*Capítulo 52: Protección

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/Aubry Illuminot/

Tuvimos poco tiempo antes de que los Mortifagos restantes se internaran en el Gran Comedor, dónde nos resguardábamos. Algunos de la Orden del Fénix habían conjurado un hechizo alrededor para proteger. Sabía que eso no los detendría pero si los retrasaría un poco. Suficiente para disfrutar mis probablemente últimos minutos junto a Draco.

Al mirarlo a los ojos pude contemplar que estaba completamente roto pero sus bellos ojos grises aún conservaban ese brillo especial al mirarme. Sin temor alguno lo besé por unos segundos y al separarme lo rodee con mis brazos, él hizo lo mismo atrayéndome más de la cintura, aferrándose a mi.

-Estoy orgullosa cariño- dijo Narcissa mirando a su chico. Me alegraba que su Madre lo quisiera tanto.

Lucius se limitó a sonreír de una forma diferente, que nunca antes había visto y poco después se unió al abrazo con su esposa también.

Pero una explosión nos hizo separar. Ya habían logrado entrar y poco a poco la batalla se formaba de nuevo a nuestro alrededor.

-La familia Malfoy sobrevivirá- dijo Draco y tomó mi mano. Los cuatro nos alistamos tomando nuestras varitas con fuerza y apuntando hacia al frente donde dos Mortífagos intentaban atacarnos.

Con algo de facilidad nos los quitamos de encima pero eso no sería tan sencillo al parecer ya que muchos más de ellos ya nos rodeaban.

-Miren lo que encontré- escupió uno. -Es la familia traidora, ¿cuánto nos dará el Señor Tenebroso por sus cabezas?- comenzó a reír junto con los otros.

Y entonces entre los cuatro formamos una especie de círculo, dándonos la espalda para protegernos.

-¡Malditos traidores!- gritó. No tardaron en lanzar hechizos.

-Expelliarmus- dije. La lucha entre nosotros comenzó al dar el primer paso.

Narcissa y yo nos dedicábamos a desarmar a la mayoría que intentaba acercarse.

-Protego- Lucius logró conjurar a tiempo para proteger a su familia.

Y Draco atacaba a todos los que habíamos desarmado. Su puntería era perfecta como la recordaba en clases de DCAO, era el mejor, el único que lograba ganarle era Potter pero eso ahí ya no importaba. Esta era la vida real, una batalla real y no un simple ejercicio organizado por Snape.

-¡Bruja mentirosa!- un Mortífago que se nos había escapado se dirigía a Narcissa pero justo a tiempo su esposo intervino y mató al otro hombre.

Peleábamos, justo como creí que sería, sólo que esta vez no lo hacíamos por ninguna causa, no estábamos de ninguno de los lados. Luchábamos sí, pero lo hacíamos por nosotros, para mantenernos a salvo y lograr sobrevivir aquel día, ya pronto todo acabaría y lo más importante eran esas tres personas que peleaban a mi lado.

Un hechizo de fuego logró rozar mi mano izquierda, miré hacia dónde me había quemado y la piel ardía. Fue suficiente distracción para que dos Mortífagos más nos hicieran separar a los cuatro.

Draco y yo luchábamos dando pasos hacia atrás de un lado y sus padres por el otro.

La mayoría salían volando desmayados gracias a él pero hubo uno que me miraba con deseo.

Mi mano aún dolía y no solo eso, también mis pies, estaba exhausta por lo que baje la guardia un segundo.

-Hasta aquí llegaste princesa- sonrío ese horrible hombre al frente. Extendió su varita a la altura de mi cara y cuando estuvo a punto de lanzar un hechizo algo lo golpeó en la cabeza.

Era Bronx, mi antiguo elfo que no había visto hace mucho tiempo, me había salvado la vida una vez más.

La Sangre De Un Mortífago {Draco Malfoy}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora