― Mi hermano vino con sus pesadas bromas de siempre

― No, el secreto de que tú eras gay ― arremetí

― Yo también estoy feliz de verte, hermanita ― apretó mis mejillas. Me zafé de él dándole un manotazo ― Y tu...el gran Johnson Bane, eh. Mi hermana no se anda con cuentos ― rodeó a Johnson con su brazo ― Juntándose uno de los Bane, eh ― me miró orgulloso. No recordaba que este conocía a los hermanos por alguna razón ― ¿Y qué tal es mi hermanita como compañero de cuarto? O compañera, ahora que ya lo sabes.

― Lynx es estupenda ― apreté los labios para evitar sonreír

― ¿Estupenda? Perdón, creo que quisiste decir Estúpida ― mi abuela y Hydrus chocaron los cinco, como suelen hacerlo cada vez que esta dice un chiste en mi contra

***

― Oh dios mío, Johnson. Disculpa que mi familia sea tan...peculiar. Siento que te hayan hecho sentir incomodo ― dije apenas llegábamos a mi habitación. Aunque estaba perfectamente tendida

― No pasa nada ― soltó una risita incomoda ― Con que tú eras la famosa hermana de Hydrus...y Bonnie es en realidad tu cuñada eh. ― me señaló con el dedo ― Todo encaja perfectamente

― Pues...así es ― aseguré mientras comenzaba a hurgar entre mi armario, intentando encontrar algo aceptable ― Oye... ¿E-esto...es considerado una...?-

― ¿Cita? ― le agradecí mentalmente por interrumpirme. Asentí ― Pues... ― se rascó la nuca, nervioso ― Creo que sí, claro si tú quieres que así sea, si no quieres pues perfecto, una salida de amigos. Que no digo que esté mal que tengamos una cita, solo no quiero parecer desesperado ¿Me estoy explicando? Bueno, espero darme a entender. Que no te estoy diciendo tonta ni nada por el estilo, es solo que soy malo explicándome y en fin, quiero decir, eh... ¿En qué iba? Oh si, como cita o como amigos, si prefier...-

― Esta bien, está bien ― si no lo interrumpía, no iba a detenerse. Ya me he dado cuenta de que suele soltar la lengua más de lo debido cuando está nervioso. Y eso me parece la cosa más tierna de la vida. ― Una cita entonces ― le sonreí

***

― ¿Dónde andaban, basuras? ¿Por qué tan felices? ― preguntó Holton, quien yacia acostado boca arriba en su compartimiento, con el celular casi pegado a las narices ― ¿Andaban siendo raros juntos? Purifiquen sus almas, zorras.

― Deja la envidia, Mr. H ― le respondí, causando que este me lanzara una almohada en la cara.

― ¡Deja de hacer eso! ― le exclamó Johnson a su hermano menor

― ¿Hacer qué?

― Lanzarle cosas ― le di una fugaz mirada al mayor, dándole a entender que está cagándola. Holton frunció el ceño, evidentemente extrañado

― ¿Qué les ocurre hoy? ― cuestionó el castaño ― Ahora a ti te da por defender al debilucho este por cualquier tontería ― de un brinco se bajó de la litera

― Es molesto eso de que te lancen cosas, lo digo solo por eso ― alzó los hombros. Suspiré, rogándole mentalmente a Johnson que no se le saliera algo que ponga en peligro mi secreto no tan secreto. ― Tenemos un grave problema... ― me dijo Johnson en voz muy baja, procurando que Holton no nos escuchara. Dejé el bolso donde traía mi ropa femenina a un lado de mi cama, intentando camuflajearlo y que este no sea descubierto por el inoportuno de Holton ― Si Holton sigue aquí, no podrás salir vestida de chica...y...la verdad es que no planeamos el hecho de que tenemos que recorrer casi todo el colegio para poder salir del edificio. ― me mordí el labio. Andamos tan en las nubes que ese importante punto lo pasamos por alto.

― Soy retrasada, en definitiva. Tuve que haberme cambiado en casa e irnos a la...cita de una vez ― me di una palmada en la frente por idiota ― Lo único que se me ocurre es...escabullirnos de una u otra manera. Intentar no ser descubiertos ― fruncí los labios. Johnson asintió

― La verdad es que toda esta aventura me emociona eh. Joder, Lynx, tu organismo está compuesto por setenta por cierto de adrenalina, yo en una situación como la tuya estuviera jodido...totalmente ― sonreí

― Pues solo vives una vez, Johnson. Hay que ser atrevidos en esta vida y eso lo aprendí de mi dichosa madre.

― Tu madre es increíble.

― Creo que es la más normal de la familia ― reímos ― ¿En qué momento cambiamos de tema? ¡Que manía la nuestra! ― bramé ― Lo que debemos hacer ahora es idear un jodido plan ― indiqué con el tono de voz más bajo que pude

― ¿Qué es esto? ― escuchamos la voz de Holton detrás de nosotros ― ¿Por qué tienes ropa de chica en tu bolso, Leo? ― Este tenía la mochila donde traía mis prendas y las sostenía en sus manos, observándolas con el ceño fruncido ― Oh...mierda...Leo, no me digas que eres ― Johnson y yo nos miramos a los ojos, ambos con ellos a punto de salir de sus orbitas por culpa de semejante sorpresa...Ahora, sí que estoy más que jodida...y esta vez lo digo muy, muy en serio

¿Una Chica? (finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora