Capítulo VI

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No escribí nada en todo este tiempo, pero fui a muchísimas partes de vacaciones. Me gusta México, tiene una increíble arquitectura y sus ecosistemas son asombrosos.
A demás tuve algunos altercados con amigos y demasiadas clases. ¡Nunca se aprende suficiente! Jajaja soy como una viejita.
En fin, aquí está otro capítulo. ¡Disfrutenlo!
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Tras el Señor de edad avanzada venía la hija del Alcalde.
-¿Y usted es?- dijo el chico de cabello tomate.

-Respeto es lo que te falta, el es el Maestro Fu y el que te concedió tus poderes- un kwami de color verde salió de la bolsa de la camisa roja.

-N-no lo hice c-con esa inte-intención- el chico tenía la cara del color de su cabello y miraba a sus pies.

La chica Bourgeois observo a todos con una ceja alzada, y se le escapo una pequeña risa. Todos la miraron extrañados para luego buscar una explicación en Marinette, la jóven solo alzó los brazos indicando que no sabía que estaba pasando.

-Nath... ¿Te puedo llamar así, no?- cuando el chico asintió le salió una sonrisa tímida a la rubia.

<<Sigues en una postura de defensa, no para ti sino para Mari>> la chica señaló la mano que sostenía a la chica.

El chico inmediatamente dió un brinco alejándose de la franco-china y si era posible, incrementando su rubor aun más. Ante esto el pequeño tigre rodó los ojos.

-Cobarde- dijo el minino en la oreja de su pareja. 

-Cállate- susurro el oji-azul del mismo modo.

Para este punto el chico se había perdido la mitad de la plática. Todos le estaban mirando fijamente, entre ellas el Maestro Fu le miraba con los ojos semi-cerrados y una pequeña sonrisa.

-¿Nathäneal?- el chico volteo a ver a la semi-peliroja .

<<¿Te parece bien, en la dirección que acordamos mañana a la siete para hacer lo que nos instruyó el Maestro?>> la chica tenía una mano en la cadera, una ceja alzada y utilizó un tono muy juguetón.

-Por supuesto-.

...

-¡Esto era lo que habíamos acordado!- gritó la contra parte de Kurtzerbeg.

-La verdad es que sí, pero no imaginé que fuera tan difícil- gritó la portadora del zorro.

-¡Los voy a demandar!- gritó la chica con el traje de abeja.

Los chicos estaban corriendo a toda su velocidad, esquivando obstáculos.

-¿Por qué sólo nosotros tres estamos haciendo esto?-.

-Ladybug ya sabe hacer a la perfección todo lo que ustedes están aprendiendo, lo que ella necesita es encontrar sus motivaciones- el guardián de los miraculous tranquilamente los observaba y corregía algunos fallos.

La azabache se encontraba a lado del maestro, tenía los ojos cerrados y estaba en posición de loto. Su respiración era pausada, tranquila y profunda. Pero tenía el ceño fruncido.

-Evita que tus pensamientos te dominen, ten el control de tus emociones. Encuentra lo más importante para ti- el maestro daba vueltas alrededor de nuestra heroína de traje rojo.

<<Recuerda que no debes de dejar que tus demonios se acerquen a tu corazón>> ahora estaba enfrente de ella.

-¿Podemos tomar un descanso?- el maestro volteó a los aprendices y alzó una ceja.

-No- dijo con una sonrisa y los ojos cerrados.

En ese momento se distrae Rena y uno de los obstáculos le pegó en la cabeza, haciendo que cayera de su línea de entrenamiento.

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