Capítulo 6

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Lanzo una mirada a la chica de ojos y cabello castaño que me observa e imita a través del cristal, la cual cubre su cuerpo con una fina tela blanca que se alarga hasta sus rodillas y deja sus brazos al descubierto. De sus hombros nacen unas imponentes alas, cuyas plumas son del mismo color que el vestido.

Le doy la espalda al espejo y me encamino en dirección a la cama que yace en el centro de la estancia, cuya colcha es de un beige tostado que contrasta con el tono azabache de los cojines. Sobre el colchón descansa mi teléfono móvil, el cual está vibrando.

-Hola, Abby.

-¿De qué vas a ir disfrazada?

-De ángel, igual que el año pasado. Me olvidé completamente de comprarme un nuevo disfraz. ¿Y tú qué te vas a poner?

-He pensado disfrazarme de bruja.

-Suena bien. Voy a irme ya. Nos vemos dentro de un ratito.

-Más te vale llegar puntual, no quiero que Sam me coma la cabeza nada más que empiece la noche.

Sonrío y finalizo la llamada.

Le dedico una última mirada a mi habitación, apago la luz y cierro la puerta detrás de mí. Echo a caminar por el pasillo hasta desembocar en la cima de una escalera. Me aferro con fuerza al pasamanos y lentamente voy descendiendo los peldaños. A medida que avanzo voy descubriendo una parte nueva de la planta inferior como la cocina o el salón. Al pie de la escalera me encuentro con mi padre, quien parece fascinado con mi aspecto.

-Estás muy guapa.

-Gracias.

Me da un golpecito con su dedo índice en la nariz y me indica que nos dirijamos al garaje con un movimiento de cabeza.

-¿Va a haber alcohol?-me pregunta un vez nos hemos incorporado a la carretera, la cual está alumbrada únicamente por unos farolas separadas por varios metros.

-Probablemente.

-No hace falta que te diga que tengas cuidado, ¿no?

Niego con la cabeza y me entretengo mirando por la ventana.

-Y con respecto al tema chicos...

-No hace falta que me des esa charla. Mamá me la dio hace como ocho años.

-Me quedo mucho más tranquilo sabiéndolo.

Una sonrisa se apodera de mi boca. Con tal de reprimirla me muerdo el labio inferior y miro en otra dirección.

Christopher aparca junto a la entrada del instituto y deposita un beso en mi mejilla.

-Diviértete.

Cierro la puerta detrás de mí y permanezco inmóvil, observando como su Todo Terreno se pierde en la lejanía. Cuando me dispongo a retomar mi camino, me topo con Sam a escasos centímetros de mí, de cuya boca asoman unos enormes colmillos. Su piel está más pálida que de costumbre y bajo sus ojos hay unas leves ojeras diseñadas con un color azulado. Porta una capa negra, con el cuello levantado, que le llega hasta los pies. En una de sus manos lleva una estaca de gomaespuma.

-Estás genial.

-Tú también lo estás- confieso.

-No te haces una idea de lo que molestan estos colmillos- señala con sus dedos índices su boca-, y esta estaca me ha costado mucho trabajo encontrarla.
Sonrío ante su comentario.

-¿Has visto a Abby?

-Sí, está dentro con Daniel y Cormac.

Emprendo una marcha hacia el interior del edificio, a la cual se une Sam unos segundos más tarde. Este se pasa casi todo el trayecto colocándose la dentadura mejor para evitar hacerse daño en la encía. Lo cierto es que resulta ser un alivio porque no tengo la menor intención de mantener una conversación con él. Aún sigo cabreada y no quiero estropearle la noche de halloween. Más adelante tendré la oportunidad de hablar con él de lo sucedido.

Cazadores Nocturnos 1: El Resurgir #SoupAwards #PecesAzules #BooksAwards2017Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin