Una noche

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Las noches de lluvia siempre habían sido la debilidad del menor, y hoy no era la excepción.
Generalmente cuando era pequeño y había tormentas, de nieve, eléctricas, o simple lluvia fuerte, él dormía entre los cuerpos de sus padres y así pasaba la noche.

Aun hoy en día que tenia 16 seguía teniendo ese mal habito,y es que joder, ¿Qué hay peor que un rayo o relámpago que suena de la nada en medio de la noche silenciosa?, o que un jodido trueno llegue y luego absolutamente todas las luces se apaguen. Respuesta, ¡NADA!.

Bien, ya aclarado ese punto, es hora de que se pregunten, ¿Por qué esta noche simplemente no se acostaba con sus padres y ya?, pues ¡No sean jodidos y no pregunten!, nah mentira.

La razón era simple, hoy no estaba ni cerca de su casa, ni siquiera estaba en su país. Había decidido ir a visitar a su mejor amigo a Kazajistán, y como el universo entero conspira contra él, había comenzado una tormenta que podría hacerle frente al diluvio mas grande que el hombre allá conocido. ¿Estaba exagerando?, no para nada.

Dejando de lado todo su orgullo, se levanto de la cama, acomodo su enorme camiseta con estampado de gatos y se dirigió a la puerta del cuarto de huéspedes de la casa de Otabek.
Jodido millonario, si fuera pobre podrían dormir en el mismo cuarto sin excusas y Yuri no tendría miedo a la tormenta, además de que la casa era tan grande que estaba literalmente perdido, ¡podría competir contra un palacio!... Bueno no tan así, pero él es un dramático.

Cuando llegó a la puerta del cuarto, la abrió lentamente tratando de hacer el menor ruido posible, creyendo que Otabek estaría dormido.
Mas no era así, él estaba sentado apoyando su espalda en el respaldo de la cama mientras veía su teléfono en la habitación completamente oscura.

-¿Yuri?- preguntó en un tono bastante sorprendido, no esperaba verlo a esta hora.

-No, soy el cuco- rodó los ojos ante la pregunta y siguió hablando- si soy yo, solo mmm...es que...

-¿Ocurre algo?, pasa así hablamos.

En un movimiento rápido Yuri entro a la habitación cerrando la puerta, se dirigió con calma a la orilla de la cama y se recostó listo para hablar.

-Detesto las tormentas, son como la mierda.

-¿Entonces al Gatito no le gustan los truenos?- alzo las cejas a modo de burla mientras reía por lo bajo.

-¡No te burles idiota!- su rostro se tiñó de un color rojo mientras corrió la vista- mis papas... Murieron un día lluvioso, ya sabes los que me engendraron, no Yuuri y Viktor.

-Ya veo. -se acerco al menor y acomodo su cabeza entre sus piernas para acariciar las hebras doradas de su amigo- No te preocupes, es solo una tormenta.

Yuri al estar reconfortado por las caricias que recibía cerro los ojos inhalando el fuerte aroma masculino que desprendía de su amigo.
Amaba ese olor.

One-shot Otabek y Yurio 🌠🌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora