Prefacio: Cambios

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No creo en los talentos naturales

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No creo en los talentos naturales.

Soy el tipo de persona que no destaca entre la multitud, y que nunca sintió que brillara en algo. Mi único pasatiempo es dibujar y jugar volley en solitario (divertidísimo ¿verdad?)

Ahora mismo estoy sentada en una incómoda silla, rodeada de gente estúpida con la que no encajo. Tengo la mesa llena de bonitas pintadas que dicen cosas como: "Fea", "Rarita", "Cabello de anciana". Solía borrarlas, pero aparecían de nuevo a la mañana siguiente, incluso rayaron la mesa con algo punzante para que no pudiera quitar algunas de sus obras de poesía contemporánea. Y que decir, sinceramente, me daban bastante igual este tipo de comentarios, es obvio que al principio me molestaban mucho, pero ha llegado un punto en mi vida en el que no me importan, incluso tengo un ranking de los más "originales".

Muerdo el lapicero con desesperación y no precisamente porque tenga hambre, sino porque no veo la hora en la que por fin sea libre y acabe este infierno. Abro el cuaderno por la última página y comienzo a dibujar cosas sin sentido: un niño, una flor, al maestro de historia con cara de amargado (osea con su cara), a la bruja de Svetlana con sus perritas falderas Irina y Anya...

— Rena ¿estás atendiendo a mis explicaciones? — preguntó don Egor, mi queridísimo profesor, o como lo solía llamar yo en secreto, "el patina moscas" (no hace falta que aclare que era calvo ¿verdad?).

《A qué explicaciones, ¿sobre su vida o sobre el temario?》

— S-si.

Y así chicos es como la suelo cagar, yo, Rena Ivanov, soy experta en ese campo.

— Pues repite lo que acabo de decir — dijo mirándome por debajo de sus gafas.

— Si al menos su clase tuviera una pizca de interés prestaría algo de atención — murmuré.

— ¿Disculpa? No te entendí bien — ahora más que nunca deseaba que sonara el timbre que indicara el final de la clase — ¿Y bien? — Miré disimuladamente la pagina en la que estaban algunos de mi lado.

— La unificación que realizó en el 882 Oleg de Nóvgorod del norte y del sur — más bien sonó como una pregunta.

— Muy bien señorita, se ha quedado con lo que dije hace tres cuartos de hora — varias carcajadas repelentes sonaron de fondo, acompañadas de insultos gratuitos de parte de los del fondo de la clase y como no, la portavoz principal era Svetlana.

《Por suerte hoy es el último día》.

— ¡Silencio! — dijo don Bola de Billar dando un golpe en la mesa, como si impusiera respeto.

Justo en ese momento tocó el timbre de salida pero el profesor nos obligó a quedarnos por un asunto "importante", aunque no se salvó del bullicio pre-final de la clase.

Sorry, but I won't give up [Kuroo Tetsurō x OC/Tú]Where stories live. Discover now