Cap.50 Π♦Venecia-p.2♦Π

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Si, una eternidad para actulizar. Lo sé. Pero ya inicié la escuela😭💔💔💔 trataré de actulizar siempre. Por favor si no lo hago, entiéndame.🙏 besos! Les amo mucho! ❤
-Marukenzi.

¡A leer! ¡Disfruten!

-¡Dejame! -Golpie su espalda- Si iré contigo, pero sólo dejame prepararme ¿Si? -Dije dócil.

-Bien. Rápido -Ordenó.

Como una niña pequeña, cuando la regañan, salí corriendo piso arriba.

Cuando iba a cerrar la puerta, Jayden se apareció.

Hice una mueca, caminé hasta la puerta de la habitación del armario.

-Sólo busca algo cómodo -Dijo sentándose en el borde de mi cama.

Entré en el gran armario y busque, algo. Pero no encontraba nada rápido.

-¡Me asustaste! -Dije cuando me di la vuelta y Jayden detrás de mí. A sólo centímetros.

-¿Ya la buscaste? -Preguntó aún igual de frío.

-Noup...-Remarqué la "p"- No sé que.

Rodó los ojos.

-Ve, yo me encargo -En otras circunstancias me hubiera negado. Pero no estoy a favor de aquello con el temperamento malhumorado de Jayden.

Otra vez como niña pequeña, salí de mi armario y entré al baño.

Me di una ducha de unos 25 minutos. Envolví la toalla en mi cuerpo y salí a la habitación. Jayden no estaba allí, mire ventanal del balcón, hay estaba.

Tomé la ropa que él había buscado.

Rodé los ojos cuando vi la ropa interior, que el había puesto junto a mi ropa. ¿Se imaginan? ¿No?

Volví al armario con la ropa en manos, coloqué el pestillo a la puerta. Me cambie, me observé en uno de los tantos espejos incrustados en la pared.

Jayden no tienen malos gustos. Eligió unos leggins negros, una blusa roja, suelta u holgada, con tiros que en la parte de la espalda, formaba una " X" y unos Converse blancos. Salí y fui al tocador.

Busqué varios pendientes y me los puse, sólo llevo unos 5. Casi nada.

Me coloqué las cadenas de siempre. Dejé mi cabello caer, por mis hombros.

Me di la vuelta y Jayden estaba al fondo de la habitación, desde donde me observaba. En su mirada no había sentimientos algunos, ó eso es al parecer. Sólo era hielo. Literal.

A cada movimiento que hacia, sentía su mirada, la cual quemaba. Era algo extraño, no sé por qué, no entendía si su mirada era, por odio, por molestarme, por ser gilipollas ó que cosa.

Días atrás le hubiera gritado a los cuatro vientos lo mendigo que es él. Lastimosamente no puedo.

Volví a mi armario y en uno de los muebles dentro, puse una de las maletas, busqué que llevaría.

¡Maldición! -Grité para mis adentros.

Jayden estaba en el marco de la puerta, observándome.

¿Qué hice, Dios?

-No metas a Dios en esto. No tiene nada que ver ¿Capicci? -Dijo él. De la nada.

Fruncí el ceño, agregando una expresión de confusión, a mi rostro.

Illegali di Diamanti #RedQueenAwardsWhere stories live. Discover now