No soy tu príncipe azul- Justin Bieber y Tu. [1ra Temporada]

Capítulo 2.

Capítulo 2.

Acto seguido se levantó dejándome sola, totalmente sola en ese vagón “comedor”. Arranqué todas las hojas de mi cuaderno, agarré el boli y comencé a escribir con fuerza;

“El vagón de él tren había sido el único lugar en donde había podido desatar mi furia de última hora, mi amigo me había dejado tirada en un largo viaje, mi novio me había dejado y me sentía sola, sola hasta que lo había visto aparecer tras un pasillo…”

Paré. 

¿Acaso estaba escribiendo sobre ese misterioso hombre de ojos miel? ¿Acaso lo había convertido en el protagonista de mi nueva novela? ¿Acaso yo era la protagonista también? ¿Acaso los antagonistas eran los chefs que rondaban por la cocina situada a el fondo? ¿Qué estaba haciendo?

Se me había vuelto a quedar el té frio –por segunda vez ya esa noche- el reloj marcaba las tres y media de la noche y yo ya creía que era suficientemente tarde para irme a dormir.

Agarré mi destrozado cuaderno y me encaminé hacia mi habitación animada, mañana volvería a ver a ese hombre.

Puse la tarjeta en la puerta corrediza de mi vagón y entré, hacia frio.

Me había dejado la maldita ventana abierta y como es normal el frio había entrado libremente dejando a mi vagón totalmente frio.

Pero no, mi cuerpo solo pensaba en ese chico de traje –al que le debía 200 dólares y no sabía cómo pagárselos- en esos ojos mieles que volvían locas hasta a las camareras del bufete me encantaba ese hombre.

¿Pero que estaba diciendo? Apenas lo conocía de hacia unas horas y ya me encantaba? ¿Qué pasa? ¿Estás loca?, Si, loca, loca por un extraño de metro ochenta y cinco con unos músculos… maldita sea, no pienses de esa manera.

Cerré la ventana con fuerza y con esos mismos tejanos gastados y esa camiseta de color crema –que no me favorecía para nada- me mentí en la cama pensando aún en ese extraño y loco hombre, me encantaba.

Esa noche pensé, pensé y volví a pensar en el, Bueno. No solo en él.

Sabia perfectamente de que tema trataría mi nueva novela iría sobre él, iría sobre Justin Bieber.

¿Cómo lo aria? Me plantee un par de veces espiarlo, visitar los sitios en los que él recurre y lo primero seria “intentar” pagar esa deuda de 200 dólares con una cena, tenía que conseguir algo de información para acabar mi libro.

El día había llegado en ese tren y eso significaba que quedaban menos horas para verlo ¿acaso estaba obsesionada con ese hombre? Si, y mucho. 

Entré a la ducha rápidamente la temperatura había bajado demasiado esa noche y ahora el frio estaba en mi cuerpo como los pensamientos hacia ese individuo, dios mío, debía dejar de pensar en él.

El agua se temperó en segundos dejando una calor apetecible. Por unos segundos desconecté del mundo. Desconecté los pensamientos hacia la universidad, hacia mis amigos –algunos no tan amigos en esos momentos- hacia la vida misma y sobretodo hacia ese misterioso hombre llamado Justin Bieber.

El recopilatorio de Johsua Radin sonaba como cantos de ángeles mientras intentaba secar con una toalla mi enredado cabello, pasé rápidamente el cepillo. 

-Mierda!- grité. Mi cabello se había bufado de tal manera que hasta yo misma creía ser un maldito perro ¿Qué podía hacer para bajar esa horrible mata de cabello color rojizo? ¿me hago una cola? ¿una trenza tal vez? ¿me lo dejo como si fuera un maldito chucho? Mierda. Mierda. Mierda.

Opté por la opción de trenza hacia el lado. Salí del baño aún enrollada en esa cutre toalla ¿se supone que estamos en la primera clase? Vale si, son suaves pero demasiado cutres. Los jeans me esperaban doblados en la cama y planchados de el día anterior –los había planchado antes de subir- junto a esa desgastada camiseta tres tallas grandes de color blanco. Mi favorita para escribir.

Salí de mi vagón con rapidez pues la hora del almuerzo se acababa pronto así que me di prisa al cruzar ese pasillo.

Con la vista baja hacia mi destrozada libreta sentí como mi cuerpo impactaba con algo.

-¿Qué mierdas?- solté.

-De nuevo usted?- Mierda. El se encontraba delante de mi.