6.- Hidden Past
-Mierda -Me quejé, buscando entre la oscuridad un lugar seguro donde esconderme. Nada, no había absolutamente nada y yo entraba en desesperación al sentir sus pasos veloces cada vez más cerca de mí.
Giré a la izquierda, dando vistas fugaces tras de mí. Solo la escasa luz de la luna lograba darme un indicio de dónde estaba realmente. Un pasillo largo y sin fin era lo que me esperaba. Empujé la primera puerta que vi, chocando contra ésta, golpeándome duro debido a la velocidad con la que iba corriendo. Más esta no se abrió, dejándome tumbada en suelo tras el golpe que no hizo más que amortiguar en mi cuerpo.
Me levanté sin pensarlo. El dolor en aquel momento no era nada comparado con el miedo que le tenía al soldado del invierno. El mayor asesino de Hydra. Nunca creí que lo conocería pues, para mí no era más que solo una leyenda de la que Los vengadores daban fe en que realmente existía. De haber creído antes todas sus historias, seguramente el miedo no se habría vuelto mi peor enemigo en aquel entonces.
Seguí corriendo, esta vez sin mirar atrás. Giré nuevamente, a la derecha, chocando contra algo que no dudó en tirarme al suelo. Entonces lo vi y, mi organismo asustado, no dudó en segregar adrenalina que en menos de segundo me tenía luchando por mi vida.
Sobre mí, sus golpes no cesaban. Estaba fuera de control. Sujetaba mis manos con fuerzas, mientras que con su otra mano propinaba golpes que yo con bastante dificultad lograba esquivar. Veía mi muerte. Estaba justo frente a mí, haciendo lo posible para terminar con mi existencia, pero aquello, claramente no iba a suceder. No, no le iba a dar el gusto. Opté por lo único que se me cruzó por la cabeza que, creí daría resultado. Y así fue.
Un escupo de mi parte aterrizó en el rostro del soldado, deteniendo sus golpes para retirar el asqueroso escupitajo que salvó mi vida. No dudé en golpear su cabeza contra la mía, aturdiéndolo por solo unos leves segundos. Los segundos suficientes para que yo reanudara mi marcha.
Corrí nuevamente, lo más rápido posible, saltando obstáculos, escabulléndome entre las habitaciones que el lugar tenía. Él parecía no darse por vencido. Corría tras de mi cuan depredador sigue a su presa sin parar y, es que así me sentía. Un cervatillo contra un león, corriendo por su vida, con esperanzas de volver a su hogar junto a su familia.
A lo lejos divisé una caja que ocupaba parte del pasillo por el que iba corriendo. Tomé impulso, saltando sobre ella. Sin embargo, no bastó para que él, mi depredador tomase uno de mis tobillos y me tirara con fuerzas contra el suelo.
-N-no quiero morir -Supliqué, esperando aludir a su lado humano, si es que lo tenía. -Por favor...
-Eres mi misión -Logró gesticular para luego presionar su mano biónica sobre mi garganta, presionada con fuerzas.
Era mi fin.
Cerré los ojos, haciéndole el trabajo un poco más "fácil". A los segundos, su mano ya no la sentía con tanto ímpetu en mi cuello. Abrí los ojos y, tosiendo con desesperación me incorporé entre la oscuridad. El dolor me hizo llorar con desesperación, luchando por adquirir aire.
Entonces sentí sus brazos a mi alrededor y su voz tratando de calmarme.
-_____, amor, tranquila. Estoy aquí -Me abrazó y yo no hice más que agazaparme contra su pecho, llorando sin parar. -Tranquila hermosa, sólo ha sido una pesadilla.
La luz se hizo presente a nuestro alrededor, percatándome de que todo había sido un mal sueño. Mi pecho logró relajarse un poco, esta vez, ya más tranquila por saber al menos que era Bucky quien estaba a mi lado tratando de calmarme.
-L-lo siento, yo... no quise despertarte -Me disculpé avergonzada.
- ¿Soñaste con tu hermano nuevamente? -Interrogó, algo apenado. Asentí. Él embozó una pequeña sonrisa, esa que solía embozar cuando las pesadillas me despertaban de la misma manera. Algo había en su sonrisa que, lograba calmarme y olvidarme de los malos sueños. Me aferré a él, con desesperación, temiendo que aquel sueño no se fuese nunca de mi inconsciente.
Bucky acarició mi mejilla, tratando de darme calma. Besó mi frente y, escondiendo su rostro en mi cuello, besó la zona con delicadeza.
- ¿Quieres que apague la luz? -Preguntó.
-No -Respondí. -Déjala así. Ya no quiero dormir más. -Murmuré, dispuesta a pasar en vela la noche si de ello dependía no tener más aquel sueño repetitivo.
-Amor, cuéntame lo que sucedió ese día. Quizás, te ayude de alguna forma a liberarte. -Sugirió Bucky. Respiré profundo, comenzando a sentir el dolor apoderarse de mi corazón en cuanto escuché sus palabras. Y, ¿es que cómo le iba a contar que en aquella pesadilla aparecía él como el soldado de invierno? ¿El asesino de mi hermano y, el que casi mata a su novia actual?
Todos sabían lo que él había hecho con mi hermano por lo que, no todos estaban de acuerdo con mi noviazgo con el soldado. Él, obviamente, era el único que no tenía conocimiento que, durante su misión, a la que debía matar era a mí y no a mi hermano. Claramente él no recordaba nada, por lo que todo se hacía mucho más pesado para mí. Tener que mentirle y ocultarle parte de su pasado me dolía. Me dolía saber que él, tarde o temprano se enteraría de su verdad y de la mía. Entonces, podía vaticinar el fin de nuestra relación.
Y eso, era lo que menos quería.
Respiré profundo, manteniendo la calma para con la situación que me aquejaba.
-No es necesario, Bucky. Es pasado y el pasado, se debe borrar. -Concluí, esta vez, tratando de convencerme a mí misma de que así debía ser. -Apaga la luz, Barnes. -Pedí, sonriente.
-Te amo, hermosa. -Fue lo último que escuché decir esa noche.
Abracé su torso desnudo, posando mi cabeza sobre su pecho, sintiendo su corazón humano latir. Sin embargo, un escalofrío recorrió por mi dermis, introduciéndose dentro de mi hasta llegar a mi espina dorsal.
Su brazo biónico había rodeado mi cintura.
