Capítulo 25

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Desperté sobresaltada. Tape mis ojos con la mano para desviar un poco la luz que entraba por las cortinas entreabiertas. Era sábado. Sábado. Sábado. ¡Cumpleaños de Julian!

Maldición se suponía que estaría fuera de la cama a más tardar las 07:00 am. ¿Y qué horas eran? Con un movimiento rápido me incorporé en la cama y mire el reloj de la pared... 08:10 am.

Me quede dormida, sin duda alguna. ¿Por qué? Y entonces recordé la noche anterior, mis mejillas inmediatamente se tiñeron de rojo.

Gire mi cabeza y observe a Julian, quien aun dormía. ¡Oh mi Dios! Lucía increíblemente adorable.

Basta Oriana, basta. Debes levantarte, los organizadores que contrate no tardarían llegar, si no me equivoco dijeron que estarían aquí a las 10:00 am. Busqué a mi alrededor pero simplemente no encontré mi camisón sino hasta que Julian se movió ligeramente. Estaba debajo de él. ¡Maravilloso! Lo que me faltaba.

Tenía dos opciones, la primera era levantarme corriendo y entrar al baño aprovechando que Julian aun dormía. La segunda era envolverme en la sabana y correr al baño, sabiendo que al salir tendría que taparme los ojos para evitar ver a Julian desnudo.

Lo cual probablemente ocasionaría que me tropezara con algo y cayera al suelo, despertándolo.

Definitivamente el salir del baño con los ojos tapados o cerrados no era buena idea. Así que opte por la primera.

Estaba terminando de preparar el desayuno para Julian, un plato con fruta picada, un omelette de jamón y queso

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Estaba terminando de preparar el desayuno para Julian, un plato con fruta picada, un omelette de jamón y queso. Dos piezas de pan tostado con mermelada untada, su favorita, un vaso de jugo y uno de leche. El café vendría al final.

Subí hasta la habitación y con sigilo abrí la puerta, no quería despertar a mi Julian. Pero me lleve una sorpresa. El ya se había bañado, cambiado y pasaba sus dedos por todo su cabello para peinarlo. Me quede recargada en el marco de la puerta y solté una risita. El me miró con una gran sonrisa.

―¡Feliz cumpleaños Julian! ―Me lance corriendo, literalmente, a sus brazos ―Que todos tus deseos y sueños se hagan realidad, amor ―Lo abrace fuertemente mientras reía.

El se giro para corresponder el abrazo.

―Gracias Ori ―Acaricio mi espalda ―Pensé que lo habías olvidado.

―No, para nada lo olvidaría ―Enfoque mi mirada en la suya ―¿Qué tal amaneciste?

―Muy feliz. Aunque no mentiré, hubiese despertado aun más feliz si te hubiera visto a mi lado ―Acarició mi mejilla.

―Es que quería prepararte un desayuno especial ―Me mordí el labio inferior.

―Déjame hacerlo por ti ―Dijo levantando una ceja.

―¿Qué? A que te....

Pero el no me dejo terminar. Fue por mis labios y comenzó a besarlos lentamente, después con delicadeza atrapo mi labio inferior con sus dientes.

―A eso me refería ―Dijo dándome un pequeño beso ―¿No te he lastimado, cierto?

―No ―Dije mientras apretaba los labios, ese beso realmente me había gustado.

―Bien ―Sonrió ―Dime algo, ¿cómo te sientes después de lo de anoche? ―Entrelazo sus manos con las mías ―Me refiero a que si te sientes cansada, adolorida o algo así ―Comenzó a jugar con mis dedos.

―No, nada de eso. De hecho me siento normal ―Me sonroje por completo ―Gracias por ser tan cuidadoso y cariñoso. Y también por preocuparte por mí.

―No tienes que agradecer ―Beso la palma de mi mano ―Era mi obligación y realmente lo disfrute, espero que tu igual.

―Si ―Dije susurrando, el exploto en risas.

―Amor, es completamente natural hablar de esto en pareja, no debes susurrar. Ahora dame un beso, como segundo regalo de cumpleaños ―Se acerco a mí.

