Narra Lauren:
Mis muñecas y tobillos dolían, sentía como mis labios se secaba cada vez más, con el pegamento de la cinta adhesiva y ya había pensado miles de formas, de cómo liberarme.
Pero claro, ninguna funcionaba.
Rush entró al armario, de inmediato le dí una mirada asesina pero el solo sonrió inocente, mostrándome una bolsa.
-Te traje comida. -Dijo sentándose a mi lado y acercándose para quitarme la cinta. -Si no gritas, no hay necesidad de que vuelva a ponerte la después.
Arrancó la cinta rápidamente y chillé de dolor.
-Eres un imbécil. -Hablé y el suspiro.
-Ya ceía que no te lo tomarías bien.
-¿Creías? ¡Por supuesto que no lo haré? -Exclame enfadada. -¡Estoy amarrada en un armario, de una niña que me secuestro!
-Podría ser peor, Lau.
-Ah claro, olvidé que debía pensar en lo positivo de esto. -Contesté sarcástica y el hizo una mueca.
-¿Quieres las galletas? -Ofreció y asentí, sin dejar mi gesto de enfado.
Sonrió de lado y sacó un paquete de oreos, de la bolsa, para luego abrirlo y darme una.
Sus dedos rozaron mis labios y puedo asegurar, que hace mucho que no me sentía tan incómoda... Pero tenía hambre.
-¿Por qué estas en todo esto? -Pregunté, al terminar de comer. -Secuestrandome no vas a lograr, el amor de Annie.
-No es sólo por Annie.
-¿Entonces? Debes tener otra razón, para contribuir en un secuestro y un plan, que incluye una pistola.
Exhalo un largo suspiró y se acomodó a mi lado, mirando al vacío.
-Mis papás me están matando en casa, creen que estoy loco, que no tengo amigos y que deberían llevarme a un hospital psiquiátrico. -Explicó.
-¿Y no deberían? -Pregunté y me miró, atónito. -Digo... Mira donde llegaste, solo para captar la atención de alguien.
-Si lo hacen, habrá válido la pena después de todo.
-¿Por qué?
-Me acerqué a ti, pude superar un poco a Annie, conocí a Jenna y creo que si somos amigos... Aunque Asia probablemente haya arruinado mi vida, con todo esto... No la pasé tan mal ¿Sabes?
Sonreí de lado.
Sabía que no tener amigos, ni el apoyo de tus padres o la atención de tu amor platónico, no era razón para involucrarse en algo así pero de algún modo, intentaba entenderlo.
Se formó un silencio, no era cómodo pero tampoco incómodo, sólo estábamos allí... En el armario.
Hasta que de ví cierto movimiento desde la ventana, de reojo. Volteé la vista completamente y me encontré a Hayden y Johnny, quienes me hacían señas desesperadamente.
Miré asustada a Rush, pero por suerte no había captado nada, pues estaba muy preocupado en seguir mirando al vacío, pensando en quien sabe que.
-Rush. -Dije y volteó a verme. -¿Crees que podrías traerme un poco de agua?
-Claro. -Aceptó, levantándose sonriente. -Pero que no se entere Asia.
Asentí y salió del armario, no sin antes cerrar las puertas.
Le hice una seña a los chicos y cuando pensaba que iban a abrir la ventana, con alguna clase de truco, ví como Hayden sacaba un bate de béisbol y con este... Rompieron el vidrio.
