Capítulo 35

1.4K 70 0
                                    

Hola !! He vuelto y ahora estoy de vacaciones eso significa más capítulos, y pienso recompensarlas por el tiempo que han esperado así que haré un maratón espero y les gusté solo necesito que comenten y den me gusta para saber que tal :) bien empecemos !!!

Maratón 1/?

Liam se estaba comportando como un cretino, ¿acaso estaba jugando con ambas? Iba, me regalaba, me llevaba y hasta me escribía una canción, porque podía asegurar que esa canción era para mí; y luego llegaba y abrazaba, besaba y le entregaba su cariño a Sharon. Me sentí un títere en sus manos. ¿Pero cómo poder reclamarle? Ni siquiera tenía los argumentos bien cimentados. Mi mente era todo un caos de pensamientos, conjeturas e hipótesis absurdas.

-¿Y?-preguntó, ansioso.

-¿En quién te inspiraste?-inquirí, tratando de que mi voz sonara casual. Él no debía de tener ni la más mínima sospecha de lo que pasaba por mi cabeza.

-Sólo... me llegó la inspiración. Pero, ¿te gusta?-insistió, ladeando el tema.

-Es... linda-dije, en realidad lo era, pero sólo si lo veía de una perspectiva muy, pero muy superficial.

-Parece como si no te hubiera gustado-musitó, y a su rostro asomó una máscara de pesadumbre.

Le ordené severamente a mi corazón que se callara; anhelaba besarlo y al mismo tiempo abofetearlo; deseaba salir corriendo tan lejos como me fuera posible. ¿Cómo podía él estarle haciendo esto a Sharon? Pero aun, ¿cómo podía yo estarle haciendo esto a Sharon?

-Está preciosa, Liam, pero...-murmuré.

-¿Pero?-buscó mi mirada, que repentinamente se encontraba gacha.

Me atreví a levantarla, sólo para poder verle el rostro y decidirme si lo que quería era abofetearlo o... besarlo. Eliminé ambas ideas de mi cabeza al instante y miré el reloj, ¿sólo habían pasado quince minutos?

-Pero... olvidé algunas fotos con Ferni y debo ir por ellas-farfullé, nerviosa. Optando por la opción que menos parecía una locura. Escapar. Y esperando a que se creyera mi mentira.

-¿Ferni? ¡Oh, claro!-sonrió- Te acompaño, y así me la presentas por fin-dijo.

-No-la corta palabra salió veloz, tajante.

Liam se hizo para atrás, confundido.

-Es que...-tartamudeé- Voy a tardarme, mucho-hice un énfasis innecesario para la última palabra-. Llegaré tarde y no es apropiado que hagas esperar a Sharon otra vez, así que tú quédate aquí-sonreí-, espérala. Estás en tu casa.

Tomé precipitadamente el sobre del pretil y lo apreté bajo mi brazo, las llaves las tomé con la otra mano.

-Pero...

-¡Oh! Por cierto-lo interrumpí-, felicidades por escribir una canción tan... bonita-dije y salí por la puerta, huyendo como una niña asustada.

Bajé las escaleras a toda prisa, mis zapatos golpeteaban rítmicamente en los escalones que pasaban debajo de ellos y salí al aire exterior llenando mis pulmones de éste. Estaba asustada, no sabía qué pensar o qué pensamiento en mi cabeza obedecer.

Necesitaba huir al menos por un rato, sacar a Liam de mi cabeza al menos por una fracción de segundo. Saqué mi móvil y tecleé el número de Louis.

-¿Aló?

-Louis, soy yo, _____. ¿Podrías hacerme un favor?-pregunté, con la voz que me salía temblorosa de mi garganta.

-Claro, dime.

-¿Podrías ir por Sharon a su trabajo?

-Pero... ya salió, ¿no?

-Sí, pero encuéntrala en el camino, antes de que tome un taxi o algo parecido. Y ofrécete a traerla a casa todos los días, por favor-farfullé, mientras caminaba calle abajo.

-Puedo preguntar ¿por qué?

-Sólo tráela a casa, ¿quieres? Luego te explico.

-Está bien.

-Date prisa, adiós.

-Hasta pronto.

-Gracias-musité.

-No, gracias a ti.

Trunqué la llamada y devolví el celular a mi bolsillo. Me abrace debido al frío y seguí caminando sin dirección. Mi plan era que Sharon estuviera más pronto en casa de lo que suele llegar. Todos y cada uno de los días que me restaran aquí. Así, no ignoraría a Liam de forma tan obvia, pero sería menos tiempo estando con él y eso ayudaría bastante a que de una vez por todas controlara mis sentimientos.

Decidí parar a mitad de una calle, no sabía a dónde me dirigía y si seguía sin rumbo, seguro me perdería. No podía ir donde Ferni debido a que allí no había nadie, ella seguro estaría en su cita con Niall. La gente me esquivaba y pasaba a mi lado, totalmente indiferente, mientras yo me quedé inmóvil allí. Había caminado apenas dos calles lejos del edificio, y sabía que si caminaba más terminaría perdiéndome.

Recordé un pequeño parque a unas cuantas cuadras más, un fácil camino para seguir, así que fui hasta allá, a desperdiciar el tiempo y que se hiciera tarde solamente para no verle el rostro a él. Cuando llegué, me apoderé de una de las bancas de metal negro que adornaban los caminos del parque y me senté a observar cómo el cielo oscurecía totalmente.

No pude evitar pensar en Liam, lo amaba, ni siquiera sabía cómo y con tanta rapidez. Me era absurdo, ilógico. Era casi ridículo cómo quería escapar de esos sentimientos que no debían de estar en mi corazón. Ridículo, sí. Porque en realidad estar a su lado era lo único que en este momento quería hacer.

El Manual de lo Prohibido | L.P |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora