Sam (Mayores 2.5°)

Capítulo 9: "Definitivamente Inigualable"

Sam pudo observar, incluso mientras aún se acercaba a la pequeña caseta abandonada en la que Peyton se había escondido, que ella estaba completamente perdida en sus pensamientos

Sus ojos estaban fijos en la nada y parecía estar en otro mundo, especialmente porque, cuando Sam finalmente llegó a estar a su lado, ella no pareció ni inmutarse.

Era tarde y él no podía evitar preguntarse cómo era que ella había resistido tantas horas ahí, sentada, en el silencio y la soledad del lugar abandonado. Él mismo no lo soportaba del todo. Lo volvía loco, de hecho, porque lo llenaba de pensamientos que simplemente no quería tener.

-Ellos ya se fueron –murmuró, entonces. Porque no quería asustarla y no sentía que fuera correcto seguir mirándola, mientras ella murmuraba en voz increíblemente baja lo mucho que odiaba a su hermano y al guitarrista.

Peyton giró su rostro hacia Sam, de inmediato. Sus ojos se encontraron, rápidamente y Sam se esforzó por no sonreír ampliamente, porque aquello era lo único que quería hacer.

Y es que Peyton era demasiado tierna para su propio bien. Había algo en ella, que aún no lograba comprender del todo. Pero que lo hacía sentirse extrañamente curioso con respecto a ella.

-¿Cómo me encontraste? –preguntó Peyton, sacándolo de sus pensamientos.

Sam la observó un breve momento, antes de hablar.

-La ventana –respondió, con tranquilidad-. Estaba al costado de ella cuando te vi corriendo hacia este lugar –explicó, abriendo la puerta de la caseta y entrando lentamente, ligeramente temeroso de espantarla.

Pero Peyton no pareció molestarse, sus ojos mintiéndose fijos en él, mientras se movía dentro de la casera.

-Asumo que no le dijiste nada a Asher –dijo, entonces-. ¿No es asi? –preguntó, forzando a Sam a mirar hacia otro lado.

¿Por qué diablos tenía que preguntarle por Asher? ¿Es que acaso asumía que había algo entre ellos? Sabía que las cosas se le habían escapado de las manos, cuando se había quedado completamente paralizado mirándolo, aquella segunda vez que se vieron.

-¿Por qué tendría que hablar con Asher? –preguntó, pero daba la impresión que estaba preguntándoselo a sí mismo, no a Peyton.

-Porque te gusta mi hermano –respondió Peyton, como si aquello fuera lo más natural del mundo. Y Sam sintió su corazón saltar en su pecho, porque si tanto Peyton, como su hermana, parecían darse cuenta de que se sentía atraído por... ¿entonces todo el mundo podría notarlo?-. Puede ser algo alocado, pero es una excelente persona –continuó diciendo Peyton, sin darse cuenta de que había dejado a Sam completamente paralizado-. Y, ¿quién sabe? Tal vez necesite de tu tranquilidad para lograr calmarse un poco –murmuró, viéndolo por el rabillo del ojo, probablemente esperando presenciar su reacción.

-No me gusta –fue lo único que logró decir.

Peyton se quedó callada, posiblemente meditando sus siguientes palabras.

-Claro. Y yo me voy a casar con el imbécil de Sydney –replicó, entonces.

Y Sam llevó una mano a su rostro, para cubrir la enorme sonrisa que comenzó a formarse en sus labios.

-Dudo que el guitarrista tenga algún problema con ese hecho –contraatacó Sam, con algo de malicia.

Peyton bufó, claramente no queriendo hablar al respecto.

-No es mi tipo y jamás lo será –contestó, rápidamente, la rubia-. Ni siquiera lo soportaría lo suficiente como para llevarlo al Baile de Graduación y créeme que soy la única en mi clase que no tiene pareja –comentó, sin ninguna especie de expresión.