The boy who had no choice. 《Dramione》

-1-

Hay gente que se salta este capítulo por ser una carta, yo recomiendo leerlo porque en los demás capítulos os podrían salir dudas.

Un Malfoy, durante años he crecido pensando qué ser un Malfoy es lo mejor que te pueda pasar en la vida, o así lo creía.

Qué la gente te respete es una cosa, que te tengan miedo incluso asco, es otra muy diferente.

Cuando tenía 9 años yo ignoraba todo eso, mi padre había metido ideas en mi cabeza sobre lo orgulloso que tenía que estar por pertenecer a su familia, me decía que no había ningún problema con que alardeara siempre, que si me creía superior a los demás era una forma de ganar confianza en mi mismo, que los hijos de muggles o, como él los llamaba, "Sangre Sucia" no valían nada, que me metiera con ellos.

Ahora a mis 20 años me arrepiento de todo, pero sobretodo de haberte dejado escapar por las estúpidas ideologías de mi padre.

Lo siento mucho Hermione, de verdad.

Está carta no cambiará nada, es más, cuando las leas probablemente esté muerto, mi padre se habrá dado cuenta de que he fingido no reconocer a Potter hoy en mi casa, y Bellatrix tiene dudas... Más adelante te diré el por qué. Quiero empezar a dejar las cosas claras, pero, desde el principio.

En la firma de libros de Lockhart, me crucé contigo, seguramente lo recuerdes porque mi padre intercambió una frase contigo.

- Draco, me ha hablado mucho de ti.

Cierto, sin darme cuenta pasé tardes hablando sobre ti en mi casa, obviamente fingiendo desinterés y escupiendo lo lista que te creías.

Pero claro, hablar de ti era la única forma que tenía de conocerte algo mejor, porque todo lo que contaba en mi casa eran las cosas que te había visto realizar durante el día.

Admiraba esa manía tuya de querer responder la primera siempre en clase, de empezar un libro y tener que acabarlo en la misma tarde, la forma en la que apoyabas a tu amigos en los partidos de Quidditch y también adoraba la forma con la que te atrevías a enfrentarte a mi y mis estúpidos insultos.

Y yo me preguntaba... ¿Por qué mi vida no podía ser así? ¿Por qué no podía llevarme bien con vosotros o tratar bien a los demás?

Pensarás; Si nos hubieras tratado bien... Si no hubieras sido fiel a Voldemort...

Repasemos, aún no era mayor de edad, si me iba de casa acabaría volviendo y me matarían. No podía hacerlo eso a mi madre.

Desde que nací fui criado para servir al señor tenebroso. El sabía todo sobre mi.

Asi que si me largaba, Voldemort me encontraría y acabaría conmigo, o incluso mi propio padre. Padre que me obligó a trataros mal durante años.

Me impedía a mi mismo acercarme a vosotros porque sabía que más adelante tendría que traicionaros, aún así intente protegeros durante mucho tiempo, dando pistas falsas sobre donde os escondíais o qué planeabais.

Y es que, quien no quería ser amigo del trío de oro.

No busco que me perdonéis o que sintáis lástima por mí. Porque nada de lo que yo diga ahora, perdona las acciones que he cometido.

A lo que íbamos, aquel día, en mi casa, cuando dije que no estaba seguro de que el chico fuera Potter pasó algo más...

A él y a Ron se los llevaron pero... ¿Y a ti?

Yo estaba en la habitación de al lado cuando te escuché suplicar a Bellatrix que no te hiciera daño, rezaba por que fuera así. Pero no.

Empezaron los gritos y yo tapaba mis oidos intentando alejarme todo lo posible de aquella horrible sensación que había en mi cuerpo. La sensación de estar tan cerca y no poder hacer nada. ¿O si?

No lo soportaba más, así que irrumpí en la habitación, tú no te acordarás porque ya estabas medio ida por la tortura de mi tía.

Le pedí a Bellatrix que te dejará en paz, que si te mantenía con vida podría chantajear a Potter cuando lo necesitara, ya que tú, eras como su hermana.

Y en ese momento te dejo a ti, y fue a por él elfo.

Sin contar con que Harry y Ron ya no estaban en el calabozo y minutos después escaparían llevándote con ellos.

O no, se ha oído la puerta, ya han llegado, vamos Draco, Hermione tienes que avisar a todos, piensan atacar Hogwarts este sábado, tenéis que estar listos y sobre todo a salvo, que al menos mi vida salve la vuestra.

Draco sopló y la carta se hizo cenizas, cenizas que volaron hasta la casa de la familia Weasley, entrando por la ventana que daba a una habitación en concreto, la habitación de Hermione Granger.

La carta se posó sobre el escritorio y con algo de suerte, alguien la encontraría.