幸せ SHIAWASE 幸せ

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- ¿Estás segura?

Gin asintió,  sonrojándose y viéndose en un instante tan vulnerable que Higuchi no pudo evitar darle un abrazo. Cuando sus cuerpos se rozaron no sintió electricidad o atracción recorriendo cada célula de su ser, no; simplemente aquel vago sentimiento de sentirse completa la hizo feliz, confiada.

Cuánto la amaba.

Y, viendo sus preciosos ojos grises como un cúmulo de nubes en una fría noche de tormenta, como aquella en la que por primera vez se abrazaron con tanto amor después de confesarse ambas sus profundos sentimientos, le dio un corto beso antes se sonreírse mutuamente.

La emoción del aire recorrer sus cuerpos con velocidad fue indescriptible, fue increíble. Tal vez por la compañía, tal vez porque en aquella tarde las calles de Yokohama lucían más preciosas que nunca, tal vez por lo que ocurriría después, pero esa escena sería inolvidable para ambas.

Allí se mantuvieron por un efímero a la vez eterno momento, montando bicicleta como si fuesen dos niñas disfrutando de un momento que nunca existió en su pasado. Sus cabellos, ambos sueltos, parecían hebras  unidas en el aire por el mismo destino, brillantes una como el radiante sol y la otra como la oscura noche, mientras sus cuerpos parecían estar abrazados sin intención alguna de separarse.

Entre risas, algunas caídas y uno que otro beso -esas pequeñas recompensas que Gin recibía por aprender a manejar ese extraño objeto-, la luna bajó y una sorpresa las congeló.

- ¿Gin?

- ¿Ryunosuke?

Un pesado e incómodo silencio calló sobre esas cuatro personas, que en ese día podrían haber imaginado todo menos encontrarse justo ellos.

Sin embargo la vergüenza y timidez de ambos hermanos al ser atrapados en aquella situación se disipó lentamente, al observar como una sonrisa curvaba sus labios; con las mejillas ruborizadas y sus coloridos ojos mirándola fijamente, muy diferentes a los de su querido hermano, tanto que los complementaban llenándolos de vida con su brillo y luz, Gin no pudo evitar sentir demasiada ternura por la pareja de su hermano. Y al observar aquello el mencionado reprimió una risa.

- Mu-Mucho gusto, Gin-san. Soy Na-Nakajima At-Atsushi, la... la...

- Es la persona de la que te hablé. La que amo- terminó de responder, compadeciéndose de la apariencia afiebrada del otro por su evidente timidez, al presentarse ante quien consideraba una persona muy importante.

  Sí. Era la persona perfecta para él.  

Cuando Ichiyou vio a Akutagawa darle un leve beso en la frente a su pareja, como agradeciéndole por aceptarlo como su amante y le sonreía de forma sincera como a nadie nunca había hecho, no sintió dolor ni mucho menos por sí misma: lo entendió todo y se alegró verdaderamente por su senpai. Porque había encontrado a alguien a quien amaba profundamente, así como ella a Gin.

- El gusto es mío, Atsushi-kun. Espero nos llevemos bien y por favor... cuida de mi hermano.

Y ahora quien tenía las mejillas rojas como tomates era el mayor, que resoplando quiso ocultarlo.

- No eran necesarias esas palabras- aunque en el fondo lo agradecía.

Hubo una pequeña tensión en el cruce de miradas de Higuchi y Atsushi, pero ninguno dijo nada. Acordaron implícitamente el comenzar a conocerse nuevamente, como si fuesen nuevas personas, por sus parejas.

- ¡Akutagawa! ¿Qué te parece si las llevamos a casa? Justo hoy te toca hacer la cena- mencionó alegre, su amante.

- ¿Sabes cocinar?- Gin interrumpió, demasiado sorprendida porque por más intentos que había hecho, nunca lo había logrado.

-¿Y tú sabes conducir bicicleta?- le refutó con un punto bajo, sabiendo que ninguno de ellos había aprendido a hacerlo. Se sonrojó.

- No es eso- respondió el de cabellos pálidos, antes que el mencionado pudiera decir otra cosa, avergonzándose nuevamente-. Es una broma entre ambos: Cada vez que le toca cocinar, él compra y paga la comida, así podrían decidir que desean.

Todos rieron menos uno. Pero que al verse en una situación tan cotidiana como aquella y por la ironía de la situación, no pudo evitar caer, riendo también.

Y, pese a que no lo habían esperado, aquella terminó mejor que muchísimas otras; porque no solo los hermanos, sino todos se sentían aceptados y no podían negar la gran felicidad y tranquilidad que en sus pechos gobernaba.

Después de todo, eran familia.



*Shiawase / 幸せ /: Felicidad.

SHE |DRABBLES, GIN X HIGUCHI|Where stories live. Discover now