006 - Tom Holland

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Era la segunda vez que tenías la oportunidad de conocer a Harrison, la primera solo fuiste presentada y no tuviste la oportunidad de hablar con él ni conocerlo un poco más.

Tom se encontraba dando una entrevista mientras tú estabas con Haz en la mesa para aperitivos del set.

—Tom dice que estás obsesionada con los zombies —mencionó el rubio como tema de conversación a iniciar.

—Algo así —ríes. —Realmente me gusta esta serie, The Walking Dead, supongo la conoces.

Harrison fingió confusión.

—Oh por dios ¿Como no la conoces? —preguntaste sorprendida, para luego ver al ojiceleste reír.

—Sólo bromeo, es una de las más exitosas, y está genial.

Sonríes sintiendo que ya este chico te comenzaba a agradar.

Pasó casi media hora en donde Harrison y tú parecían tener cada vez algo en común.

—Recuerdo que cuando lo intenté, terminé fracturando mi tobillo, entonces no lo intenté más.

—Eso suena como la primera vez a la que me subí a un skate.

Comenzó a relatar el gracioso accidente y en cosa de segundos ya estabas riendo a carcajadas, no era tan difícil hacerte reír cuando estabas de buen humor.

—Veo que se divierten —Tom llegó a su lado llamando la atención.

—Tenemos bastante en común, creó que encontré a mi alma gemela —bromeaste pero al parecer a Tom no le hizo mucha gracia.

—Ya veo...

—Supongo ya nos debemos ir, mañana debemos estar aquí mucho más temprano.

En el trayecto las risas entre tú y Haz se apoderaron del ambiente con chistes internos respecto a los temas que habían tratado.

Ya en su habitación ambos se preparaban para dormir.

—Veo que se divirtieron —comentó Tom quitándose los pantalones para poder ir a la cama contigo.

—Haz es muy agradable —respondes acomodando tu almohada.

—¿Haz? —giró hacia ti mientras se quitaba la polera.

—¿Así le dices tú?

—Pero es porque yo soy su amigo, tenemos confianza.

—Yo también puedo ser su amiga y tener confianza.

—No, no puedes —se sentó en la cama.

Frunciste el ceño.

—¿Porqué no?

—Porque te agrada —se encogió de hombros.

—¿Y eso?

—Y tú eres mía —se inclinó hacia ti rosando sus narices en un vaivén.

—Yo no soy una propiedad.

—Pero eres mi novia —se separó sólo un poco para mostrarte el dulce puchero que estaba haciendo.
Te inclinas a besar su labio inferior.

—Que bebé llorón eres Thomas.

—¿Ahora yo soy Thomas y el es Haz? —fingió llorar y reíste tomando su cuello con tu mano para acercarlo a ti.

—Ya duerme, Thomas.

Se metió bajo las sabanas dándote la espalda.

—Eres la peor novia del mundo.

—No es verdad, soy la mejor.

Besas su tonificada espalda para subirte a su torso, siendo recibida por sus brazos, cerrando tus ojos ante su calor corporal, sintiendo el sueño apoderarse de ti.

—Y yo soy tu alma gemela —susurra logrando hacerte sonreír antes de quedarte dormida.

Peter P. & Tom H. ImaginasWhere stories live. Discover now