No poder más y despedirse

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El luchador moribundo en el ring que intentaba dejarlo todo hasta el último segundo, aún cuando sabía que esa pelea ya no la podía remontar y que solamente iba a recibir muchos más golpes por estar con la guardia baja. El jugador de fútbol que entra con una idea a la cancha, dejarlo todo, pidiendo la pelota y al que no le sale una. El hombre, malherido por el amor, que intenta a toda costa seguir adelante. ¿Qué tienen en común? Que por mucho optimismo que le pongan, que por muchas ganan que tengan de hacer bien las cosas, no pueden. Y que siempre necesitan de algo o alguien que los ayude a rendirse: alguien que tire la toalla desde la esquina por el luchador antes que el knock out sea perjudicial para su salud, un técnico que los saque de la cancha antes que los hinchas lo empiecen a insultar, una foto o vídeo que les haga darse cuenta que por mucho que puedan querer o amar a una persona no van a lograr ver su sueño convertido en realidad.Y yo entro en el último grupo, el de los malheridos por amor, que por mucho entusiasmo que se le pueda poner, que por muchas sonrisas que pueda llegar a sacarle a la persona por la que siente algo se da cuenta que no puede insistir más, que no puede seguir haciéndose el idiota y que prefiere huir porque sabe que ella sabe que él está perdidamente enamorado de ella y así y todo está al lado de otro hombre. Y está bien...las ilusiones, mientras duran, son hermosas. Pero llega un momento que te enfrentás a la realidad y te chocás con un muro enorme que no te permite seguir hasta tu sueño, y ahí lo mejor es no restar, es dar un paso al costado aunque mientras lo digas o escribas se te parta el alma en miles de pedazos. Y desearle lo mejor para verla siempre con una sonrisa, teniendo la esperanza de algún día dejar de sentir todo eso que sentías hacia ella. Esta es la despedida. Sobra decir más que un "te quiero", Luisina Pamela Ojeda Teibler.

Simplemente vos.Where stories live. Discover now