Parte 1

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Hola personitas que leen una nueva historia para ustedes.

Hoy por primera vez en años dejaría de tomar los medicamentos y jamás los hubiese dejado de no ser porque Chopper se lo ordeno como médico de la tripulación esperando que una vez desintoxicado su cuerpo empezara a presentar mejoría.

-Maldición-gruño mientras exhala el humo de su preciado cigarrillo, la única cosa que le queda para tranquilizarse.

La verdad aun no sentía nada fuera de lo normal aunque solo había pasado tres horas desde la última vez que tomo las pastilla, sabía que para el siguiente día es cuando los síntomas se presentarían y volverían su vida un desastre. Sabía que debía hacerle caso a su médico o terminaría muerto antes de cumplir su sueño y ayudar a su nakamas pero era demasiado para él imaginar lo que pasaría cuando el resto se diera cuanta de su naturaleza.

No quería mirar el rostro de sus amigos y notar la decepción en sus rostros o el enojo por ocultar ese detalle suyo cuando se supone que eran familia y debían confiar en ellos o todo estaba perdido, pero si puede evitar que se enteren haría lo que fuese necesario.

Lamentablemente Chopper al ser el médico de la tripulación termino por enterarse y daba gracias que no les haya comunicado al resto, sabe que se meterá en problemas con Luffy puesto que le mentía al Capitán aunque bien podría decir que solo omitía ese pequeño detalle.

-Mentira-se dijo.

No era un pequeño detalle, era uno que si no se lo tomaba con seriedad y cuidado podía provocar accidentes o incluso muertes. Lo único bueno que en ese momento estaba pasando era que habían llegado a una isla que tardarían cinco días en poder salir y si Nami estaba de buen humor podían permanecer en ella unos días más, tiempo suficiente para esconderse en algún lugar recóndito alguna cueva por ejemplo y pasar su infierno personal lejos de sus amigos y de gente indeseable.

"-Pero recuerda Sanji-le dijo el renito-Necesitas ayuda, necesitas liberar realmente todo tu instinto o será tu cuerpo el que pague un precio muy alto que puede costarte la vida misma-le aconsejo"

Muy fácil decirlo pero hacerlo es una cosa totalmente diferente, en primer lugar porque detesta su condición y todo gracias a su "familia" si se la podía llamar así tantos años de insultos de golpes de humillación habían sido suficientes para odiarse a sí mismo.

Su único bálsamo fue Zeff quien tras toda su historia trágica logro hacerle entender que odiándose no ganaría nada, lo entreno y él aprendió hasta el cansancio forzándose a sí mismo al límite y por fin cuando podía ganarles a eso que se hacían llamar Alfas se sintió feliz y seguro de sí mismo. No es que hubiese aceptado que ser un Omega era lo mejor que le pudiese pasar prefería haber nacido un Alfa o un Beta tal vez así su padre no hubiese sido tan...

-De cualquier forma mi vida no servía para él-se reprendió.

Decidió continuar con su forma y estilo de vida para no levantar sospechas, tras elogiar a ambas féminas del grupo e insultar un rato al marimo se fue con dirección al mercado, necesitaba saber dónde compraría los alimentos una vez volviera a ser él, miro por los alrededores encontrando las tiendas que visitaría después cuando estuviesen por partir.

-Mami, mami ese señor tiene un aroma extraño-dijo un niño señalándolo con el dedo.

-Cariño no puedes hacer eso es de mala educación-le reprendió la señora pero también le miro con intriga seguramente lo había olfateado también.

-Mierda-murmuro.

A penas si habían pasado unas cuantas horas, miro un reloj colgado fuera de la tienda, en realidad había pasado tres horas más es decir seis horas de su última pastilla. No podía ser que su aroma ya estuviera empezando a cambiar pero era posible así que sonriendo y haciendo como si no entendiera se alejó de ahí con dirección desconocida pero mirando hacia una colina.

ExtrañoWhere stories live. Discover now