De vuelta al pasado

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Es increíble como la vida puede darte la precisión de Picasso sin esperarlo, pasar de ser la chica que todos adoraban, que querían ser tu amiga y que los tuvieras en su vida, a encontrarte entre cuatro paredes de una habitación, escuchando reguetton por los auriculares, esperando como una stronza a que vinieran a llevarte la comida o a buscarte a la casita de la piscina que había construido mis padres,agarrada como una inútil para no caer a la piscina de cabeza y ahogarme.
¿ que como cambió mi vida y se convirtió en una mierda? Muy fácil...la vida es una mierda, por más que intentas hacerlo todo bien, ella viene y te demuestra que no vales nada.

Pero para que podáis conocer mejor la historia de esta inútil...comenzaré desde el principio.
Mi nombre es Elettra Miura Lamborghini, tengo 23 años y soy italiana. Si os estáis preguntando si soy esa Lamborghini, pues si, lo soy. Soy la hija de Luisa y Tonino Lamborghini, una de las mejores clínicas privadas de Italia. Mi padre es un reconocido neurocirujano a nivel internacional. Pero en este caso, ni la mente prodigiosa de la persona que más me quería fue capaz de ayudar a su hija y eso le causo una gran frustración, aunque nunca perdía la esperanza...pobre.
Desde que tuve uso de razón, amo a los animales, para mi son parte de mi familia, los amo con todo mi corazón. Desde pequeña, llegué a tener más de diez perros, un pez, una tortuga y mis caballos, ellos me dan la vida, o al menos me la daban.
Cuando cumplí nueve años, mi papá me regaló el mayor de los regalos, mi primer caballo. Siempre recordaré el primer día que vi a ese potro asustado, con su gran mancha blanca en su cabeza, con hermosa melena color café. Sentí una conexión con él que sabia desde ese momento que duraría para toda la vida. Aún tengo la imagen grabada en mi mente de como me acerque a él sin miedo y nuestros ojos conectaron, acariciando esa mancha blanca de su hocico, sintiendo como se tranquilizaba.
Mi papá me preguntó ¿ que nombre le vas a poner? Y como si habláramos el mismo lenguaje, nos volvimos a mirar y dije...karack silver...Así se llamará. Mi padre se quedó pensativo con el nombre, pero no podía haber elegido uno mejor, era perfecto.
Era mi caballo valiente, fuerte,hermoso y veloz y que mejor nombre para él que ese.

