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Narra Progenito.

Observo fijamente a Ángel sobre el suelo, luego al señor dueño del auto llamar a la ambulancia, Carmen se encuentra junto a Ángel, intentando hacerlo reaccionar.

—¡Ángel despierta! —grita Carmen junto a él.

Pablo y Beth se acercan a Carmen e intenta quitarla, pues según ellos no deben mover a Ángel hasta que la ambulancia llegue.

Tony, Omar y yo tan sólo observamos lo sucedido, no sabemos que hacer, y yo, ni siquiera quiero hacer algo, yo quiero que Ángel muera.

—Ángel no debe morir —susurra Omar junto a mí.

Volteo a verlo con una sonrisa en el rostro, pues ver su cara de preocupación por lo que ha causado, es digno de reírse.

—Él no morirá, ya lo verás —añade Tony dándole un abrazo.

La ambulancia llega, yo lo único que hago es evitar reír con todas mis fuerzas por lo sucedido. Veo como suben a Ángel a una camilla, para luego subirlo a la ambulancia.

***

Veo fijamente el pasillo del hospital, Isabel ha venido en cuanto recibió la llamada del señor responsable del accidente.

La madre de Ángel aun no llega, pues se encuentra trabajando y no puede recibir llamadas.

—¿Cómo está Ángel? —pregunta Isabel al doctor, quien se acerca a nosotros.

El doctor nos observa con angustia en su rostro, luego le indica a Isabel que lo siga, ellos se alejan dejándonos a Tony y a mi aquí en la sala de espera.

—¿Cómo crees que esté? —me pregunta Tony angustiado—. ¿Crees que vaya a morir?

Niego con la cabeza, pues no quiero preocupar a Tony, más de lo que ya está, por desgracia Carme, Omar, Pablo y Beth tuvieron que irse a sus casas, a ellos si me hubiera gustado asustarlos.

Observar los alrededores me trae grandes recuerdos, como aquel día en que asuste a Daniel dentro de una máquina expendedora, o aquel día en que le dije a Daniel que fuera a la oficina de la enfermera Kinney para darse cuenta de que sería internado.

Una sonrisa se dibuja en mi rostro, he pasado increíbles momentos molestando a Daniel, ahora que tengo su cuerpo, no era lo que esperaba.

Veo a Tony, lo observo tan distraído, tal vez pensando en su amigo Ángel o en su padre muerto, así que decido alejarme lentamente de él.

Camino por un pasillo, creo que por aquí debe estar Ángel, matarlo aquí seria increíble, así podré disfrutar al menos otro momento en este, mi nuevo cuerpo.

Fijo mi mirada en una habitación, de ella sale el mismo doctor que hablo con Isabel, ¿Dónde está ella?

Miro de reojo por la puerta y logro verla, sentada en un sofá junto a la camilla de Ángel.

En cuanto a Ángel, a él lo veo fatal, no creo que sobreviva, pues veo un gran tubo en su boca y muchas vendas alrededor de su cabeza.

—¿Daniel?

Volteo rápidamente hacia atrás, la enfermera Kinney me observa con una tablilla en sus manos.

—¿Qué haces aquí? —me pregunta ella, angustiada.

—¿Qué hace usted aquí? Se suponía que trabaja en el centro de rehabilitación, no en el hospital —le digo confundido.

—Técnicamente trabajo en ambos, más en el centro, pero aquí tengo mis pacientes y debo atenderlos, ahora dime, ¿Qué haces aquí?

No mires bajo tu cama 3 - Posesión.Where stories live. Discover now