:: Capítulo Nueve ::

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Hola gente linda! Cómo están? yo muriendo de calor para variar... verano te odeo... :(

Bueno, acá les traigo un nuevo cap que acabo de terminar. Lo leo y releo y la verdad me gusta mucho cómo quedó, así que espero que también sea de su agrado.

Hasta ahora las cosas parecen encaminarse bastante bien entre nuestros amados tortolitos, pero quizás muy lentamente... Este Darien me está saliendo bastante cabezón, jiji! Y Serena no tan impaciente, je! Pero bue, así son las cosas por ahora...

Nuevamente agradezco de corazón a quienes me siguen y comentan día a día, me alegra profundamente que les esté gustando mi locurita. Y espero que si tienen alguna inquietud o algo para preguntar, no duden en hacerlo. Todas sus ideas y opiniones son más que bienvenidas!

Lean el NUEVE en paz y después me dicen lo que les pareció!

Todos los personajes pertenecen a su autora, Naoko Takeuchi, yo sólo los tomé prestados.

Besos y hasta la próxima!

Bell.-

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:: Capítulo Nueve ::

Al día siguiente...

Serena estaba con Luna en su habitación desparramada por toda la cama y profundamente dormida con la misma ropa de la noche anterior. Había estado tan conmocionada y agotada por todo lo que había pasado que cuando se acostó se durmió en el acto con lo puesto.

El sonido de su teléfono hizo que poco a poco comenzara a despertarse. —Tengo sueño —murmuraba somnolienta con su rostro contra la almohada—. Sólo cinco minutos más... —y se volvió a dormir.

Pero el celular empezó a sonar otra vez. —Ay —giró enojada para quedar boca arriba y se tapó la cabeza con la almohada—. ¡Sólo cinco minutos más, por favor! —y ante la insistente llamada que no dejaba de sonar, decidió atender.

Antes de hacerlo se fijó de mala gana quién era el maleducado que osaba interrumpir su placentero sueño y cuando vio que se trataba de Darien se sentó en la cama pegando un salto de la emoción. —¡Darien! ¡Hola! —atendió efusiva. Y al intentar ponerse de pie se le enredaron los pies con las sábanas y cayó al suelo haciendo un verdadero escándalo.

—¿Serena? —dijo Darien del otro lado de la línea— ¿Qué pasó? ¿Qué fue ese ruido? —preguntó preocupado.

Serena, aunque nadie la estuviera viendo, no pudo evitar sonrojarse por la vergüenza que sentía con la situación. —No fue nada —respondió riendo nerviosa mientras se levantaba del suelo con dificultad—. Se me cayó el teléfono, eso es todo —y se frotaba la rodilla con la mano—. Es que soy un poco torpe —volvió a reír.

Él también reía. —Está bien. ¿Cómo estás, damita? ¿Dormías?

—¡No, no! —al ver la hora en el reloj de su mesita de luz, Serena volvió a sentir vergüenza de sí misma al darse cuenta de lo tarde que era— Estaba... estaba ordenando un poco mi casa —dijo lo primero que se le ocurrió inventar y cuando se percató del desorden que la rodeaba volvió a reír nerviosa—. En realidad me levanté hace rato.

—Bueno, mejor así —siguió Darien—, porque quiero proponerte algo.

—Dime —dijo ella curiosa mientras volvía a sentarse en la cama y acariciaba a Luna que se había acurrucado sobre sus piernas.

InoportunaWhere stories live. Discover now