Pasaron los años y comencé a competir,con once años era una de las mejores amazonas de la región y de toda Europa, llegué a ganar innumerables trofeos.
Lo que más ilusión me hacia, era llegar algún día a los juegos olímpicos representando a mi país y con veinte años, aquel odioso año,conseguí mi sueño. Recuerdo que estaba nerviosa cuando mi entrenadora me llamó a la oficina para darme una noticia, puedo sentir aún mi emoción al decirme que había sido seleccionada para ir a los juegos olímpicos a representar a Italia, fui corriendo a las cuadras a buscar a Karack, sin él no hubiera conseguido nada, éramos imparables o al menos eso pensaba yo.
Pero como todos los sueños, un día toca despertar y darte contra la realidad...ese sería el principio de mi final. Llegamos a los juegos Olímpicos que ese año se celebrarían en Londres, todo era perfecto, era una de las favoritas del concurso de equitación. Pero ahí comenzaron todos mis problemas, quería ser la mejor, quería ganar, no había otra opción. Me pasaba día y noche entrenando, casi no comía, mi humor había cambiado y aunque me sintiera agotada nada me iba a parar o al menos eso creía yo, mi soberbia, mi orgullo y prepotencia no me dejaban ver más allá de lo que estaba pasando, había perdido el control, ya no era diversión...ahora se había convertido en una obsesión por demostrar que era mejor que los demás.
Por eso no puede darme cuenta de lo que pasaba, por eso soy culpable de que mi vida se fuera a la mierda, por eso soy culpable de que él ya no este aquí...conmigo, dejándome sola en esta vida sin sentido.
Llegó el día de la competición, estaba muy nerviosa, cansada y karack también, sentía como se ponía inquieto como nunca antes lo había visto pero eso no me paró, nada lo haría, había llegado hasta allí para demostrarle a todos quien era Elettra Lamborghini, no la hija de papá que vivía de su dinero, si no la chica independiente y decidida que conseguía todo lo que se proponía.
Comenzó la competición de hípica y fuimos hacia la pista, sintiendo como Karack cojeaba, pero no le di mucha importancia pensando que se habria metido algo entre los cascos.
Corrimos hasta las primeras vayas y saltamos de forma excelente, dibujando poesía en el aire, así hasta varios obstáculos, pero cuando toco el turno de hacer el último salto hacia el muro de ladrillos, karack volvió a ponerse nervioso sin control agarrando fuerte las riendas, aun me duele pensar como le hablé con rabia, de lo que ahora me arrepiento, toque levemente con mi estribo y salimos corriendo hacia ese muro, pero cuando todo apuntaba a que lo íbamos a conseguir, karack salto mal derribándome y cayendo al suelo semi inconsciente golpeándome en la cabeza. De ese momento, solo recuerdo ver todo borroso y mirar hacia el otro lado donde estaba karack tendido como yo en el suelo sin poder moverse mirándome al mismo tiempo que los dos cerrábamos los ojos, uno de los dos para no volver a abrirlos nunca y yo...pues yo para volver a abrirlos sin sentido alguno.
De eso había pasado ya tres años, tres años es lo que la única imagen que recuerdo fue la de mi mejor amigo abandonándome para no volver, dejándome perdida en un mundo sin sentido para mi, que nunca volvería a ser igual ni yo volvería a ser la misma.

El primer año de mi accidente, mi papá hizo hasta lo imposible para que volviera a recuperar la vista después de mi lesión. Hablo con colegas de él, incluso viajamos a otros países, a los mejores cirujanos especializados en oftalmología, pero muchos daban por perdida toda esperanza de recuperarla y otros lo intentaron, pero sin mejora alguna. Mi padre entró en una gran depresión que si no fuera por la fuerza de mi madre, no se que hubiera sido de él.

Odié a todos los médicos por darme falsas esperanza, odié a la ciencia, al dinero porque no valía una mierda cuando realmente lo necesitabas, pero sobre todo, me odiaba a mi por no haber sido capaz de ver más allá de mi arrogancia, de ser la culpable de la muerte de mi amigo, y ahí me di cuenta que esto había sido un castigo, un castigo por no haber sido buena persona, por no valorar lo que tenía hasta que al final lo perdí todo. Incluso los amigos que creía mis amigos,me abandonaron, ¿quién quería a una ciega como amiga?...solo soy un estorbo. Por eso decidí acabar con tanto tiempo perdido, por eso decidí dejar de ilusión en vano, sabiendo que nunca volvería a ver, ese era mi castigo, era lo que me merecía, quedarme sola el resto de mi vida.

Mi mamá se encaprichaba en contratar a chicas para atenderme cuando ellos no estaban por temas de la clínica o porque tenían algún congreso al que tenían que asistir, eso me enfurecía, no necesitaba a ninguna stronza di merda que me mirara con cara de pena cada vez que entraba por la puerta. Digo lo de mirar porque podía sentirlo, en estos años he podido mejorar mi oido para escuchar algún...pobrecita o algún suspiro de asombro. Por eso ninguna duraba más de un mes, tener quedarse de interna con una persona encerrada en su cuarto sin aguantar sus chistes malos debía de ser muy frustrante quizás, pero me daba igual, prefería estar sola que con gente y así seria siempre, al menos no me sentiría a cada segundo un estorbo si no tengo a nadie a mi lado que con sus gestos, me lo recuerden.

¿Y cómo me mirabas? Where stories live. Discover now