―Pero si ni siquiera te he dado el primero ―Lo bese con ternura ―¿O sí?

―La noche de ayer ―Beso mi mentón ―El mejor regalo de toda mi vida, hacer el amor con la mujer que amo.

Cuando pensé que no podía sonrojarme aun más, descubrí que estaba equivocada, pues lo hice. Era sorprendente la manera en que Serrano hablaba de hacer el... bueno de tener intimidad, era obvio que no tenía ningún prejuicio y por tanto no le daba pena en absoluto, todo lo contrario, parecía tomarlo de forma muy natural.

―Bueno Julian, vamos abajo ―Tire de su mano ―Tu desayuno se enfriara y no querrás comerlo frío.

―Es normal que evadas el tema ―Me tomo por la cintura ―Tal vez logre que dentro de algunos días lo tomes con naturalidad, como debe ser.

―Si, eso sería bueno ―Dije mirando hacia otro lado ―Pero hoy es tu cumpleaños así que mejor hablemos de otras cosas, ¿quieres? ―Sonreí

―Por supuesto que si hermosa ―Tomo mi mano y comenzamos a caminar fuera de la habitaciónm

Al llegar al comedor el tomo asiento y con detenimiento observo el banquete que estaba ante sus ojos

―Huele delicioso Ori, gracias ―Probo el omelette ―No solo huele, sino que sabe ―Sonrió. Su sonrisa era simplemente encantadora, perfecta

―Me alegro que te guste Julian. Las personas encargadas de la organización del evento no deben tardar en llegar ―Hice una mueca ―Iré a arreglar un par de cosas, mientras hay tiempo. ¿Te molesta desayunar solo?

―Tranquila, te entiendo ―Nuevamente sonrió y me hizo una seña para que me acercara a el ―Te amo Ori ―Me dio un beso, corto pero tierno.

―Y yo a ti ―Sonreí y di media vuelta.

Había mucho que hacer antes de estar al pendiente de la organización para la fiesta de Julian.

Lo primero que hice fue poner en orden nuestra habitación, después descolgué el vestido que usaría y lo puse sobre la cama. También saque el regalo de Julian de donde la había escondido.

Era un reloj, uno muy especial pues yo misma había hecho el diseño y habían tardado cuatro días en tenerlo listo, claro a cambio de una buena cantidad de dinero. Pero como se trataba de mi Julian, no me importo.

Baje de nuevo al comedor y Julian ya estaba por terminar su desayuno.

―Hola linda ―Dijo mientras terminaba su jugo de naranja ―Todo ha estado esplendido, gracias.

―De nada ―Sonreí ―Tengo tu regalo, realmente espero que te guste, no soy muy buena obsequiando cosas ―Hice una mueca.

Su mirada era curiosa e inmediatamente se fijo en el estuche que llevaba en las manos

―Cualquier regalo que venga de ti, es perfecto para mi ―Se levanto y camino hasta mi.

―Espero que sigas pensando igual cuando lo veas ―Reí un poco ―Toma ―Le entregue el estuche y el inmediatamente lo abrió, sus ojos se abrieron como dos platos y una gran sonrisa apareció en su rostro.

―Es asombroso ―Lo saco del estuche y se lo puso ―Me encanta el hecho de que tenga mi nombre grabado en el interior ―Me miro ―Pero no me agrada el hecho de que hayas gastado tanto dinero, no es...

―Calla ―Dije abrazándolo ―Tú me has dado muchos detalles, era mi turno. Disfrútalo ―Le di un beso en la mejilla.

―Gracias Ori ―Dijo con una sonrisa

Justo en ese momento sonó el timbre.

―Debe ser el personal de la agencia. Iré a abrir ―Dije caminando hacia el recibidor, ingrese el código de seguridad y pronto se escucho como el portón se abría lentamente.

Después abrí la puerta de la casa y salí. Tres camionetas con el nombre de la compañía entraron, y detrás de ellas venía un elegante coche rojo.

TE AMO.Where stories live. Discover now