Narrador Omnisciente:
-Agarra un yogurt y corre. -Indicó Maddie, tomando las llaves del auto.
La mañana para el primer día de clases había sido muy distinta a lo que habían pensado, las hermanas Ziegler.
Además de que se habían quedado dormidas, Maddie había olvidado dónde dejó su licencia de conducir, por lo que perdieron mucho tiempo buscándola y Kenzie recordó alimentar a Malibu a último momento, por lo que ya iban más que tarde a la escuela.
La castaña tomó el yogurt, como le había dicho su hermana, para luego correr al auto, mientras marcaba el número de su mejor amiga en el teléfono.
-¡Lauren! -Chilló cuando la rubia atendió la llamada.
-Orlando equivocado. -Contestó el hermano de la última nombrada.
-¿Johnny?
-Hola querida, ¿Qué tal tus vacaciones? -Contestó y Kenzie rió, rodando los ojos.
-Exelentes y me encantaría preguntarte por las tuyas también, como la cordial persona que soy, ¡Pero necesito hablar con Lauren!
-¿Y por qué no hablas conmigo? -Preguntó el chico, sonriendo.
-Johnny, te lo ruego. -Pidió la castaña, mientras veía asustada como su hermana conducía a toda velocidad.
-Okey, okey te daré a Lauren.
-Gracias. -Suspiró, aliviada.
-Con una condición.
-¿Cuál? -Preguntó ya harta.
-Debes contestarme con toda la verdad.
-Solo habla, Johnny.
-Dime quién te gusta.
Y fue cuando Kenzie escupió el yogurt.
-¿Qué demonios haces con mi celular? - Preguntó la voz de Lauren a través de la línea.
-Nos vemos, linda. -Dijo Johnny por último, para que luego Lauren tomará el telefono.
-Hola Kenz. -Saludó la rubia. -Te pido disculpas por el comportamiento infantil de Juan Vicente.
-No te preocupes. -Reí. -Lau, necesito que me hagas un favor.
-Te escucho.
-¿Podrías cubrirme en la primera clase?
-¿Qué? ¿Todavía no estas en la escuela?
-No... ¿Tú tampoco?
-Acabo de llegar. -Rió. -Y creía que nosotros estábamos llegando tarde.
-Ja ja. -Reí irónicamente. -¿Lo harás?
-Sí claro, iré a buscar tu horario junto al mío.
-Gracias, te amo.
-Yo más, nos vemos.
-Adiós.
(...)
-¿Que le dijiste? -Preguntó Lauren, mirando a su hermano cuando cortó la llamada.
-¿A quién?
-A Mackenzie.
-Oh... nada importante.
-Johnny.
-Te lo prometo.
-¿Crees que olvidé lo que me confesaste cuando estábamos en la cabaña de la playa?
-Lauren, te dije que olvidarás eso, tenía sueño, dije cosas ilógicas.
-Decir que estas completamente enamorado de Kenzie, tiene mucha lógica, tienen demasiada química y siempre se comen la mirada mutuamente, además ¿Qué otra razón tendrías para mirar sus fotos todos los malditos días?
-¿Mirar las fotos de quien? -Interrumpió Hayden, llegando a nuestro lado.
-De Annie. -Mintió Johnny y el castaño abrió los ojos de par en par.
-¿Qué?
-Nada, olvídalo. -Dijo Johnny y rodó los ojos. -Iré por mi horario, nos vemos en la cafetería luego.
Lauren y Hayden asistieron un poco confundidos, para luego desaparecer de la vista de Johnny, cuando comenzó a caminar en dirección a la oficina.
Estaba confundido. Sus sentimientos hacia Kenzie habían cambiado desde las vacaciones, luego de verla como solo una amiga por años, había comenzado a enamorarse de ella y cada día más.
Y ahora que habían vuelto a la escuela no sabía cómo manejarlo, no tenía idea como actuaría frente a ella y tampoco tenía idea si Lauren podría guardar el secreto.
Pero mientras Johnny intentaba resolver todas sus dudas, Ruby por otra parte intentaba mantener el control de su bicicleta.
La rubia no sabía que estaba pensando al decidir irse a la escuela en bicicleta, pues sólo habia aprendido a usarla hace un par de días y ahora se había dado cuenta, que necesitaba más tiempo para acostumbrarse a andar sin rueditas.
Y hablando de tropezar... en un momento soltó el manubrio, logrando que la bicicleta se desviara y finalmente cayera al suelo.
-¡Ruby! -Exclamó una voz acercándose.
La chica se levantó rápidamente, al ver a su mismísimo crush frente a ella, Ashton Rowland.
-¿Estás bien?
-S-si... Perdí el control.
Ashton asintió, dándole una miarada a la bicicleta y luego a la chica.
-¿Aprendiste a andar hace poco?
-Si... - Suspiró, bajando la mirada.
Generalmente las personas aprenden a andar en bicicleta a temprana edad, no a los doce años.
-¿Quieres que te lleve? -Preguntó el castaño.
-¿Qué?
-Digo... Yo podría manejar y tu vas sentada atrás mío.
-¿De verdad?
-Claro, no quiero que vuelvas a caer. -Dijo y Ruby sonrió, causando un leve sonrojo en las mejillas de Rowland.
-Bien, vamos. -Aceptó y Ashton volvió a sonreír abiertamente.
Ambos chicos subieron a la bicicleta, pero apenas Ashton comenzó a pedalear, Ruby se tambaleó en la rejilla en la cual iba sentada, por lo que impulsivamente, se aferró a la cintura de Ashton, rodeandolo con sus brazos.
Un escalofrío recorrió la espalda del castaño pero en lugar de decir alguna palabra, volvió a sonreír y ahora aún más contento, mientras que Ruby se encontraba de la misma manera.
