15 | Empuje de motivación inesperado

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Hacer memoria de todas las cosas ocurridas hasta este punto se ha tornado bastante complicado, creo que sería más sencillo si no tuviera que soportar este clima tan horrible. A pesar de que normalmente me gusta el frío, el no llevar suficiente abrigo me hace ya no apreciarlo como antes. Es curioso como algo que normalmente amas puede llegar también a generarte un mal rato.

Apagué el celular para guardar batería, necesitaba estar un rato en silencio solo con mis pensamientos, al encenderlo espero tener cobertura para llamar a Jay o un taxi.

Que suerte la mía, tengo muy buena cobertura, de seguro por eso entraban las llamadas de mamá. Casi no tengo batería, mi intención al apagar el celular era ahorrarla pero no sirvió de nada. No me arriesgaré con una llamada que se pueda cortar a la mitad, le mandaré un mensaje a J.T, espero que se sienta mejor y logré venir, aunque también espero que siga despierto para leerlo.

Una vez mandado el mensaje de ayuda con mi dirección, le eché un vistazo a la hora, son las 3:03 am. Creo que mejor intento llamarlo ya que difícil que se despierte con un mensaje.

La llamada se realiza y... Que sorpresa... La batería murió... Se apagó en plena llamada. Ojalá haya sido suficiente como para despertarlo.

Mientras guardaba mi celular en el bolsillo del pantalón sentí algo raro dentro de él, era el collar que me dejó Cass. Cómo no tenía más que hacer que esperar un posible rescate, saqué el collar y lo sujeté frente a mi desde la cadena para admirar el dije de tórtola justo frente a mis ojos. Todavía me pregunto cómo se habrá roto, era un bonito diseño, aunque ahora sin parte de las alas se ve algo raro.

Los recuerdos inundan mi cabeza de esa ocasión casual en la que ella me lo entregó casi en lágrimas. Al cabo de unos segundos mi mente se aclaró y recordé mejor ese momento, en realidad si estaba llorando, y no fue una ocasión casual, fue la última vez que hablé con ella, poco después se subió a ese taxi y desde allí habrán pasado varios días hasta esta noche. Ni siquiera me lo entregó, me pidió que se lo guardara ya que tenía las manos ocupadas y no quería romperlo más de lo que ya estaba.

Todavía me pregunto que era lo que tanto le afectaba, espero que ahora esté mejor.

No sé si estaba así por mi culpa, más seguro que sí, no lo sé. Sobra decir que afecto a las personas que me importan sin entender realmente como es que las afecté. Aunque estoy consciente que tiene que ver mucho con algo que hago que yo considero normal, mientras que para los demás no. Cuando pasa eso es una porquería, porque mi intención nunca es provocar eso, por lo que es más difícil para mí descubrir que hice mal para solucionar el mal que hice. Todo eso me genera frustración y hasta desánimo.

Era así como me sentía los días consiguientes a lo ocurrido esa noche con Cass. Cuando dijo que ya no quería ser más mi amiga y que prefería que estemos alejados.

Esto último se sintió bastante, ya que en la escuela mi interacción con ella disminuyó, aunque ya de por si era poca, ahora era como si hubiera desaparecido.

Las únicas veces que sabía algo de ella era en los anuncios del consejo estudiantil, que se limitaban en dar información a la clase sobre la fecha del festival de último año, campamento y baile de graduación. Sin mencionar que recaudaban fondos extras, aunque era más trabajo de la tesorera.

Durante el almuerzo, podía verla en la mesa en la que acostumbra almorzar el consejo, y a pesar de que nuestras miradas chocaban de pura de casualidad, ella todavía demostraba estar incómoda de verme. Esto obviamente no ayudaba a mi estado de ánimo, esta lejanía se sentía horrible, ni siquiera la imitación del maestro feo mostacho de Chris me podía animar, no importaba que utilizara las salchichas del almuerzo como bigote.

Estos sentimientos que reprimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora