Caprichos del destino.

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∞☆∞


El destino siempre hace las cosas a su tiempo, a veces, por más que pedimos que suceda, simplemente no pasa.

Le rogué a la vida por cinco años volver a verlo, que se diera una última vez. Noche a noche antes de dormir imaginaba mil escenarios, un encuentro repentino en el centro comercial, una remota casualidad de ir lo dos al mismo médico el mismo día a la misma hora o quizá coincidir en algún sitio turísco en algún descanso laboral obligatorio.

Pero nada.

Por más que imploré todos los días, año con año y a veces hasta con lágrimas,  la vida nunca me lo concedió.

Un día, apareció SungGyu en mi cotidianidad haciéndo mis días menos largos, endulzando mi vida, acompañando mis horas con sus fugaces actos de ternura y fue así como aquella plegaria de tanto tiempo se me fue olvidando; así fue como los momentos vividos con Gyu fueron mandando al entierro los recuerdos de él, llenando todo nuevamente de felicidad.

Pero la vida es caprichosa y en ocaciones nos da cada sorpresa que nos deja sin aliento y lo que tanto tiempo rogué, en nuestro aniversario número dos de novios con Gyu, me lo concedió, tal como lo pedí: un encuentro casual.

🍃

—Yeol, ¿listo?

—Espera, espera. La cámara está descargada —el berrinche de su servidor no se hizo esperar, es que ¿cómo ir a la pequeña gruta y no tomar fotos? Inaceptable.

—Mi amor —amaba que Gyu aplastara mis pucheros con sus labios —, ocupa tu celular.

—Pero, Gyu... La calidad... —culpo totalmente a SungGyu por mimarme y hacerme caprichoso.

—Pero por lo menos tendrás algunas fotos, no te quejes y vamos.

Caminé tomado de la mano con mi novio recorriendo el hotel desde la habitación hasta la puerta de este donde empezaban a concentrarse algunas parejas o familias completas esperando abordar al autobús que nos llevaría a recorrer el lugar. Estaba muy emocionado pues era la primera vez que viajaba a China y poder ir a las Grutas de Longmen era como un pequeño sueño que cumpliría.

En cuanto llegó el autobús comenzamos a subir en orden, yo quería ir en el segundo piso y así tener mejor visión en el recorrido, me senté primero dejándo a Gyu de lado del pasillo; enseguida saqué mi móvil para eliminar algunas cosas no importantes y liberar memoria, estaba en eso cuando sentí una pesada mirada sobre mi nuca, quise voltear pero me distraje.

— ¡Mi amor! ¿Por qué no me esperaste? —un hombre de estatura media y cabello castaño oscuro iba gritando mientras aparecia por las escaleras en el pasillo, cosa que obvio llamó la atención de todos los pasajeros, incluyéndome.

—¿Qué le pasa a ese? —Susurró Gyu entre risas.

—No seas grosero, Gyu —le golpee el brazo.


Durante el recorrido seguía sintiendo que alguien me miraba, voltee varias veces pero no vi nada solo gente de pie intentando el mejor ángulo de las fotos así que ignoré aquello y me concentré en capturar imagenes lindas y en la explicación del guia.

El sitio final era hermoso, no esperé para bajar del autobus llevando a SungKyu conmigo arrastrándolo por todos lados para tomarnos fotos hasta que fuimos llamados para la visita guiada, le pedí a Gyu que se adelantara pues fui por unos snacks para el camino.

Al ir a reunirme con los demás vi que todos tenían un brazalete anaranjado, le exigí a SungKyu el mío pero me dijo que no quisieron darselo, que debía pedirselo al guía.

Fiction 15'DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora