Narra Kenzie:
-Extrañaba que llegaras de sorpresa a mi casa. -Dije, cuando abrí la puerta y me encontré con Casey
-No tenía tiempo de avisar. -Sonrió inocente y negué, sonriendo también.
-¡Hey, Casey! -Chilló Maddie, llegando a nuestro lado. -Tanto tiempo, pecas.
-Lo mismo digo, Madds.
-¿Quieren algo para comer? -Ofreció mi madre y los tres negamos. -Bien, iré a comprar unas cosas para mañana.
-Cierto, ¿Qué harán para navidad? -Preguntó el rubio.
-Con los Orlando. -Contestó Maddie, tranquilamente.
Casey me miró con el ceño fruncido y Maddie sonrió forzada mente.
-Creí que habían terminado. -Susurró el chico.
-Mamá, estaremos en mi habitación. -Dije y rápidamente, lleve a Casey del brazo, corriendo a subir las escaleras.
-¿Acaso volvieron? -Preguntó mi amigo, al cerrar la puerta.
-No, pero nuestros padres ya estaban organizados, en pasarlas juntos. -Contesté, dando un suspiro. -¿Tú con quién la pasaras?
-Iremos a la casa de mi abuela. -Respondió sentándose en mi cama. -¿Cuánto tiempo estuviste con Johnny?
-Casi siete meses. -Respondí, sentandome a su lado.
-¿Casi?
-No lo recuerdo exactamente. -Rodé los ojos. - Él tampoco lo debe hacer.
-¿Quieres apostar? -Preguntó sonriendo y negué, lanzandome a la cama, dramáticamente. -Pero, también estará Lauren ¿No?
-Sí, pero será incómodo de todas formas... Además en la fiesta de Annie, sucedió algo.
-¿Qué?
-Estábamos jugando a siete minutos en el paraíso, entramos a una cabina de fotos, porque no había un armario. -Expliqué. -Y casi nos besamos, pero el tiempo terminó y tuvimos que salir.
-Oh...¿Te hubiera gustado besarlo? -Preguntó pícaro y sonreí, riendo.
-No lo sé, igual lo extraño. -Contesté y luego mordí, mi labio inferior. -Pero no quiero volver con él.
-Bueno, pero donde hubo fuego... Cenizas quedan.
-Sabes que no entiendo tus metáforas sabias ¿Verdad? -Pregunté riendo y el negó, con una sonrisa. -¿Qué hay de ti?
-¿Conmigo qué?
-No me has contado nada sobre algo amoroso...
-Oh, esque no he tenido pareja desde Jojo. -Respondió y levante ambas cejas, asombrada.
-¿Enserio?
-Sí... ¿Te sorprende?
-Un poco, cuando pequeña, siempre te ví como alguien que tendría miles de chicas esperando por ti.
-Cuando pequeño era diferente ahora soy... -Dijo e hizo una gran pausa.
-¿Eres que?
-Distinto. -Contestó y asentí.
-Bueno, de todas maneras sigues cayendome genial.
-Lo sé. -Respondió, simulando tirar su cabello hacia atrás, como Sharpey.
Ambos reímos y luego se levantó de la cama, dejó un beso en mi coronilla y luego sonrió, dirigiéndose a la puerta, por lo que lo mire confusa.
-¿Ya te vas?
-Sí, sólo me dieron permiso un rato. -Contestó y yo hice un puchero. -Nos vemos después de las fiestas.
-Bien, adiós.
Salió de la habitación con una sonrisa, escuché como se despidió de mi madre y de Maddie. Y aunque no parecía estar incómodo, la pausa que había echo hace un rato... Fue muy rara.
Pero era Casey, podías esperar absolutamente todo de él.
(...)
Mi teléfono vibró, corrí mi cabello pegado a mi cara y estiré mi brazo, alcanzando mi teléfono, despertando poco a poco.
"La compañía iPhone te desea una muy feliz navidad"
-Navidad... ¡YA ES NAVIDAD!
Me levanté igual de emocionada que un niño pequeño. Corrí fuera de mi habitación, encontrándome a Maddie en el pasillo a quién abracé fuertemente.
-No entiendo, deberías estar más feliz mañana, digo hoy lo único que hacemos es cenar y convivir con amigos y familia. -Habló mi hermana, con el ceño fruncido. -Y también me gustaría que fueras así de alegre, todos los días del año ¿Sabes?
-No, no, navidad es la excepción para todo.
-De acuerdo, entonces como hoy hacemos excepciones, déjame teñirte el cabello sola. -Contestó con una sonrisa y me separé de ella, negando.
-Ni lo sueñes, Nicole.
(...)
-Quiero que hoy en la noche, se porten bien, sin importar los problemas que tengan con los chicos. -Habló mi madre, sentándose a desayunar con nosotras.
Miré a Maddie, con el ceño fruncido. Mi mamá no tenía idea de mi ruptura con Johnny y tampoco quería que supiera, ¿Por qué Maddie le habría dicho?
-¿A qué te refieres? -Preguntó mi hermana, entendiendo mi mirada.
-A nada en específico, solo algunas conversaciones que escuché.
Abrí los ojos de par en par, sin saber que contestar, así que para sacar el nudo en mi cuello, lleve un gran trozo de tostada a mi boca.
-Okey... -Respondió Maddie, volviendo a ver su plato también.
Y fue ahí, cuando sentí los primeros nervios del día... Los primeros de muchos más.
