Hay un mundo allí arriba más allá de las nubes, donde existe una profecía relatada hace eones, solo dos palabras:
Destrucción o Libertad.
Existirá un ser que rompa todo equilibrio con un gran poder y vendrá al mundo, caminará entre los mortales. Se...
No sé porque ayer salí huyendo como una cobarde, tal vez fue miedo, enojo, nervios, no lo sé. Pero aquí me encuentro parada frente a la puerta del salón, me sudan las manos y me empezó a doler el estómago. Son los nervios, me repetía una y otra vez. Tome la manija de la puerta, la gire y la abrí por completo. Una sensación de alivio se apodera de mi cuando noto que Killian no se encuentra en ningún lado del lugar, rápidamente dirijo mi mirada hacia mi lugar y los nervios vuelven a florecer cuando veo a Jake sonriéndome desde allí.
Recuerdo claramente que dijo que tenía algo importante que decirme. Sobre el viaje al que me invito, ayer por la noche me mando un mensaje diciendo que podíamos mover el día a cuando hubiera más tiempo. Estuve de acuerdo y dejamos eso para después.
─Hola, Jake. ─saludo.
Él me regala una sonrisa cuando llego a su lado y dice: —Buenos días, señorita tengo miedo a las películas de terror. —Se burla — ¿ya superaste tu trauma con ese payaso?—me pregunta refiriéndose a la noche de películas que teníamos ayer.
—No, y creó que por tu culpa jamás lo haré. No pude dormir, en vez de eso me baje a la cocina y robe el helado de Andrea. — ayer por mayoría de votos las películas de terror fueron las ganadoras, y por si fuera peor la película que vimos trataba de un payaso, lo cuales no son muy de mi agrado.
— ¿Y Andrea te atrapo? ¿O se dio cuenta?—pregunta él con sumo interés de saber mi respuesta.
—No, no se entero. O eso espero, porque de lo contrario olvídate de que me conociste.
—Bien, si llega a matarte por eso, te juro que hablare en tu funeral. — dice eso al momento de que posa su mano en mi hombro, a lo que yo respondo con un codazo. — ¡Ay! ¿Por qué ha sido eso?
—Antes de que me mate le compro otro helado.
—Bueno, entonces no necesitas de mí...
—Ese es mi lugar. —dice una voz interrumpiendo a Jake.
— ¿Disculpa?—dice Jacob no entendiendo lo que acaba de escuchar.
Killian está parado detrás de mí con su mochila colgada sobre su hombro.
— ¿Qué estas sordo? Dije que este es mi lugar, muévete. ─pregunta en tono muy brusco.
Ahora me toca a mí hablar. — ¿Tu lugar? Este no es tu lugar, no tiene tu nombre escrito ¿O sí? Puedes sentarte en cualquier otro lado sin la necesidad de hablarle así las personas.
—No tienes por qué defenderme Lina, yo puedo sentarme en otro lado y se acabo. —dice Jake al momento de irse a otro sitio. Yo quería protestar pero como es de esperarse Jacob me conoce lo suficiente para voltearse y decir: — En serio Lina, no tienes porque protestar, está bien ¿Okey?—no puedo hacer más que asentir.
Killian se abre espacio para acomodarse a un lado mío.
—No tenías por qué ser grosero con Jake, él se fue y ni siquiera te habló como tú le hablaste. Eso no es justo. ─reproché.
Y como si no me escuchara Killian siguió haciendo no sé que con su teléfono y no hablamos en todo el día.
Pero así paso, primero días y luego dos semanas y Killian seguía sin hablarme, ignorándome cada vez que trataba de entablar una conversación, o simplemente cuando le hablaba para que me pasara mi lápiz cada vez que se caía. Ni siquiera para eso me hacía caso, esto se está volviendo tedioso, demasiado tedioso.
Algo me dice que esto no va ser nada fácil.
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