Deidara

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Sin importar cuanto tratase de entender, Izumi seguía sin hacerlo, ¿porque mandaba a Kisame, Itachi y Sasori a por un nuevo miembro cuando tenían a tres disponibles?, y no es por que quisiera ser parte de Akatsuki, sino porque desaprovechaba a dos potenciales miembros.

Kami-sama, tengo que apartarme de ellos.

Izumi se estremeció mientras esperada ansiosa en la entrada de la nueva guarida, pues si, se había cambiado de guarida hacer unos días, y no es que le incomodara, sino que ahora tendría que hacer vínculos amistosos con la gente de la aldea por si a Hidan se le ocurría quemar nuevamente la cocina. Suspiro fuertemente, Konan, quien estaba a su lado se estaba divirtiendo de ver como Izumi trataba de no mostrar la preocupación que tenía por sus compañeros, aunque la peli-morada sabía perfectamente que estaba más preocupada por un chico de largos cabellos azabaches.

Konan sabía que Izumi estuvo enamorada de Itachi desde el primer momento que lo vio, aunque ella no lo tomo en cuenta hasta años después; ella sabía perfectamente lo que era amar a alguien y perderlo, después de todo ella se ha quedado en la organización solo por Nagato y el recuerdo de Yahiko, pero sabía que Izumi aún tenía oportunidad de recuperarlo.

La miembro de Akatsuki al igual que la castaña, no entendía el porqué de un nuevo miembro, pero ella decidió no contradecir a Nagato pues si este hacia eso era porque ese nuevo miembro sería de gran ayuda en la causa.

Las mujeres pudieron ver como Sasori vestido de Hiruko su marioneta a la lejanía, Konan sonrío sabiendo que habían tenido éxito, ingreso a la cueva llamando a los demás miembros de la organización preparándose para las presentaciones, se divisó después la silueta de Kisame junto a la de un desconocido que a la lejanía parecía un niño de cinco años, cuando estuvieron más cerca la figura de Itachi apareció calmando los nervios de la castaña.

Los cuatro pararon frente a la Uchiha y esta los recibió con una sonrisa calmada.

—Bienvenidos— saludo.

Se enfoco en el chico rubio alado de Kisame escaneándolo, tenía el cabello largo con un mechón cubriéndole el ojo izquierdo, eran azules y debía tener no más de catorce años.

Todavía eres un niño y ya te has convertido en un renegado, que pena.

Kisame comenzó a reírse al notar como Izumi empezaba a analizarlos a cada uno en busca de alguna herida.

—Tranquila señorita —río Kisame—hemos cuidado bien de tu amorsito— dijo divertido mientras le daba una ferte palmada en la espalda a Itachi, logrando que este se moviera unos centímetros.

Izumi entre abrió los labios impactada, Kisame los había comenzado a molestar desde el día en que comenzaron a hacer las paces, cada instante que los veía juntos les gritaba "tortolitos" o "ya bésense", naturalmente lo ignoraban, pero no espero que dijera eso frente al nuevo así nada más.

El rubio frunció el ceño molesto, ese Uchiha es una molestia, pensó y ahora salía con la chicha más linda probablemente de esta organización.

—Kisame—advirtió Itachi y el hombre azulado levanto las manos en son de paz.

  —Tranquilo Itachi solo bromeaba— se defendió mientras Izumi solo negaba con la cabeza.

—Vengan— informo— los otros estar esperando en conocer a... — callo al notar que desconocía el nombre del nuevo integrante de Akatsuki.

—Deidara— completo la oración el rubio mirándolo enojado.

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Lo peor para Izumi de vivir con Deidara no era su comportamiento explosivo o su amor por las explosiones, sino al hecho de que este le ignoraba después de que la chica le derrotara el primer día como miembro de Akatsuki; pero quien la puede culpar, el rubio la trataba de matar con todas explosiones y estaba levantando demasiado polvo para su gusto y su desgraciada alergia por lo que en un intento de acabar todo utilizo su sharingan para evitar que una de sus explosiones estallara cerca de ella y lo inmovilizo metiendole en un genjutsu.

Memorias de una UchihaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant