Capítulo 84

373 26 0
                                    

NARRA NURIA.


La agarro del brazo y tiro de él hasta la habitación. Lo beso con ganas. Nos separamos y nos ponemos cómodos. Él tiene ropa aquí que ha dejado, por suerte.

Cuando ya estoy cambiada, él ya está en la cama. Me acurruco junto a él y sus brazos me envuelven. Tiene el torso desnudo y me apoyo en él depositando besos.


¡Tito! – pegamos un salto al escuchar a la pequeña y nos volvemos hacia ella – has vuelto.

Mi niña, claro que he vuelto, te echaba de menos –le dice Pablo.

Quiero dormir contigo – Pablo y yo nos miramos, accedemos.

Ven aquí, princesita. Te voy a comer a besos yo ahora – Pablo juega un rato con ella.

Pablo, hay que dormir, es tarde, cariño – replico muerta de sueño.

Sí, mi amor. Es que esta niña me vuelve loco.


Paula obedece y se calma. Vuelvo al pecho de Pablo. Él se ha puesto en el medio. La niña le abraza y él la rodea con un brazo, con el otro me rodea a mí. Nos dormimos rápido.

Despierto a la mañana siguiente y Pablo y la pequeña siguen dormidos. Miro la hora y son las once y veinte de la mañana. Empiezo a acariciar el torso de Pablo de arriba abajo y viceversa. Deposito besos en él hasta que siento que abre los ojos.


Buenos días, dormilón –le doy un beso.

Hmmm, buenos días, mi amor.

¿Cómo has dormido?

Genial, con mis dos niñas, es perfecto.

Y yo con mi novio, el más guapo, más cariñoso y del que me siento orgullosa por todo lo que ha conseguido – me besa.

Te he echado de menos, mi vida – susurra.

Y yo a ti. Lo siento por todo lo que te he hecho, de verdad, me sentía agobiada.

No te preocupes, mi amor, te entiendo.

Venga, vamos a despertar a Paula, que es tarde.


Le doy un beso rápido en los labios. Pablo coge a Paula y la pone encima de él. Nos ponemos a hacerle caricias y poco a poco va abriendo los ojitos. Cuando ve que está encima de Pablo lo abraza con fuerza.

Al rato nos levantamos los tres. Vamos al salón y vemos a mi madre y a mi hermana que se asombran al ver a Pablo.


Buenos días – saludo sonriendo.

Buenos días, sentaros – dice mi madre.

Buenos días, dormilones – se ríe mi hermana y coge a la niña – hola, mi vida.

Hola, mami, hoy he dormido con el tito y dormí muy bien, es muy bueno – comenta la pequeña y mi hermana nos mira. Pablo me ha rodeado la cintura con su brazo.

Pues os la dejo cuando queráis, eh – sonríe mi hermana.


Nos preparamos el desayuno y lo comemos tranquilos. Después voy a recoger algunas cosas y nos vamos a casa los dos.

Cuando llegamos, Pablo me coge en brazos y me lleva a la terraza. Nos asomamos al balcón. Él me abraza por detrás y me da besos en la coronilla.


Espérame aquí, no mires – susurra.

¿A dónde vas? – me preocupo y me besa el cuello.

Tú espérame, ¿vale?

Vale, señorito.


Pablo me deja allí y espero impaciente. ¿Qué va a hacer? Escucho como entra dentro y coge algo. Al poco vuelve a salir pero no se acerca. Empiezo a escuchar los acordes de “te he echado de menos”. Me giro y me mira atento. Me siento a su lado y me apoyo en su hombro. Entona su dulce y suave voz. Paso mi brazo por detrás de su cintura para abrazarle. Termina, deja la guitarra a un lado y me besa.


Te quiero, preciosa. Eres el mejor regalo que me ha dado la vida – murmura y mis ojos desean brotar las lágrimas pero las intento evitar.

Tú sí que eres el mejor regalo, mi niño. Te quiero más que a nada.

¿Qué quieres que hagamos hoy, mi amor?

Que me abraces tan fuerte que no pueda respirar casi – Pablo me agarra más fuerte – me siento protegida en tus brazos.

Nunca te pasará nada mientras estés conmigo, no permitiré que te hagan nada.

Yo tampoco permitiré que te hagan nada a ti, te lo prometo.

Mi amor, yo me defiendo solo, tranquila – me besa la frente – por cierto, mañana es siete de agosto, mi vida – sonríe feliz.

Ah, sí, no me acordaba – miento, sé que mañana hacemos un mes.

¿N-no te aco-acordabas? – dice triste y le cojo la cara con las manos.

¿Cómo no me voy a acordar, mi niño? Mañana hace un mes desde que estamos juntos, cariño, un mes que no borraré en mi vida, ni el resto que queda, porque quiero estar contigo siempre. Yo te amo, príncipe.

Te amo, pequeña, yo tampoco olvidaré este mes ni los que están por venir, mi vida.


Nos fundimos en un beso. Noto el sabor a sal procedente de mis mejillas. Pablo se separa y me seca las lágrimas.


No llores, por favor. No puedo ver tus lágrimas.


Te quiero tanto – le abrazo con fuerza.

Princesita de Pablo Alborán (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora