Epílogo

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Nací en una familia grande, de Dioses, con demasiados hermanos, y con un propósito en la vida.

Soy uno de los principales, pero el menor de ellos, mis dos hermanos más importantes siempre han discutido, uno se divierte con las personas mientras que el otro no, es una cuestión de moral, después de todo parece ley que siempre hayan disputas entre familiares... Yo decidí que llevaría la vida sin dramas, me gusta estar relajado y aliviar el ambiente, la seriedad se las dejo a ellos.

Morfeo es quien me agrada más, él es bueno conmigo, siempre ha sido como un mejor amigo y un hermano mayor que te cuida, aunque no faltan sus regaños o consejos, Iquelo en cambio es apático, no le gusta demasiado el cariño o el amor, nos llevamos bien pero solo eso, no hay demasiados recuerdos felices acerca de él, es un gruñón.

Mis padres, principalmente mi madre, Nix, es de los Dioses más poderosos, llamados: Los Dioses Primordiales, son quienes le dieron origen al mundo; ella es muy sabia y hermosa como la misma noche, habla mucho conmigo sobre mis hermanos ya que puedo ser quien dialogue entre ambos y eso le parece necesario, le gusta vernos aunque no hable en realidad con ellos, solo conmigo. Soy como un mensajero en mi familia.

Yo me encargo de objetos inanimados en los sueños, no suena divertido ni significativo pero nada más piensen en mi buzón, lo hice para aliviar un poco el trabajo de Morfeo pero tuvo el poder de comunicar a Leia con él.

También puedo mostrar simples objetos a los humanos que tengan mucho significado sentimental y eso ha traído buenos resultados, o simplemente apoyo a mi hermano y todo sale bien... Es sencillo, en realidad, pero así me gusta.

Cuando vi que Morfeo estaba muy animado con aquella niña me pareció conmovedor, luego me sorprendió que la encontrara de nuevo ya mayor, y fue cuando todo comenzó, es extraño como se dio todo entre ellos, querían estar juntos y típico, no los dejaban ni estaba permitido, pero ambos fueron muy tercos e igual lo lograron. Al final no pensé que ella llegaría a tales extremos para estar con él, yo esperaba otro fin que ese, quién lo diría.

Se dio como si todo valiera la pena, iniciar así tan triste, lograr estar juntos y pasar por tanto para luego olvidar todo lo que conocía y comenzar otra vida, ella es realmente audaz, me impresiona como lograron construir todo con piezas inexplicables, yo estoy fascinado con su historia y hasta sentí algo de envidia, de la buena, tener a una chica que me quisiera así, tan profundamente... Y tener con quien compartir el resto de la vida.

Cuando conocí a Leia me pareció algo asustada, confundida o delicada, pero me di cuenta de que posee un temperamento bien hecho, y que al tomar una decisión no la echaría para atrás, aunque siempre fue insegura, prefiriendo su zona de confort, y dedicada a su vida; la experiencia con Morfeo le enseñó otra forma de vivir y de ver al mundo, prefirió eso a su cotidianidad humana donde su enamorado no estaría. Fue tremendamente tierno y conmovedor, eso creo, aunque al principio me pareció una locura y que no tenía sentido, pero ella pertenece aquí con su amor por su Dios, me alegra ser su cuñado...

Yo no sé qué será eso de amar, y creo que no me gustaría saberlo, ya con ver cómo ha sido con esos tortolitos me basta, es suficiente aprenderlo de lejito.

Y bien, ¿qué más me gustaría decir?

Creo que mejor salgo, he escrito mucho algo que no leerá nadie, no sé qué me entusiasmó a hacer algo como una autobiografía... Bueno lo dejo hasta aquí.

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—¡Fanto! ¿Dónde estabas? —Me recibió una animada Leia junto a mi hermano.

Oniros Where stories live. Discover now