Parte 11: Ethereal Corporation

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Muy lejos de donde Farid se encontraba, en la Central de Ethereal Corp ubicada a las afueras de la ciudad, un hombre revisaba unos informes en su oficina. Disfrutaba de una taza de café caliente mientras sus ojos recorrían las líneas de texto concernientes a diversos temas referidos a la organización. La habitación estaba completamente a oscuras, con excepción de un leve haz de luz que rodeaba el escritorio del hombre, lo cual le permitía leer los informes sin mayor inconveniente. De manera repentina, una puerta se abrió estrepitosamente y Sophie ingresó sin anunciarse, llevando un folder bajo el brazo.

—¡Que horrible! —exclamó la chica, haciendo ondear su cabello dorado—. ¿Cómo soportas leer en esta oscuridad?

Tras esto, tanteó en la pared cercana a la entrada hasta lograr apretar un interruptor para encender la luz. La oficina, completamente iluminada, se veía muy limpia y moderna. Gran cantidad de libros y archivos se encontraban organizados en diversos estantes pegados a las paredes, y un par de estatuas coronaban la puerta de entrada. El hombre entrecerró los ojos, acostumbrándose al nuevo nivel de luminosidad, y lanzó un gruñido, pero no apartó su vista ni atención de los informes.

—¡Vaya! Así que el gran Joseph Irolev está demasiado ocupado en estos momentos como para atender a su Jefa de Investigaciones, ¿eh? —gorjeó Sophie en tono burlón.

El hombre llamado Joseph la ignoró por completo, causando que Sophie frunciera el ceño.

—No tengo tiempo para tus delirios de grandeza —afirmó ella, mientras se acercaba al escritorio, para depositar el folder cerca del hombre.

Joseph, finalmente, dejó a un lado los informes que había estado revisando y abrió el folder sin denotar mucho interés.

—¡Felicidades, señorita Douceur! Veo que no es tan incapaz como yo me temía —congratuló el hombre de forma fría y mordaz, revisando los documentos que había extraído del folder—. Sin embargo, y sin buscar ofenderla, aun guardo muchos recelos con respecto al plan que tiene previsto.

—El plan no fallará, puedo asegurarlo —contestó ella con el mismo tono, intentando controlar su ira—. Tengo todos los detalles previstos, solo necesito un poco más de tiempo...

—Es tiempo justamente de lo que no podemos disponer. Hay demasiado en juego.

—¡Lo sé! Aun así, es la única manera de hacerlo.

Joseph lanzó una carcajada hiriente. Cerró el folder y lo lanzó a un lado. Se levantó de su escritorio y se colocó de espaldas a Sophie.

—En todos mis años como director de la Sección de Investigación Interdimensional en Ethereal Corp —dijo, mientras volteaba para mirar a Sophie con desprecio—, he pasado por diversos problemas y he tenido multitud de inconvenientes. Sin embargo, siempre he salido airoso de las dificultades que se me presentaban. ¿Sabes gracias a qué he sido tan afortunado?

Sophie desvió la mirada, apretando los dientes.

—Todo se lo debo a mis métodos para solucionar los problemas —continuó Joseph con una cruel sonrisa grabada en el rostro—. El uso de la fuerza siempre, y sin excepción, me ha traído buenos resultados.

—No niego que tú tengas tus propias formas de hacer las cosas —contestó Sophie agitando su cabello—. Pero esta es mi investigación. Déjame hacer las cosas a mi manera. Puedo asegurarte que mi plan funcionará.

Joseph volvió a soltar una carcajada, aún más estruendosa que la anterior.

—Te voy a ser sincero, pequeña. —El hombre se agachó, colocando su rostro frente al se Sophie, de manera intimidante—. Desde mi punto de vista, tu solo eres una niña. Una niña ingenua, que cree poder meterse en asuntos que conciernen a adultos.

Nazo no Gaikeisunbō | Arco 1: Noche EternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora