Camellias / KuroBasu

9_ "Madness..."

Privet~ aclaraciones:
•Los personajes No me pertenecen, pero la Historia; Camellies, SÍ.
• Créditos al creador de la imagen♥.
• ¡Disfruten Camellies!~❤🍒🐯❤.
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“Somos juzgados por lo que terminamos, no por lo que empezamos” -anonimo.

Akashi apenas lo vio suspiro. La que se le venía.

    —Tanto tiempo hijo...

    Pero Akashi guardaba compostura y pocas pulgas. Interrumpió cortando sus palabras.

    —No el suficiente, padre -comentó cerrando la puerta a su espalda.
    —¿Qué te trae por aquí? No creo que hayas venido a saludar.
    —Tan astuto como siempre, tuve un problema con mi pareja y nes...

    La mirada de su padre se vio engrandecida, Akashi lo notó, siguiente a esto realizó algo inusual en su persona.

    —¿Pareja? ¿Tú? Imposible, ¿Es linda? Me imagino viene de buena familia, ¿Cierto?. ¿Es digna?, Tendrás que rechazarla sino tien... -preguntó incesantemente.
    —¿Rechazarlo? Crees que lo rechazaría solo porque tú lo dices, por favor padre... -el de mirada dicromática comentaba con una gracia cínica, sin embargo entre suspiro dijo-. ¿Lindo? ¿Digno? ¿De buena familia?... Padre, es una persona hermosa tanto interior como exteriormente, desde hacía años estoy prendado de él por lo que una simple negativa tuya no va a cambiar mis sentimientos, ódiame, repúdiame, desherédame si gustas... Pero eso no va a cambiar en lo absoluto lo que siento. Padre, hoy vengo a pedir tu ayuda en cuestión a esta persona.
    —¡¿Él?! ¿Cómo se llama?
     —Es un hombre, como deducirás... Kagami Taiga.
 
El Akashi mayor no salía de su estupefacción, su hijo, un hombre, está enamorado de otro hombre, ese nombre sin embargo, removía algo en él... Esperen, Kagami... Esto no podía ser cierto, él no podía ser el hijo de aquel familia japo-americana de renombre con quién llevaba intentando relacionarse hace tiempo, debía ser imposible, debía serlo...

    —¿Porqué esperaste a decírmelo ahora? ¿Desde hace cuánto estás con lo mismo?
     —¿Lo hubieras escuchado? No salís en lo mínimo de tú oficina, fíjate, te tuve que venir a buscar yo. Padre, no es "lo mismo", es el único hombre que me gusta y gustará. Son ya 3 años sin embargo, nosotros salimos hace poco...

    La mirada dorada, fiera, se impuso, teniendo a su hijo entre ceja y ceja. Tenía que ser sincero con sigo mismo, odiaba que a su hijo le gustase un... Hombre, pero, por otra parte, le interesaba bastante el curioso apellido del tal "taiga", muy parecido al de cierto azabache de cejas partidas y ojos rojos que durante cierto tiempo colmó sus pensamientos, Byakko* era su nombre, uno que tenía grabado a fuego entre las costillas.
    Capaz no sea todo tan gris... Capaz sea un gen que ronda por la familia, capaz sea puro destino. Sea bueno o malo. Eso habría que descubrirlo.

    —Bien, háblame del problema con el presunto "Taiga"...

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    Una textura suave, aterciopelada, rozaba su abdomen, unos dígitos recorrían sus piernas como un mapa, su cabeza se encontraba posada en una almohada y sus oídos se ponían rojos ante la simple mención de su nombre.
 
     “Tai... Taiga... Taiga-kun...”

    Un dueño de cabellos magenta apareció en su mente, abrió sus ojos, pero al hacerlo vio aquellas hebras color cielo nublar su vista. Zamarreó su cuerpo del susto, pero no fue más allá sus manos nuevamente estaban amarradas, está vez, al respaldo de la cama con una tela de algodón cerúleo*. Su mirada de añoranza paso a ser de odio puro al verle frente a sí.
    Él posaba sus manos al costado de cada mejilla acaramelada, las piernas del tigre también estaban atadas a la cama. Kagami buscaba liberarse con la rebeldía de un tigre enjaulado. Las piernas de Kuroko rodearon cual venenosas serpientes los finos muslos del pelirrojo buscando amarrarse a algo que hace mucho había perdido.
    Pero ni siquiera estando así, abdomen con abdomen, intimidad con intimidad, mirada con mirada... Kuroko se daba cuenta el daño irreparable que causaba. ¿Porqué? Pues, porque era más fácil obviar aquel detalle de la persona que frente a él, tenía lascivamente ofrecida en bandeja de plata.