A.U.

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"Para poder existir el bien, debe haber una parte contraria que sería en este caso, el mal.

Los humanos, ¿tendremos una parte contraria?"


Recorrió los largos pasillos de aquella mansión, o como él la veía, prisión.

Sus pensamientos estaban muy lejos de donde se encontraba, no tenía la mínima intención se hablar con él, ese hombre lo mantenía prisionero.

Había llegado hacía aproximadamente dos días a la tierra, venia de algún lugar en la galaxia, y había escapado.
En su planeta lo querían obligar a contraer matrimonio con el odioso de Jean, y él jamas se casaría con un hombre que no amara.

Además, Jean estaba enamorado de alguien más, casarse con él seria atarse a alguien que no lo ama y significa ser infeliz el resto de la vida.

Movió sus orejas mientras escuchaba pasos apresurados detrás de él.
Se detuvo y espero a que el humano hablara.

-Ya es hora de comer, debes tener hambre.

-Sabes, me costo entender tu idioma, pero luego comprendí que no era necesario que me esforzara en hacerlo, simplemente el conocimiento llegaría, pero te equivocas, no tengo a lo que los humanos denominan hambre, mas bien tengo decepción y a lo que llaman tristeza.

-Tus palabras no me inmutan, yo tengo lo que puedes denominar perseverancia y orgullo, por lo que no te dejare ir hasta que me digas que hicieron con mi hermana.

-¿Es algo típico de los humanos culpar a inocentes sin pruebas de crímenes que no cometieron?

-En este mundo lo mas podrido es lo más normal, sigueme o muere de hambre, lo que prefieras.

Lo medito un rato, y decidió seguir a su secuestrador, no tenia caso apelar a su misericordia, el ser con el que hablaba parecía tener una roca en lugar de corazón.

Llegaron a una sala, que además de estar mal iluminada, tenia un olor repugnante y sofocador.

-No comeré nada que huela como tú.

-Morirás de hambre entones.

-¿Cuál es el motivo para que la cocina parezca el cementerio de mi planeta?

-No me preocupa la limpieza, pido delibery, come y calla.

-Pides tu comida a manos extrañas, en resumen.

-¿Alguna otra queja?

-No, pero si una petición.

-Que quieres cosa del demonio.

-Primero que recuerdes, que como tu tienen un código numeral, o nombre según este planeta del asco, yo también, soy Yuri o Yura, y segundo quiero cocinar yo.

-Escucha "Yura" - hizo comillas con los dedos, restándole importancia a lo que dijo- puedes cocinar tanto como gustes, pero no encontrarás nada en esa cocina.

-No con este desastre. -miro a su alrededor buscando algo- ¿tu no tienes esas cosas que se usan para sacar mugre?

-¿Escobas?

-Si si eso

-Claro que tengo una.

-Que la uses es otro tema, ¿no Altin?

-Ya di lo que quieres.

Tardo aproximadamente dos horas, una para limpiar, ventilar, y desinfectar todas las cosas de esa cocina, y otra más para cocinar el único platillo que podía con los escasos alimentos que había.
Una vieja receta que su abuelo le confió, su abuelo era un humano por ello Yuri podía entender con facilidad algunas cosas de la Tierra.

-Volví, ¿ya has acabado de incendiar mi cocina?

-¡Retira lo dicho humano insolente!, le he dado vida a tu cocina, y he limpiado este cuarto, ahora ya no parece un cementerio.

-No, pero tu aspecto es el de un muerto viviente.

-¿Muerto que?, eso es una contradicción de términos Humano.

-Es un decir, y no soy humano jodido alienígena.

-Como sea, deseas probar lo que he cocinado, o prefieres tu comida de deli no se que.

-Cualquiera de las dos opciones puede llevarme a un envenenamiento seguro.

-Pudrete.

Sonrió mientras miraba al pelinegro, tal vez el humano era descortés y algo frío, pero aún así lo hacia reír.

-Dame, probare tu comida, no tengo ganas de llamar al delibery.

Sirvió en ambos platos y espero a que la probara, el humano no cambio su expresión en ningún momento, pero tampoco se quejó, y eso por el momento era suficiente.

Horas mas tarde Yuri se encontraba buscando algo que hacer, el "Otabek", como dijo que lo llame, había salido recientemente.

Aunque Yuri no veía algo agradable en estar prisionero, no le molestaba estar con el humano, era bastante preocupante para él...

-Quisiera volver y ver a mi abuelo aunque sea una última vez... - sus ojos se inundaron con lágrimas y su voz se oía quebrada, suspiro y se se dio la vuelta.

-Es algo nostálgico ver a alguien mas llorar en la ventana sabes... -la voz del pelinegro lo tomo por sorpresa- yo estuve así, hace algunos años quería ver a mi hermana.

-¿Qué le pasó?

-Uno de los tuyos se la llevó - miro por primera vez directamente a los ojos esmeralda de Yuri- estábamos peleando, y entonces le grite " desaparece", no esperaba que se cumpliera, pero entonces una luz salio de la nada, la agarraron entre cinco personas iguales que tu, solo que ellos eran parecidos a los perros, no tenían tus orejas y cola, tu eres más un gato.
La metieron en una nave y desaparecieron.

-yo... No se, nunca oí de un caso así, somos un planeta de paz, al menos los que la luz toca...

-¿La luz?

-Nuestro mundo esta dividido en dos partes, la luz y la oscuridad.
Los de la luz somos seres de paz, los de la oscuridad sin embargo no sabemos. Nadie se atreve a ir allá.

-Ya veo... Tú ¿los extrañas?

-Es una pregunta tonta Humano, has hecho preguntas muy inteligentes durante toda mi estadía, pero esta es muy obvia, sabes la respuesta ¿no?

Calló, el silencio se extendió apenas unos minutos mas, luego Yuri se dio vuelta para seguir caminando, cuando un brazo lo dutuvo, miro a Otabek a los ojos y entonces paso.
El humano había unido sus bocas, robándole el primer beso de su vida.

-¡¿¡¿Q-Qué?!?!

-Puedes irte, no te detendré más.

-¿Eh?

-No te quiero ver, vete antes de la mañana.

Cayo al piso de rodillas y suspiro, no entendía a ese hombre, lo confundía cada vez más.
Pero, lo estaba dejando en libertad...
Podría decidir si se quedaba o no, y eso era la decisión mas difícil que había tenido que tomar en su vida.

La libertad que tenía lo obligaba a decidir entre dos cosas que amaba.

-Abuelo... No se que hacer.


¿The end?

One-shot Otabek y Yurio 🌠🌟Where stories live. Discover now